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Paulo Egenau deja el Hogar de Cristo

Y lo reemplaza Liliana Cortés

 “La pobreza no ha sido una prioridad política en ningún gobierno", dice el director social del Hogar de Cristo, quien se declara "de duelo". Después de casi cuatro décadas participando de forma activa en la fundación, y más de siete en su actual puesto, el psicólogo dejará sus funciones este 1 de agosto. Si bien no tiene muy definido su futuro, espera dedicarse a la academia o a actividades como "tomar cursos de cocina coreana", cuenta a "El Mercurio", mientras recorre las instalaciones del lugar junto a quien asumirá su cargo, la trabajadora social Liliana Cortés. Reproducimos aquí la entrevista a ambos que les hizo El Mercurio y se publicó este domingo 23 de julio.

Por Marianne Mathieu/ Publicado por El Mercurio

24 Julio 2023 a las 17:59

“Tiene que ver con una decisión personal, con un ciclo de vida y también una mirada de que ya llevo 37 años”, menciona el profesional sobre las razones de su partida. Cortés hasta ahora se desempeña como directora ejecutiva de la Fundación Súmate, que pertenece al Hogar de Cristo, y ha desarrollado trabajos sociales desde los noventa, cuando colaboraba en ollas comunes.

Ahora, asume la dirección con algunos desafíos primordiales como el “estado de alarma educacional” y “la consecuencia y las implicancias de envejecer y morir en pobreza”.

–¿Cómo se siente dejar la fundación después de 37 años?

Paulo Egenau (P.E. ): “Esto no es un trabajo en una oficina donde uno va, cierra a las seis de la tarde y se va. Esto tiene que ver con una historia de un compromiso, que va más allá y, por lo tanto, define parte fundamental de tu existencia, de la manera en que vives, no es solamente el lugar donde trabajas. Y tiene un efecto, un impacto profundo en tu existencia. Miro atrás y junto con mi familia, son mis dos principales amores. El Hogar de Cristo es el lugar que me proveyó de propósito, de sentido y de una profunda realización”.

–¿Cuál es el principal desafío que tiene hoy la sociedad chilena?

Liliana Cortés (L.C): “Que cada persona pueda sentir que este es un espacio donde puede crecer, desarrollarse, ser contenida. En la medida que no haya rutas claras para poder sentir que avanzamos, nos perdemos. Nos perdemos del contacto cotidiano, de la posibilidad de pensar cosas juntos, de subirnos a causas comunes. Y eso hoy día Chile lo adolece: está permanentemente en esta idea de que está fragmentado, fracturado o de que no hay una visión país.Y hay tantas visiones país como personas habitamos en Chile, pero eso implica mucho mayor diálogo”.

P.E.: “Comparto, y creo que tenemos la oportunidad extraordinaria de construir un país desde una percepción de un Estado social y democrático de derecho. La pobreza nunca ha sido una prioridad política, en ningún gobierno, por lo menos de donde yo doy cuenta . Más bien todo responde a las demandas lícitas de colectivos que tienen la competencia para organizarse y demandar colectivamente su demanda.
Las personas en situación de calle no lo hacen; los niños que están excluidos del sistema escolar porque trabajan no lo hacen; los adultos mayores que envejecen y mueren en pobreza extrema no lo hacen; las personas con discapacidad mental y pobreza no lo hacen y no votan mayoritariamente.
Por lo tanto, no tienen una relevancia y un peso político”.

La entrevista publicada el sábado 22 de julio, tuvo inmediatas reacciones. El domingo fue comentada en Cartas al Director por el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez. Fotp: Héctor Aravena.

SOLUCIONES INTEGRALES

En la estrategia social del Hogar, se menciona también la necesidad de incluir a personas en situación de pobreza a las discusiones.

L.C.: “El Hogar de Cristo atiende anualmente 40 mil personas. Y la esencia es poder dialogar con las personas que viven esta situación diariamente, que la sufren, que les duele, y con ellas construir una visión esperanzadora, que luego se transforme en una política pública que le devuelva de alguna forma condiciones para poder avanzar”.

P.E: “Tenemos que ir moviéndonos del cuidado puntual de personas con determinadas dificultades, como, por ejemplo, adulto mayor en residencia, como tuvimos hace muchos años atrás, a uno mucho más participativo, comunitario y empoderador de la comunidad en situación de pobreza (… ). No somos la voz de la pobreza, jamás lo vamos a ser y sería pretencioso pensarlo”.

–¿Cómo se conjuga la pobreza con el déficit habitacional?

L.C: “La forma de abordarlos es de forma integral. Por eso que el tema de la mirada territorial es tan relevante, porque, o sea, necesitamos mejores ciudades, bajar el déficit habitacional, por supuesto, pero ¿para qué? Para que estén incorporadas las personas que viven en situación de calle y que necesitan una vivienda, para que los adultos mayores no tengan que estar en una residencia a kilómetros, en otras ciudades de su lugar de origen. Cómo generamos ciudades que son no solamente para cubrir un déficit habitacional, sino para generar mayor bienestar”.

