Jóvenes de Súmate: “Quiero tener mi cuarto medio”

Publicado el 05/07/2022

Volver a estudiar después de muchos fracasos y, en algunos casos, con una edad que no corresponde a “lo normal”, no es una decisión sencilla. En los colegios de Súmate, cada estudiante tiene historias y motivaciones diferentes, pero los une el deseo de avanzar. Estos son los relatos en primera persona de alumnos del colegio Padre Álvaro Lavín de Maipú, donde cuentan por qué decidieron volver a las aulas y por qué Súmate fue su mejor oportunidad.

Por María Luisa Galán

Javiera, Felipe, Samanta y Mateo son estudiantes del colegio Padre Álvaro Lavín, de la Fundación Súmate, ubicado en Maipú. Estudian en modalidad dos por uno, diurno, gratis, y al igual que sus compañeros, cada uno trae experiencias de vida distintas que alguna vez los llevaron a desistir de los estudios. Expulsiones, fracasos en el aula, problemas económicos, son algunas de las razones que esgrimen. En primera persona, en estas líneas, cuenta su historia.

Javiera (20): “Mi meta es terminar cuarto medio”

Estoy cursando primero y segundo medio. El año pasado quise terminar primero y segundo pero tenía muchos problemas. En mi adolescencia pasé por muchas cosas y el apoyo que me ha dado la escuela ha sido grande. Gracias a Dios estoy mejor. No he faltado, como los otros años que no venía a clases. Tenía muchos atrasos. Es un gran apoyo la escuela Súmate porque los docentes no sólo se preocupan de tus tareas, sino de cómo estás emocionalmente. Siempre han sido un apoyo para mí. Cuando chica estuve muy sola y pasaba todo el día aquí porque en mi casa había problemas, y ellos siempre estaban al pendiente de mi situación.

Me demoré en volver al colegio, pero aquí estoy. Tuve que trabajar, hacer plata. Pero después dije  “Ya, me pongo a estudiar”. Lo conversé con mi mamá, le dije que iba a estudiar porque es fome que todos hayan terminado cuarto medio y yo esté recién en primero medio. Si el día de mañana tengo un hijo, una familia, quiero decirle: “Hijo, saqué mi cuarto medio hasta en un dos por uno, así que vaya al colegio no más”. Hoy, que tengo 20 y curso primero y segundo medio, tengo otra mentalidad.

En los trabajos te piden tu cuarto medio, pero hay puros curriculums falsos y a mí no me gusta mentir. Además, todos tienen cuarto medio. Mi mamá, todos. Menos mi papá, pero es cuento aparte. Pero yo quiero tener mi cuarto medio, es mi meta.

Este es un colegio de integración y la mayoría de los que llegamos aquí es porque en los otros colegios no nos recibieron por problemas de aprendizaje y atención, que ya es un problema para ese colegio. Segundo, si el niño es atrevido, tiene problemas y es un problema para ese colegio, no lo van a recibir. En cambio, aquí no. Te reciben. Te nivelan hasta que estés a la par de tu curso.

A muchas personas le he recomendado este colegio, pero algunos me dicen que prefieren generar plata. Me dicen paso, para la otra. Por eso algunos se pierden. Les digo: “Son dos años no más, o uno. Igual te puedes hacer unas monedas por aquí, por allá”. Pero no.

Felipe (20): “Un estrés sumado”

Llevo cinco años en el colegio. Llegué en el segundo nivel, tercero y cuarto básico. La experiencia acá es muy distinta a una escuela normal porque muchos dicen que es muy fácil estar en un dos por uno, pero es un estrés sumado porque son dos cursos en uno.

Llegué acá porque en el colegio que estaba antes no tenía media, sólo básica y después talleres de inserción laboral. No se regían por las notas, sino por el rango etario. En ese colegio debí haber pasado a la media, pero como no tenía los 15 cumplidos, repetí y mi mamá decidió sacarme del colegio. Y desde allá me recomendaron este. Venimos de la nada. No me acuerdo quién me entrevistó, pero ahí me di cuenta que no había aprendido nada y que me convenía estar acá. No lo quería asimilar en un primer momento porque había sufrido de bullying y no quería más de lo mismo.

