Estos últimos meses nos han recordado que el Hogar de Cristo es una realidad de solidaridad diaria gracias a los miles de acogidos, trabajadores, voluntarios y socios que se acompañan y apoyan. Lo hacen inspirados en la fuerza de la solidaridad, el respeto por la dignidad de cada persona y la fuerza del Espíritu que sopla de manera misteriosa entre nosotros. Es ahí, en cada hospedería, en cada hogar, en cada residencia, en la calle, en el jardín infantil y en las personas que les dan vida, donde se hace realidad la misión que inspiró a San Alberto Hurtado.

Pueden fallar e incluso defraudarnos personas que han ejercido un liderazgo, pero el amor de cada una de esas personas que se entregan día a día prevalece, el amor sigue siendo más fuerte.

He tenido el privilegio de ser parte del Directorio del Hogar de Cristo un año más y desde ahí he tenido la oportunidad de comprobar la acción que se realiza a diario en todo el país con los más necesitados. Para los que han quedado solos, sin un vínculo, sin una relación de afecto y cariño que les pueda dar una mano, el Hogar ha sido una vez más el lugar de acogida.

Quiero agradecer especialmente a los socios que, sin tener la oportunidad de estar en contacto más permanente con nuestros acogidos y con nuestras obras, como sí lo hacen trabajadores y voluntarios, siguen depositando su confianza en esta obra de solidaridad y en las miles de personas que la hacen posible. Al mismo tiempo invitarlos, convocarlos, a que visiten nuestros programas y si es posible participen como voluntarios y puedan experimentar en toda su dimensión lo que nos decía nuestro fundador: “La felicidad está en dar”.

Estamos por cumplir 75 años desde que el Padre Hurtado fundara con muchos colaboradores el Hogar de Cristo. El Chile de 1944 era distinto al de hoy, y las dinámicas de exclusión y pobreza también han cambiado mucho, complejizándose y demandando nuevas respuestas y programas, nueva inteligencia, cariño y organización al servicio de la inclusión.

Nos han golpeado las noticias de acusaciones contra quien fuera Capellán por 18 años. Junto con ponernos en disposición de escucha atenta a quien ha hecho las acusaciones, es nuestra responsabilidad cuidar que en nuestro país no vuelvan a ocurrir abusos de ningún tipo, promoviendo ambientes sanos y seguros.

También es nuestra responsabilidad seguir adelante con la misión que nos legara el Padre Hurtado, que trasciende por mucho los esfuerzos que podamos hacer cada uno por separado. El doble propósito de acoger y convocar, nos asociamos con distintas organizaciones de la sociedad civil y del Estado, para transformar nuestro país en un lugar acogedor e inclusivo, que permita a todos sus hijos e hijas desplegar al máximo sus capacidades.

Les agradezco a todos quienes lean estas líneas sus esfuerzos de distinto tipo por cuidar y promover el Hogar de Cristo. Juntos y con la ayuda de Dios hacemos posible que el anhelo de crear una cultura de verdadero amor y respeto al pobre, que forma parte de nuestra misión, sea realidad.

Esta Memoria está dedicada a ustedes, “conjunto anónimo de chilenos de corazón generoso”, como San Alberto solía llamarlos, quienes han contribuido al hacer del Hogar de Cristo un milagro permanente. Un examen como el que a continuación expondremos, permite confirmar los aciertos para transformarlos en práctica permanente y aprender de los errores para evitar repetirlos. Pero, por sobre todo, es un modo de hacer parte a cada uno de ustedes del inagotable trabajo del Hogar de Cristo “por crear un clima de verdadero amor y respeto al pobre”, principal anhelo de su fundador.

Durante 2018, el Hogar de Cristo y sus fundaciones atendieron a cerca de 32.600 personas en situación de pobreza a través de sus 337 programas entre Arica y Magallanes. Entre los múltiples hechos destacables, Fundación Emplea inauguró el centro de activación laboral (C-Lab) que busca insertar laboralmente a hombres y mujeres en situación de pobreza. Fundación Súmate inauguró “Casa Joven”, un centro de encuentro para jóvenes que se encuentran fuera del sistema escolar. El Hogar de Cristo fue convocado como representante de la sociedad civil en 4 mesas de Compromiso País. Asimismo, tuvimos la visita del Papa Francisco al Santuario del San Alberto Hurtado, donde compartió con los acogidos de nuestros programas.

Los quiero invitar a que sigan involucrándose con el Hogar de Cristo, visitando nuestros programas, perseverando en sus voluntariados, para así multiplicar los encuentros transformadores con quienes acogemos. Porque el único modo de generar una cultura de amor al más pobre es haciendo nuestros sus dolores, pero por sobre todo, dejándose transformar por él.