En Chile, casi un tercio de la población de 0 a 17 años (32%) habita en hogares con ingresos insuficientes para satisfacer sus necesidades básicas y/o donde existen carencias en dimensiones relevantes para el bienestar, como salud, educación, trabajo y seguridad social, vivienda y entorno, redes y cohesión social.
Algunas cifras que reflejan esta realidad:
220 mil deben trabajar para subsistir
700 mil no tienen una cama propia
416.622 menores de 10 años sufren de mal nutrición
187 mil estaban fuera del sistema escolar antes de la pandemia
Hay en la actualidad 16.436 niñas, niños y adolescentes que cuentan medida de protección dictada por los Tribunales de Familia y que son acogidos en el sistema de cuidado alternativo. De ellos, 7.007 fueron atendidos por centros residenciales de protección (42,6%), mientras que 9.429 estuvieron al cuidado de familias de acogida (57,4%) (Sename, 2021).
Las principales causas de ingreso a residencias de protección del Estado son: abandono o inhabilidad de los padres (23,6%); protección del tribunal –no especificando materia– (19,7%); víctima de negligencia (18,3%), situación de prevención (16,3%), víctima de abuso sexual (5,2%) y víctima de maltrato (4,9%).
Hogar de Cristo, desde su creación en 1944, a través de diversos programas sociales, ha acogido a niños y adolescentes en riesgo social. En la actualidad, cuenta con 4 residencias de protección a lo largo del país, que buscan restablecer el derecho a vivir en un contexto familiar. Dos de ellas se abrieron en mayo de 2018 con los más altos estándares de calidad: una en Santiago, para varones, y otra en Viña del Mar, para mujeres; ambas para un máximo de 10 niños con necesidades múltiples y complejas de entre 12 y 18 años, por un período de dos años. Buscamos implementar un plan progresivo de incorporación de estos estándares de calidad a la totalidad de nuestras residencias, porque creemos que ellas deben ser instancias de intervención especializada y orientadas a los casos más extremos y complejos de vulneración de derechos, con estadías que duren el menor tiempo posible y se constituyan como intervenciones transitorias.