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Miguel Cortez Chau:

“No es extraño que existan homosexuales católicos”

Este joven ingeniero comercial de la Universidad Católica, Miguel Cortez Chau, es miembro de la Pastoral de la Diversidad Sexual (Padis+) y del directorio de la fundación Todo Mejora. La primera es una pastoral de acogida en la fe a lesbianas, gays y bisexuales. La segunda, apoya a niños, adolescentes y jóvenes que viven experiencias de violencia basada en su orientación sexual e identidad de género. Aquí cuenta sus razones.

Por María Teresa Villafrade

24 Agosto 2021 a las 11:40

Nacido en Santiago pero criado en Antofagasta, Miguel Cortez Chau cumplió 35 años el Día de la Solidaridad, el 18 de agosto, fecha en que se conmemora la muerte del fundador de Hogar de Cristo, Alberto Hurtado. Dice que toda su vida ha estado marcada por la impronta jesuita. Se educó en el colegio San Luis que la congregación tiene en la ciudad minera, una época que describe como muy importante y de la cual guarda la mejor memoria.

“Antofagasta es una ciudad con buena calidad de vida, con muchas alternativas culturales y sigue siendo familiar, uno se conoce con todos, de alguna manera estamos todos vinculados. Fue crecer en una ciudad muy cariñosa con una red grande de amigos, y además frente al mar. Conservo amigos de esa época y de mis profesores, los curas, tengo muchos recuerdos lindos, el colegio fue muy importante en mi vida”, dice.

-¿Qué te quedó de esa formación?

-“La parte académica estuvo muy bien, pero lo que más rescato del colegio es la parte valórica, me enseñaron a conocer una fe en un Dios que está basada en el cariño, el respeto y la hermandad. Al mismo tiempo, nos enseñaron dos ápices muy decidores: cómo esa fe se traduce en el día a día, y la invitación a tener una fe crítica en la que nos invitaban a hacer cuestionamientos profundos respecto a cómo vivimos la espiritualidad. Eso me marcó e hizo que me pudiera enfrentar a otras culturas y religiones. A conocer a otros con cariño, aprender a escuchar”.

Cuenta que en su vida ha habido mucha interculturalidad dado que su familia es mitad chilena, mitad china. De hecho estuvo en China aprendiendo chino mandarín. “He conocido otras culturas desde niño, por lo tanto, yo me defino como un hombre intercultural, he tenido oportunidad de viajar y de vivir en distintos países, y lo he tratado de potenciar lo más que puedo. Siempre desde la vereda del respeto”, agrega.

Entró a la Universidad Católica para estudiar Ingeniería Comercial y actualmente se encuentra realizando un MBA en Barcelona, España. Planes futuros aún no tiene, prefiere ir paso a paso.

“Me considero un hombre espiritual, me interesa mucho desarrollar esa parte de mí. Nací en el seno de una familia chilena-china y la presencia católica viene por herencia cultural. La Universidad Católica tenía ese plus por sobre otras, me interesaba que fuera académicamente muy exigente y que me recordara constantemente lo espiritual”, dice.

PADIS+: UNA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL

Una vez que terminó sus estudios universitarios y comenzó a trabajar, Miguel cuenta que vino una época en que empezó a cuestionarse su sexualidad: “En ese momento de inflexión, cerca ya de los 27, 28 años, harto viejo, me sentí en la necesidad de pedir ayuda, de buscar apoyo profesional y volví a donde siempre me he sentido en casa: al mundo ignaciano. Fue justo en la misa de San Ignacio que escuché hablar a Carmen Luz Güemes hablar de Padis+, acrónimo de Pastoral de la Diversidad Sexual”, relata.

Creada a fines de 2010, es una pastoral que creció al alero de una Comunidad de Vida Cristiana (CVX) en la que participan hombres y mujeres lesbianas, gays y bisexuales (LGB), y por mamás y papás de hijas e hijos homosexuales. Se trata de una pastoral inédita en el mundo.

“Al principio llegué muy tímido, con muchas preguntas y dudas, pero pronto descubrí a un grupo de personas cálidas y cariñosas, acogedoras, divertidas. Encontré un camino que construyo día a día y en el que disfruto caminar, además no camino solo sino que con otros, comparto lo que ya he vivido, siempre desde la vereda del respeto, el cariño, y con la espiritualidad que quiero cultivar”.

Explica que Padis+ nació gracias a un grupo de hombres homosexuales que querían ser parte de una CVX, donde la sexualidad no fuese tabú sino que se pudiera hablar de ella como algo natural. “Años después se creó la Padis+ Padres que agrupa a padres y madres de hijos e hijas homosexuales y de todo el espectro de diversidad que existe. Un reportaje publicado en la revista Paula hizo que creciera mucho más en número. La experiencia religiosa es bastante transversal y la experiencia homosexual también lo es. No es extraño que existan homosexuales católicos, muchos de ellos se vieron excluidos y/o coartados. Era necesario encontrar un lugar donde se pueda conciliar lo que tú eres y tu fe. Padis+ se presentaba como una luz al final del túnel”.

