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Eliana Busch:

La vida es tirarse a la piscina

La gran triunfadora en el Mundial Máster de Natación en Doha, Qatar, volvió con cuatro medallas de oro, con las pilas más cargadas que nunca. Han pasado casi dos años de esta entrevista que nos dio para el programa Piensa en Grandes, pero su vitalidad, su juventud de mente, de espíritu, de cuerpo, se mantiene intacta, ad portas de los 90 años.

Por Ximena Torres Cautivo

6 Marzo 2024 a las 21:48

–Nunca vi nadar a Frank Sinatra, que recuerde. En cambio a Antonio Prieto, sí. Él nadaba por la Universidad de Temuco. No era un gran nadador, pero sí un deportista que le entusiasmaba la natación y era algo hermoso verlo nadar. No era exactamente un hombre de mi gusto. Sabido es que sobre gustos no hay nada escrito, pero era hermoso verlo nadar.

Esta confidencia nos hizo la súper medallista en categoría senior de natación Elena Busch (89) en 2020. Entonces había salido campeona con tres oros en el mundial en Corea del Sur, tal como ahora –ad portas de los 90 años– obtuvo cuatro medallas doradas en el Mundial Máster de Natación en Doha, Qatar.

Entonces recordó a sus cantantes favoritos –Sinatra y el intérprete de blanca y radiante va la novia– conversó con nosotros en el programa Piensa en Grandes, demostrando que, aunque pasen y pasen los años, esa es su divisa: pensar y actuar en grande.

En la portada de Revista Estadio en sus primeros triunfos, una jovencita Eliana Busch

–Te lo confieso: yo no era una gran estudiante de niña. No me lucía y uno siempre, o yo al menos, siempre buscar destacar. Así descubrí que haciendo deporte lograba lucirme. Me gusta competir. ¿Por qué elegí la natación? Porque me resultaba más fácil que el tenis, donde había que ser socio de un club. No había que tener raqueta y otros elementos que eran caros.

–¿Y qué te ha movido a hacer deporte en un país tan sedentario como el nuestro?

–Son clave las prácticas deportivas. Hacen que uno se sienta más útil, más activo. Segundo, te enfermas menos y lo más importante: hacen que tu vida tenga un propósito, un desafío.

Entonces nos contó que sus hijos y sus nietos son deportistas. “Hacen deportes, me quieren mucho y valoran que el deporte me haya librado de una serie de enfermedades que propias de la vejez, como la artritis y la artrosis”.

UNA META SIEMPRE

Empilada como es, no entiende a los que se conforman con estar sentados frente al televisor. Ella no necesita acción, moverse, competir y ganar, que la llena de felicidad.

–No ayuda nada el sistema en que vivimos. Yo haría, por ejemplo, que las piscinas funcionen después de las horas de trabajo. Yo sufrí cuando durante la pandemia se cerraron. A mí me duelen los músculos cuando dejo de nadar. Yo necesito nadar. Y mucho son como yo. Como profesora de natación, he recibido personas que han sobrevivido a derrames cerebrales y que llegan arrastrando la mitad del cuerpo y al cabo de un mes en la piscina ya han recuperado parte de la movilidad perdida.

Eliana Busch aboga porque nunca se cierren las piscinas, como pasó en pandemia

Calculaba entonces que le había enseñado a nadar a mil personas en su vida. “Todos los que han llegado enfermos, han sanado o al menos mejorado sustantivamente. En el caso del coronavirus, fue notable darse cuenta de lo bien que le hace a los pulmones nadar”.

–Eliana Busch, tú que eres competitiva, ¿consideras el envejecimiento una especie de derrota o es un logro? ¿Cómo es esta competencia que es la vida?

–Desde que se nace se compite con la vida, con las circunstancias, con uno mismo. Competir es ponerse metas. Tener un propósito en la vida y eso te hace bien, te mantiene viva. Vital.  Yo he competido y ganado. No encontré el mejor marido del mundo, que era una meta; ahí tuve mala suerte. Pero a mi edad me siento joven y feliz. Tengo nervios antes de competir y eso me gusta. No quiero perder jamás la emoción que representa competir.

Tirarse a la piscina, con casi 90 años, y salir campeona. Metafórica y literalmente.

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