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80 años Hogar de Cristo:

Primera función a beneficio fue del Coro de la Universidad de Chile

Un importante y poco conocido dato, acaba de salir a la luz con la publicación de un libro que rescata el legado de Mario Baeza, “figura clave del movimiento coral chileno”, según consigna El Mercurio. Invitamos a conocer los detalles de esta historia con la que iniciamos octubre, mes en que el “milagro cotidiano” de Alberto Hurtado celebra con orgullo sus 80 años.

Por María Teresa Villafrade

30 Septiembre 2024 a las 20:33

“Mario Baeza Gajardo, músico y gestor cultural del siglo 20” es el título del libro de Ana Carolina Reynaldos, psicóloga y ex integrante del Grupo Cámara de Chile. En él, la autora rescata el legado de quien fuera “figura clave del movimiento coral chileno”, según define El Mercurio en su publicación dominical.

Es en el marco de esa noticia que descubrimos un dato muy importante y poco conocido respecto al padre Alberto Hurtado, quien tras cinco años de haber fundado el Hogar de Cristo, buscaba conseguir recursos para su gran obra social, involucrando al también recién nacido Coro Polifónico de la Universidad de Chile, bajo la dirección de Mario Baeza.

Corría el año 1949 y ya existían tres hospederías para mujeres, además de la primera hospedería para hombres y la Escuela-Granja de Colina para 57 niños. Alberto Hurtado sabe que es necesario sumar más ayudas si quiere que el trabajo subsista y por ello redacta un folleto que titula “El Hogar de Cristo: Lo que está haciendo, lo que quiere hacer”.

En este documento, explica cómo surge la obra y plantea visionariamente los que serán sus cuatro ámbitos de acción: el de adultos sin vivienda; el de los niños abandonados que crecen sin hogar ni educación; el de la falta de viviendas para las familias obreras que viven en vergonzosas pocilgas y la falta de educación familiar de los mayores e instrucción técnica para los niños.

El libro de Ana Carolina Reynaldos no detalla cómo se produce el encuentro entre Alberto Hurtado y Mario Baeza, quien llevaba cuatro años a cargo del recién nacido Coro de la Universidad de Chile. Pero detalla que, tras realizar una gira por el sur de Chile (Curicó, Chillán, Los Ángeles, Victoria, Temuco, Osorno y Puerto Montt), el músico traduce y adapta el oratorio El Mesías de Haendel para realizar el primer beneficio público para el Hogar de Cristo. Todo, “a petición del padre Hurtado”.

Esta misma obra se presentó a beneficio de Hogar de Cristo, a petición de Alberto Hurtado.

El lugar elegido para este gran evento musical es el Teatro Municipal de Santiago. Su puesta escena demandó muchísimo trabajo ya que la presentación debía darse en diciembre de 1949. Así, entre abril y noviembre, el grupo coral debió realizar 457 ensayos personales, parciales o generales, según el cálculo hecho por el mismo Baeza.

¿Cuánto dinero recaudó? No aparece mencionado

QUE TODO CHILE CANTE

Otro hecho significativo de aquella época en que ambas figuras coinciden es que no se hacen eco de las críticas que reciben. En el caso de Alberto Hurtado por denunciar las injusticias sociales y en el de Mario Baeza, por llevar el canto a todas las clases sociales.

Según relata el libro de Ana Carolina Reynaldos:

“La víspera del estreno de esta obra (a beneficio de Hogar de Cristo), en una entrevista, Baeza hace una evaluación de los primeros cuatro años de trabajo con este coro universitario: estima en unos 700 los conciertos en este periodo y los escenarios han sido muy diversos, desde el Salón de Honor del Congreso Nacional hasta la cárcel pública de Talca y agrega que la orientación ha sido: Llevar el canto a todas partes, a todas las clases sociales, a todos los rincones, en conciertos públicos, en locales cerrados o al aire libre. Hemos cantado en iglesias, en salas de conciertos, en los parques y en los barrios de Santiago, en los estadios, en la pampa salitrera del norte, en las minas de El Teniente, en lugares diversos de provincias…Consciente de las críticas que se le han hecho por llegar a esos públicos tan heterogéneos, “que cantemos a veces temas populares y estudiantiles y hasta criollos, cuando nuestro sitio en la música – según ellos- debería ubicarse en los grandes polifonistas. Pensamos que están errados y preferimos seguir adelante con nuestro programa”.

Coro de la Universidad de Chile, 1946. Crédito: Colección Archivo del Coro Sinfónico Universidad de Chile.

Mario Baeza, al igual que Alberto Hurtado, fijaba su norte movido por convicciones éticas. Por eso no debe haber sido difícil que congeniaran.

NAVIDAD PARA LA GENTE SOLA

Para la autora del libro, una de las experiencias más inolvidables que compartió con el músico fue la de participar en los “comandos navideños” que se ideaban para los días previos a Navidad.

“Él siempre fue muy crítico de la distorsión que se hacía de las festividades religiosas, que Semana Santa se convirtiera solo en un viaje a la playa para comer mariscos o la Navidad fuera simplemente un gran gastadero de plata para comprar el mejor regalo. Entonces nos pedía a un pequeño grupo (8 o 10 voces) juntarnos en el centro a la hora de más congestión de compras, digamos al mediodía, y nos ubicábamos en los pasajes o galerías como el pasaje Matte, el portal Fernández Concha o la galería Edwards, y en algún rincón nos poníamos a cantar villancicos…”

Además, en una época en que su esposa e hijas vivían fuera del país, Mario Baeza ideó la “Navidad para la gente sola”. “Él eligió pasar la Navidad con otros que estaban tanto o más solos que él”.

Festival de Semana Santa. Crédito fotografía: Álvaro Hoppe.

Otra razón para imaginar lo natural que fue para él donar ese especial “El Mesías” de Haendel al Hogar de Cristo y sus beneficiarios.

Coro del Físico, 1956, fotógrafo desconocido. Colección Risso-García.

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