–¿En qué situación observan que están los niveles de pobreza?

PE: “Cuando yo entré al Hogar, había un 40% y logramos disminuir a menos de un dígito la pobreza por ingreso. Pero nosotros, el Hogar de Cristo, empezamos a hacer una crítica al Estado, ya que la medición de pobreza por ingreso era absolutamente insuficiente. Ahora, ¿por qué se postergó tanto tiempo el poder medir la multidimensionalidad? Porque implicaba que al gobierno que hiciera eso la pobreza le iba a aumentar . Y en la última encuesta CASEN, la de pandemia, pese a que no midió la multidimensionalidad porque fue encuesta telefónica y tuvo esas dificultades, la pobreza extrema se duplicó. Pasamos de 400 mil a 800 mil personas, y lo que suponemos es que ahora… vamos a tener un aumento de los indicadores”. .

–¿Cómo impacta el aumento de la inmigración en la pobreza?

LC: “Del 3% a 7% de las personas que atendemos están en situación de migración. Además, han ido cambiando las oleadas, digamos, de migración en Chile. Se han ido acentuando en términos de mayor pobreza. Las primeras olas de migración eran personas que tenían la posibilidad de llegar en avión o en bus en pocos meses.
Hoy la realidad es que hay gente que viene viajando dos años”.

Uno de los puntos clave, menciona Cortés, es que quienes trabajan para el Hogar deben incorporar “la mirada de la interculturalidad” con los extranjeros. “Y ahí hay un primer desafío, porque una cosa es querer atenderlos y otra cosa es saber qué elementos tienes que tener en consideración cuando trabajas con una persona que viene hace dos años viajando y que ha dejado todo y ha perdido mucho”, dice la trabajadora social.

¿ES CHILE UN PAÍS SOLIDARIO?

Acerca de los extranjeros, Egenau complementa que “nos empezaron a aparecer con mucha fuerza en jardines infantiles y salas cunas. Entonces, empieza la necesidad de relacionarse, de entender, por eso la interculturalidad es tan importante. Pero llegamos a visitar el programa y las educadoras nos dicen: `Hay un problema de aceptación alimentaria, no comen las cosas que les cocinamos’, porque no es lo que comen. Entonces, se desató una crisis de que lo que los niños chilenos comen, ellos no lo comen porque no les gusta.
Hay transformaciones tan banales como esa hasta la barrera idiomática”.

–¿ Cómo han percibido la crisis de los convenios de las fundaciones?

P.E.: “Yo creo que aquí se evidenció una suerte de clientelismo político reprochable, por lo demás histórico, que es que los gobiernos de turno privilegian el uso de recursos públicos para sus aliados políticos, gente con relaciones de confianza, para desarrollar tareas que desde la perspectiva mía requieren de altos niveles de especialización, de experiencia, de conocimiento”. Y enfatiza: “El posible desprestigio que la sociedad civil puede vivir a partir de estos hechos, si uno mira a todo el colectivo nacional de organizaciones, es enorme.
Y esto le hace mal al país, porque la sociedad civil es necesaria para el desarrollo de Chile”.

A eso, Cortés agrega que es grave porque “las fundación, en general, la sociedad civil es una primera línea, está muy cerca de las personas que viven hoy día en situaciones de mayor vulnerabilidad y pobreza”.

–¿Y cómo evalúan la compleja implementación del servicio Mejor Niñez en reemplazo del Sename?

P.E.: “Está tratando de armarse a partir de una historia de negligencia política de todos los gobiernos. Lo han hecho pésimo, ha sido un servicio con malos recursos, sin innovación, sin políticas claras, masivo, con malos estándares, absolutamente invisibilizado, postergado, sin relevancia en política pública innovadora, y hoy día hay una intención de revertir eso. De que tenemos todavía dificultades gravísimas, las tenemos. Y el tema de cuidado residencial es un problema gravísimo. Pero hay que implementar los servicios integrados y las necesidades de generar políticas públicas colaborativas, integradas, interministeriales. Aquí tiene que haber un cambio de mirada fundamental, que fue lo que propusimos. Lamentablemente, Desarrollo Social es un ministerio que tiene poco poder político y en el minuto de poder incidir en la definición de los presupuestos, no tiene muchas posibilidades de tener impacto político”.

–La sociedad chilena es menos católica de lo que era hace 30 años, ¿es también menos solidaria?

PE: “Yo creo que no somos un país solidario. La solidaridad no es la capacidad de responder en una coyuntura crítica del país, en una Teletón, en un incendio, en un terremoto, en lo que tú quieras. La solidaridad es una manera de vivir, es una manera de relacionarse, es una forma de estar en la vida. Una persona solidaria no es la que se pone a llorar por la `tele’ porque aparece un niñito con problema o la señora a la que se le quemó la casa. Todos reaccionamos ante situaciones de dolor extremo en el mundo. Eso no nos hace solidarios”.