Miguel Cortez recuerda que estando en la universidad, tal era el tabú respecto a este tema que incluso hubo una persona que lo acosó. “El cambio que vemos ahora es desde hace muy poco, hoy existe una Ley Zamudio y este tipo de hostigamiento y acoso se puede denunciar, es inaceptable, pero en aquellos años –y no soy tan viejo- no había nada”.

-¿Crees que ha habido una apertura en la Iglesia?

-“Es tan difícil hablar de la Iglesia porque depende tanto de lo personal, de lo que a uno le tocó vivir. Yo tuve la suerte de conocer una Iglesia cuestionante, que nos invitó a no ser taxativos respecto a ciertas cosas, pero pudo haberme tocado otra cosa: esa Iglesia dogmática que coarta y que ha sido destruida por los mismos que la propiciaron. Esas mismas estructuras cerradas terminaron por destruirla. Hay personas a las que le ha tocado vivir una situación terrible por la naturaleza de su existencia, han sido apuntadas con el dedo y señaladas como miembros anómalos, invitados a vivir un estilo de vida que en lugar de acercarlos al amor de Dios, los aleja profundamente. Ese no es el Dios en que yo creo, la Pastoral de la Diversidad Sexual nació como respuesta a esas inquietudes, un grupo de hombres homosexuales que querían vivir en una comunidad de vida cristiana, donde la sexualidad no fuese tabú sino que fuese conversada como algo natural.

O ERES HETEROSEXUAL O ERES HOMOSEXUAL… ¿Y ENTRE MEDIO?

Miguel Cortez fue parte del comité asesor durante dos años de Padis+ y actualmente es embajador chileno en la red internacional Arcoiris que existe en todo el mundo y de la cual Padis+ Chile fue una de las fundadoras. “El rol más importante de todos para mí es qué tan abierto soy para compartirme, cómo he aprendido y he crecido en el camino espiritual, es una de las cosas más valiosas de la pastoral: el cuestionamiento constante”, acota.

El joven ingeniero comercial es parte también directorio de la Fundación Todo Mejora, que apoya a niños, adolescentes y jóvenes que viven experiencias de violencia basada en su orientación sexual e identidad de género.

“La polarización que vemos en el país se da en todas las esferas de la vida, no solo en la política. Por eso quise aportar también desde la sociedad civil en Todo Mejora y mi rol principal es en las finanzas de la fundación. Dentro del mundo de la sexualidad, o eres heterosexual o eres homosexual, pero se omite y se excluye todo lo que existe entre medio. Hay una variedad de diversidad en los géneros también, entre lo masculino y femenino existen también muchas diversidades. Hay un mundo que se ha excluido completamente, yo creo que hay muchas experiencias que acoger, que explorar, que aprender y de las cuales tenemos que ir aprendiendo. Entre la izquierda y la derecha pasa lo mismo, hay mucha gama entre ambas, puedo adscribir a parte de alguna u otra. Lo importante es ser capaces de escucharnos con respeto, si no existe ese diálogo, no existimos, estamos en una dictadura. Miramos solamente sombras como en la caverna de Platón y no experimentamos la realidad que es mucho más rica de lo que pensamos”.

-¿Por qué sientes ese llamado tan fuerte a estar involucrado?

-”Yo tengo solo una hermana que es menor que yo. Siento que es estos espacios en los que participo podemos encontrar el hermano mayor que siempre quisimos tener. Al que puedes hablarle y sabes que te va a responder buscando el bien mayor. Lo que yo trato de hacer es desde la perspectiva del hermano mayor, ese es el sentimiento que me mueve. Por Dios que hubiera sido hermoso en mi generación, algún referente que me hubiera servido de ejemplo, hoy ves futbolistas, campeones olímpicos, profesionales, periodistas, médicos, papás, mamás, choferes del Transantiago, de distinta orientación sexual. En mi época y no quiero ser peyorativo el único referente era Gonzalo Cáceres.

“En Antofagasta, pueblo minero por excelencia, los términos para referirse a la homosexualidad eran un insulto, todas las palabras que se usaban en el día a día eran peyorativas y si llegas a ser víctima de algún ataque, era tu culpa, jamás le decían al acosador que no debía hacerlo. Esa situación ha cambiado, ahora se conversa sobre qué es ser homosexual, en nuestra época no se conversaba, era solo un insulto. No depende de ti o de mí ser parte de la diversidad sexual, lo único que sí depende de mí es ser consecuente con mi naturaleza. Yo podría no hacerme caso y vivir una vida asexuada, pero no es justo y no está bien”.

Se pregunta cuánta creatividad y humanidad se perdieron por coartar la diversidad sexual. “Es bueno que en los colegios se hable y se creen espacios de conversación. Cuando no puedes ser realmente tú, te aislas, pudiendo ser muy sociable, prefieres estar solo y te coartas de vivir cosas bonitas. Le hace mal a todo el mundo no poder vivir como es realmente. Amar al prójimo como a ti mismo implica amarse a uno mismo como es”, dice finalmente.

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