Segunda oportunidad: El Chile real se gradúa en Betania

Publicado el 24/11/2025

Una madre conductora del Transantiago, un padre electricista con look dark, un presidente de curso y una mentora del Parque del Recuerdo especialmente invitada, son algunos de los asistentes a la graduación de cuarto año medio en el Colegio Betania de Súmate. El Chile real traducido en breves palabras.

Por Ximena Torres Cautivo y María Teresa Villafrade

Ramos de flores de todo tipo y tamaño, con mensajes como “estamos orgullosos de ti”, “cumple todos tus sueños” junto a obsequios de variada gama, son ofrecidos por improvisados vendedores ambulantes en las afueras del Colegio Betania, de La Granja. No son nada baratos. Incluso hay novedades que destacan como el “ramo coreano”, con figuras animé. Uno no entiende mucho la novedad mientras los parientes que llegaron sin nada, compran y gastan sus últimos pesos. El orgullo de la titulación justifica el desarreglo.

La novedad de la temporada: el ramo coreano.

En el establecimiento todo es emoción, alegría y llanto. Su directora, Paulina Vivanco, recibe en la entrada a los padres y familiares de 61 jóvenes que con mucho esfuerzo y sacrificio obtendrán su licenciatura de cuarto año medio. Son todos estudiantes de la jornada de la mañana ya que este año, la escuela duplicó su capacidad con la doble jornada.

Daisy Oliva (42) entra al colegio orgullosa y feliz, acompañada de su hijo, Roberto Barriga (20). Ella es conductora del Transantiago y Roberto es el mayor de sus tres hijos, el primero que le brinda la enorme felicidad de una titulación. En voz baja comenta que es mamá soltera y que él siempre le ayuda a cuidar de sus hermanos menores.

Daisy Oliva y su hijo Roberto Barriga, el primero de sus tres hijos en graduarse de cuarto medio. Su rostro de orgullosa mamá lo dice todo.

“No es fácil trabajar y cuidar de tus hijos. Roberto ha sido mi gran pilar y muchas veces tuvo que faltar a clases para ayudarme con sus hermanos más chicos”. Eso hizo que Roberto se atrasara y que la modalidad 2×1 que ofrece el Betania, ideal para chicos desescolarizados como él o con problemas de repitencia, le cayera como anillo al dedo.

Otra mamá, Elizabeth Pérez y su hijo, Sebastián Ortiz (18), se ven con experiencia en estos eventos. Sebastián es el cuarto de sus cinco hijos que se titula de enseñanza media. “Ya está postulando a ingeniería mecánica en el DUOC”, dice, visiblemente orgullosa. Recuerda, eso sí, la traumática experiencia que Sebastián vivió cuando estaba en segundo básico: “La profesora le pegaba y eso significó que se atrasara un año en sus estudios”.

Elizabeth Pérez y su hijo Sebastián Ortiz, el cuarto de sus cinco hijos en egresar de cuarto medio.

El bullying o intimidación y la falta de flexibilidad en el sistema escolar, afectaron al joven. Pero hoy es un día para celebrar, gracias al colegio que supo brindarle un espacio seguro.

LA GRAN JEFA

Matías Millamán y Carlos Rivas, ambos de 19 años, son amigos inseparables. El primero señala aliviado: “¡Por fin salgo del colegio!”. Cuenta que repitió quinto básico y tercero medio porque faltaba mucho a clases.

“No me gustaba la especialidad del otro colegio técnico donde estudié. Me fue mal. Acá, en cambio, todo salió muy bien”. Cuenta que trabaja de barbero desde el año pasado y, por eso, en el Betania escogió el taller de estética. “Algo de relación tenía aunque no era lo mismo”.

Matías Millamán y Carlos Rivas posan felices de salir por fin del colegio.

Carlos confiesa que las “malas juntas” lo llevaron por mal camino. “No me convenía ir al colegio, andaba en malos pasos. Para mí es un gran logro salir de cuarto medio. Abandoné los estudios en primero y segundo medio por problemas de consumo”.

-¿Qué te hizo cambiar y volver a estudiar?

-Mi mamá, ella me pegó unos buenos coscachos. Mi familia me vio deprimido y le advirtieron. Ella se enfocó en mí. Mi mamá es la gran jefa. Tengo otras dos hermanas mayores.