L.C.: “No seríamos humanos, si no. La solidaridad pasa por bajar las barreras y por reconocer, además, nuestras limitaciones en prejuicios”

 

PAULO EGENAU: “Estoy un poco desesperanzado”

–En sus más de 30 años en la fundación, ¿en algún momento vio a Chile cerca de erradicar la extrema pobreza?

“No, nunca. Hay una mirada engañosa, porque la situación en la que estamos es tan brutal, tan dramática, tan inconcebiblemente injusta. No podemos caer en la trampa de la autocomplacencia, cuando de verdad tú miras esos datos y honestamente haces una evaluación de la pobreza, incluyendo la multidimensionalidad, que no es menor”.

–¿Y qué debe ocurrir para que haya un cambio?

“Es difícil si no hay una conciencia colectiva, si no cambia la ética pública respecto de la pobreza, o hay una forma de entenderla de manera distinta, ojalá a nivel constitucional, que es lo que esperamos… Pero estoy un poco desesperanzado”.

–¿Desesperanzado, por qué?

“Tantos años que veo que la historia se repite y se repite… Estoy desesperanzado en que el país asuma la responsabilidad de que la pobreza es inaceptable y que tiene que ser la prioridad uno de todos los gobiernos”.

 

LILIANA CORTÉS:

“El Mineduc tiene la política de reactivación educativa: el tema es que no es suficiente”

La fundación Súmate, que Liliana Cortés ha dirigido durante más de una década, se enfoca principalmente en abordar la exclusión educativa y en frenar los efectos negativos que provocó en esta materia la pandemia, uno de los principales desafíos que también deberá encarar desde su nuevo rol en la dirección social. La trabajadora social dice que hay “dos efectos muy graves: uno que tiene que ver con la brecha de aprendizaje.
Y con resultados de aprendizaje que ya eran malos, no es que la gente dejó de aprender, es que los niños ya no aprendían desde antes; y el otro que se agudiza es el de la desescolarización”. Y asegura: “No existen hoy día políticas fortalecidas para el reingreso escolar, que es algo en lo que se ha venido trabajando históricamente, no existe una oferta.  Si un niño no ha estado los últimos dos o tres años, no se va a sentar de un día para otro en la misma sala de la cual salió hace tres años”.

–¿Y cómo evalúa lo que se está haciendo?

“Hoy día la cifra, al no estar actualizada, al no tener claro cuáles son las comunas donde esos niños no están, no podemos ir a buscarlos de forma masiva. Hay una política de reactivación con agentes que están yendo a buscar y eso está muy bienvenido. Pero la pregunta es: ¿ a dónde los vamos a llevar? Y ahí nuevamente surge el tema de la oferta de reingreso como una política urgente de poder implementar. Es algo que tenemos que seguir empujando”.

–¿Pero qué falta hacer? ¿Cómo lo está enfrentando el Ministerio de Educación? 

“El Ministerio de Educación tiene lo que se llama la política de reactivación educativa: el tema es que no es suficiente. No existen recursos extraordinarios para esto, y la oferta de reingresos no está disponible. Entonces, al final estás tratando de poner en marcha algo sin recursos extraordinarios, sin acuerdos transversales, sin articulación público-privada. Así, vamos a llegar cuando dos generaciones más se nos fueron. Si el año pasado eran 50 mil niños los que se nos quedaron afuera un año, estamos esperando la cifra, posiblemente van a ser más. Porque no llegas a tiempo. Porque la propuesta educativa tiene que ser flexible, tiene que estar adecuada a los intereses de los niños y de los jóvenes.
Y yo creo que hoy día todavía estamos peleando en qué vamos a hacer, y eso no es suficiente”. Y agrega: “Cuántos niños están hoy día presos de las dinámicas, digamos, de delincuencia, de narcotráfico, esas son realidades cotidianas. Nos duele, nosotros perdemos niños ahí, los estamos perdiendo todos los días.
Si tú pasas por una población, está lleno de animitas, y son de niños o de jóvenes, los mataron en la población. ¿Dónde tenían que estar? En la escuela. ¿En cuál escuela? En la escuela que les haga sentido.
Existe esa mirada quejumbrosa de que no sabemos qué hacer con los jóvenes… Pero hoy día en Chile no hay políticas para la juventud”.

–¿Y los apoderados que no envían a los menores?

“Hay que generar una alianza. La crisis la tenemos en la primera infancia, en jardín infantil, la sala cuna, porque `para qué lo voy a llevar si yo lo puedo criar mejor’. La sala cuna debería ser un aliado en la crianza, que atienda hasta más tarde, que tenga horas prolongadas, que el servicio posiblemente sea más flexible”. Liliana Cortés lleva 11 años como directora ejecutiva de Súmate.

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