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Un ticket naranja...

súper valorado

En las primeras entregas de los kits de habitabilidad hechos por Hogar de Cristo en el devastado campamento Monte Sinaí, en Viña del Mar, el vale por un balón de gas se convirtió en estrella principal.

13 Marzo 2024 a las 21:25

Un cilindro de 11 kilos de gas tiene proporcionalmente tanto valor como una vivienda de 18 metros cuadrados, más cuando enciende una cocina encimera, que viene incluida en el kit de habilitamiento interior de las casas de las personas damnificadas en el megaincendio de Viña del Mar.

Así lo entendimos nítidamente en la toma de Monte Sinaí, donde de las 246 familias que albergaba la toma, sólo 21 lograron salvar sus viviendas.

Natalia, quien está con tres meses de embarazo, recibe de Alex Arancibia, jefe de operación social en Valparaíso, su vale Abastible. Su ticket naranja.

Tres madres de ese gran grupo de damnificados agradecieron con genuina emoción estos hogares de emergencia levantados por Techo que el Hogar de Cristo tiene la tarea de “vestir” por dentro. Un elemento clave de esos enseres interiores que permiten recuperar el calor de lo cotidiano y familiar fue el súper valorado vale por un balón de 11 litros, que venía junto a la cocina encimera.

Abastible, con su característico color naranja, se hizo presente en esos tickets que las dueñas de casa atesoraron de inmediato. Alex Arancibia, el jefe de operación social territorial de la región de Valparaíso Interior, que ha estado apoyando el trabajo en la zona costera dada la emergencia, fue el encargado de hacer las entregas. Y de explicar cómo convertir el ticket en la energía que encenderá esas cocinas.

VALE POR UN BALÓN

“Fue notorio lo valorado que fueron los vales de gas. Son sinónimo de una mayor autonomía doméstica, de avanzar en la recuperación de una rutina duramente alterada por la tragedia que vivieron”, señaló el trabajador social.

Hasta ahora prácticamente todos los damnificados están acudiendo a las ollas comunes para el almuerzo diario, por eso contar con cocina y gas es un verdadero gran paso para recuperar en algo la normalidad de sus vidas fracturadas por el traumático incendio que convirtió su mundo en cenizas.

Grecia, la abuela, y Nayarit, la nieta, con su vivienda de emergencia de fondo. Ambas estaban emocionadas con la entrega del kit de habitabilidad. ambas guardaron su ticket naranja.

Grecia Guzmán (63) vive con su nieta Nayarit (22), una joven con discapacidad intelectual. Su daño neurológico se asocia a la grave adicción de su madre a las drogas durante su gestación, la que siempre ha estado ausente de su crianza. Grecia es su mamá, su apoderada, su cuidadora.

Ambas pasaron el peor momento de sus vidas el 2 de febrero pasado cuando se produjo el incendio. Grecia estaba abajo, en la ciudad, trabajando. Y volvió a casa desesperada. Nayarit se asustó tanto, que arrancó despavorida, directo hacia las llamas. “Por suerte la detuvieron unos vecinos y la ayudaron a correr en la dirección correcta”. Hoy ambas se emocionan con cómo los voluntarios les arman camas, comedor y cocina. Y de nuevo, guardan en vale naranja de Abastible, para llamar mañana y cambiarlo por el valorado cilindro de 11 kilos.

 

 

 

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