El colegio me ha ayudado no sólo en lo académico, sino en lo emocional también. A veces uno llega con problemas y lo que más intenta hacer el colegio es no agobiarte con materia. Se ponen en el lugar de uno. Si comparo este colegio con el anterior, en el otro no me enseñaban nada.

Llegué acá sólo sabiendo multiplicar. No sabía ni las divisiones básicas. Con los años, fui aprendiendo.

Saldría con gastronomía, pero lo veo como un hobby. No veo mi futuro en la cocina. Quiero entrar a la universidad, a AIEP, y sacar un título en programación y análisis de sistemas. Es lo que me gusta. Me atraen los números, la complejidad.

Mateo (18): “Quería salir de mi entorno”

Llegué aquí a tercero y cuarto básico, ahora estoy haciendo tercero y cuarto medio. Mi experiencia ha sido buena. El colegio ayuda en lo que necesite. Me apoyan. Me ayudan a entender mejor la materia.

Después quiero seguir estudiando. También me gusta la programación, me gustan los números. Antes estudiaba en la casa, por eso me metí al colegio. Estaba aburrido, quería salir de mi entorno, de mi círculo y conocer nueva gente. Mi mamá encontró este colegio por una amiga. Mi mamá me motivó ahora, antes no se pudo porque no estaban los medios para ir al colegio. Sin duda, lo recomendaría por la experiencia que he tenido.

Samanta (19): “Te explican hasta 10 veces”

Llegué a este colegio el 2015. Venía de un colegio normal y no era lo mismo. El apoyo que te dan aquí no es lo mismo. Aquí te conocen. Llegan hasta el fondo de uno. No como en los otros, donde sólo se preocupan que asistas, nada más. Aquí se preocupan de cómo estás.

De chica era la niña problema. Pasé por todos los colegios y este fue el único que logré hacer de tercero a octavo básico. Me fui y después volví. Me echaban de todos los colegios porque me portaba mal. Iba a puro lesear al colegio, pero aquí no. Aquí vengo a aprender. No me sabía ni las tablas. Se daban el tiempo de explicarme, hasta diez veces si no entendía. No sabía sumar, multiplicar, leer de corrido, y aquí te enseñan todo eso.

En un año me echaron de dos colegios. No me querían recibir en ninguno a mitad de año, pero este me recibió. Pude sacar tercero y cuarto básico. Aquí me apoyaron. En los otros no aprendía nada, tenía malas notas. Llegué a tener diez hojas de anotaciones en el libro. Siempre tenía un 4,5 o 5. Ahora tengo un 5,9 y me falta cerrar inglés, con eso creo que cierro con un 6. Creo que va en uno la atención que uno ponga. Antes no me interesaba aprender matemática, inglés, lenguaje. Y si los profesores ven que tienes la disposición de aprender, te van a enseñar. Pero si no ven interés, ¿de qué manera te van a enseñar?

Últimamente he tenido muchos problemas en mi casa y le cuento todo a mi profesor jefe. Y está pendiente, cuando falto, me pregunta si está todo bien. Con Javiera somos las mejores del curso y a pesar de todo lo que nos ha pasado queremos sacar nuestros estudios.

Por el colegio fui a hartos torneos gastronómicos. Me gusta la gastronomía. Cuando me salí de aquí el año pasado, trabajé como auxiliar de aseo en un casino de comida. Y si yo hubiera seguido estudiando y sacado el certificado de oficios que me dan acá, hubiera podido estar en la cocina. Después pensé: estoy ganando el mínimo e igual hago trabajos de gastronomía ahí y no me pagan lo que a los demás porque no tengo título, entonces si saco mi certificado el próximo año y vuelvo a trabajar ahí, quedaría como ayudante de cocina, no de aseo.

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