Tanta fue su transformación que se convirtió en un líder como presidente de curso. Al subir al escenario a recibir su cartón, Carlos Rivas disparó el aplausómetro.

El conductor Mauricio Agurto, papá de Mayra Agurto, está acompañado del pololo de su hija, David Henríquez, quien lleva un lindo ramo de flores en la mano. Ambos lucen muy elegantes y formales, dando cuenta de la importancia que para ellos tiene el evento.

Mauricio Agurto es el feliz padre de Mayra, la tercera y última de sus hijas en finalizar enseñanza media. A su lado, el pololo de Mayra.

“Es la tercera y la última de mis hijas en graduarse. La mayor es arquitecta y vive en Alemania. La segunda terminó su enseñanza media pero no está estudiando nada y ahora es el turno de Mayra”, cuenta, feliz de haber terminado esa etapa con sus tres hijas.

Muy cerca, vemos a una pareja con tatuajes y look dark. Harold Walker (40), maestro electricista y papá de Diego Walker (19), se ve muy serio pero dice estar feliz y aliviado. “Diego fue siempre desordenado, desde chico. Yo fui papá a los 17 años, muy chico, de mi hijo mayor. Luego sigue Diego”.

Junto a él, su pareja Tamara desde hace 9 años, cultiva una vestimenta también oscura y tatuajes. Parecen sacados de una película y por eso llaman la atención. A él cuesta sacarle una sonrisa. Harold agrega:

Harold Walker y su pareja Pamela, esperan con ansias que Diego Walker salga a recibir su diploma.

“Diego quiere ser ingeniero en minas, mecánico o dedicarse a la gastronomía, así de variada está la cosa. Yo prefiero que sea ingeniero en minas para que gane sus buenas lucas”, dice Harold, quien cuenta que Diego no vive con ellos sino con su abuela.

En medio del público está una trabajadora del Parque del Recuerdo. Con emoción cuenta que fue invitada a la graduación especialmente por la alumna con la cual se relacionó este año.

Más de 100 jóvenes de los colegios Súmate vivieron la experiencia de aprender directamente de profesionales de distintas empresas además del Parque del Recuerdo: McDonald´s, INACAP, GTD, Papa John´s, JP Morgan y muchas más. Gracias a estas alianzas, los estudiantes no solo conocieron cómo funciona el mundo laboral sino también ganaron confianza, motivación y nuevas metas para su futuro.

“NO CREEMOS EN HISTORIAS ROTAS”

Cada profesor jefe de los tres cuartos medios que se graduaban da sentidas dedicatorias a cada alumno de su clase en esta maratónica jornada. Palabras de aliento como “persevera y sigue tus sueños”, “no bajes lo brazos, porque has demostrado ser muy resiliente”, fueron la tónica.

La directora del colegio Betania, Paulina Vivanco, les dice a los 61 graduados que no llegaron aquí por casualidad:

Esta familia haitiana posa llena de felicidad. Es hora de celebrar a la egresada de cuarto medio.

“Llegaron porque tomaron decisiones valientes. Porque un día, no saben por qué, despertaron y dijeron, «Quiero volver al colegio. Quiero recuperar el sueño de terminar cuarto medio.» Y se dieron otra oportunidad. Pensaron que a lo mejor era muy tarde, pero sí había tiempo, siempre hay. Y ustedes lo demostraron”.

Y agrega: “Quiero decirles algo con absoluta convicción. En Betania nunca hemos creído en historias rotas. Al contrario, siempre hemos creído en historias que se reconstruyen. Cada uno de ustedes es prueba de eso. Hoy miro sus rostros y al igual que sus familias, sus invitados, vemos con orgullo cómo llegan a este día”.

Teresa Vásquez es la profesora del oficio de banquetería del Colegio Betania. Junto a alumnos y egresados de su taller se preparan para dar el mejor cóctel de celebración a los recién graduados.

También aludió a las responsabilidades familiares: “Muchos de ustedes faltaron al colegio por cuidar a los apoderados, a las familias, a sus propios hijos, algunas crisis personales donde estuvieron durante el año a punto de abortar la misión, los días en que casi no vinieron, pero vinieron. Ustedes eligieron seguir adelante”.

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