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Rosa Montecinos:

¿De qué brecha digital hablamos?

Pertenece al programa de atención domiciliaria del Hogar de Cristo de Valdivia y es la reina de las redes, experta en tutoriales y una bala para aprender vía YouTube toda suerte de manualidades. Con una vida dura como madre sola –separada primero y luego viuda–, ha logrado abrirse camino porque es metódica, ordenada y muy tecnológica. Su casa de comodato es la más decorada del pasaje.

Por Ximena Torres Cautivo/ Fotos: Mauricio Hofmann

11 Febrero 2025 a las 19:43

El jardín de la casa de esta madre, abuela y ex trabajadora de casa particular, hoy jubilada, destaca en el pasaje de la población Los Alcaldes en Valdivia. Con 69 años, Rosa Montecinos, ha pintado una a una las piedras que rodean armónicamente rosas, hortensias, las matas de mosqueta, así como la vereda que va desde la puerta peatonal hasta la de entrada.

Todo luce primoroso. Y el motivo dominante en las piedras son las chinitas, pequeños escarabajos, que Rosa pinta de rojo, con lunares negros, y acomoda con gracia por todo el antejardín. Hay chicos, grandes y medianos, según el tamaño de las piedras.

Rosa Montecinos pinta las piedras de su jardín con una técnica que encontró en Youtube.

“Esto lo hago con tempera y con un barniz brillante que sella el trabajo”, explica con seriedad.

–Me imagino que su nieto León, que ahora está de visita, goza haciendo con usted estos trabajos…

Todo lo que adorna la casa de Rosa lo ha hecho ella misma. Aquí con su nieto León

–No, esto hay que hacerlo sola, concentrada. Es un trabajo muy delicado –responde Rosa, en el comedor de su casa, tomándose muy en serio las manualidades, que son su pasión y su principal tarea cotidiana.

FEMENINA Y PULCRA

El interior de la pequeña casa es pulcro, perfumado, alegre y femenino. Hay flores, manteles bien planchados, adornos –hechos todos por ella– en las superficies de los muebles, en las paredes, sobre la superficie de la cocina.

La técnico social de 75 años, quien lleva trabajando los últimos 21 en el Hogar de Cristo de Valdivia, Nery Salas, aprueba con la cabeza las explicaciones de Rosa Montecinos, quien es una de las 30 personas mayores del programa de atención domiciliaria en el que ella trabaja.

“Son 24 señoras y sólo 6 hombres, uno de los cuales también vive en este pasaje. Esta es una casa entregada en comodato para adultos mayores. Varias tienen esa característica en esta población. No son propietarios, pero es como si lo fueran y el contrato se renueva cada dos años. Si están al cuidado de un hijo o un familiar y esa personas es mayor, el contrato cambia de titular cuando la persona mayor muere. Me parece un muy bien sistema para asegurar una vivienda a personas mayores en pobreza”, opina.

Nery Salas es la técnico social que regularmente visita a los 30 participantes del PADAM de Valdivia.

Nery cuenta que Rosa tuvo la visión de postular a este sistema hace años y logró así asegurarse el techo que hoy la cobija. “Ella vive sola. Ahora su nietecito está pasando el verano con ella, pero la señora Rosa es viuda desde hace años. Antes ya estaba separada, porque sufrió violencia intrafamiliar. Ella sacó adelante a sus hijas trabando como empleada en casas particulares. Hoy es autónoma, autovalente y muy diestra en el uso de internet. Todo lo que sabe hacer, incluidas las piedras pintadas, lo aprende a través de la red. Es muy admirable”.

LA MÁS VITAL DEL EQUIPO

Nery es mayor que muchas de las personas mayores a las que asiste, y eso mismo –afirma–, la mantiene viva y vital.

–Me gusta mucho el trabajo que hago. Cuando falleció mi marido, hace tres años, fue la mejor terapia que pude tener para no venirme abajo. Yo había estado pensando en retirarme. Afortunadamente no lo hice, porque sin esta ocupación, tan útil para mí y para otros, quizás cómo lo habría pasado al quedarme sola.

Madre de dos hijas, una de las cuales vive en Santiago, abuela de 5 niños, sostiene que su edad es una ventaja que favorece la empatía con las personas a las que visita. “Creo que mi experiencia de vida les sirve a ellos y la de ellos, me aporta mucho a mí”.

La técnico social Nery Salas es la mayor del grupo que lidera Claudia Ruiz en Valdivia. Y pese a eso a veces les saca distancia en energía, dice su jefa.

Y al programa. En palabras de la jefa de operación social del Hogar de Cristo en Valdivia, Claudia Ruiz: “Nery tiene más pila que muchos de nosotros. No se queda nunca quieta y es súper comprometida con el trabajo”.

Y con mujeres como Rosa Montecinos, la experta autodidacta en bricolaje y manualidades, que se forma sola a través de Youtube y otras redes sociales. Y que, como acertadamente dice Nery, debería convertirse en monitora de algún taller para sus pares.

–El trabajo manual es un tremendo aporte a la mantención de la motricidad, la memoria, el sentirse gratificado y productivo. Ella lo hace tan bien y tan en serio que no sería nada de mala idea que liderara un taller. Que fuera monitora.

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