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De Francia con amor: Olivier Bastet, voluntario de “Ruta Calle”

21 Febrero 2018 a las 13:09

“Lo que hacemos es una gota de agua en el océano”. Así define su trabajo de voluntario del Hogar de Cristo, Olivier Bastet, un francés que no sólo vino a trabajar a nuestro país, sino que también se sumó al espíritu de ayudar.

Por Edgardo Urrutia 

Desde el año ‘98 se radicó en nuestro país, trabajando en una empresa que fabrica corchos para vinos. Dentro de sus actividades diarias, sumó una nueva experiencia a su vida. Conocer en persona las actividades de voluntariado en el programa “Ruta Calle”.

¿Qué te llevó al voluntariado?

Un amigo que trabaja ligado a las fundaciones del Hogar de Cristo me invitó a conocer un día los trabajos de voluntariado. Y en especial este denominado Ruta calle.  Fue así que me sume a la ruta de las noches de los miércoles y se ha transformado con el tiempo en una segunda familia. No soy tan ligado a la Iglesia pero en Francia, donde vivía, existían muchas comunidades ligadas a los Jesuitas donde pude conocer su trabajo en terreno, lo cual me llamaba la atención. Ya una vez en Chile, conocí la historia del Padre Hurtado la cual fue una motivación mayor para unirme al voluntariado.

¿Y qué te parecen este tipo de actividades?

Si lo miramos de manera macro, es como una gota de agua en el océano. Es mucha la gente que uno encuentra en las calles durante las noches. Sin abrigo, sin techo, sin comida. Pero si por lo menos por algunos minutos podemos sacarles una sonrisa a ellos, conversando o compartiendo un plato de sopa, esto me pone feliz. En la calle conoces experiencias extremas, que te hacen replantearte muchas veces tu forma de vivir. También conoces mucha gente linda, que para muchos son peligrosos porque andan sucios o viven escondidos en pequeños “rucos” como le llaman ellos a sus casas. Pero la verdad es otra. Son tan personas como nosotros, sólo que están olvidados o en la oscuridad.

¿Cómo logras terminar la ruta sin quedarte pegado en las historias?

En lo personal, lo tomo como una actividad que tengo que cumplir porque hice un compromiso y siempre los cumplo. Es difícil terminar por las noches y ver que hay varios chilenos pasando hambre y frío, mientras uno se va a su casa a descansar calentito y tal vez con las mejores comodidades. Pero estoy súper claro, que no soy un súper héroe para salvarlos a todos y que debo continuar con mi vida. El voluntariado es eso para mí ayudar, dentro de mis capacidades. Además uno conoce muchas historias de gente que quiere surgir y salir de la calle, pero hay otros a los que tú ayudas y vuelven a lo mismo. Entonces para no sufrir esa frustración es mejor tomar esto con calma, ya son casi 4 años de experiencia y ya sé cómo es la dinámica.

¿Dijiste algunas vez no quiero ir?

Obvio, es súper difícil sobretodo en invierno. Muchas veces uno esta agobiado por trabajo o cosas de la casa y como la ruta siempre parte cerca de las 21:00 horas, hay veces que te replanteas tu compromiso. Pero la verdad es que siempre se pasa bien y eso te motiva a estar acá, incluso paseando por las calles de Santiago hasta la madrugada. Hay veces que nos demoramos más en nuestro recorrido, pero con la conversación en la camioneta, todo se hace más agradable.

¿Invitarías a sumarse al voluntariado?

Sí, yo creo que hay que fomentar la información respecto a lo que se hace en el Hogar. Hay mucha gente que quiere ayudar, pero no sabe cómo y en ese intento de hacerlo, se pierden en el camino. En este trabajo, porque es un trabajo, hay que ser súper ordenado para que la ayuda le llegue a todos. Y la mejor forma es hacerlo a través de estos programas.

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