Hogar de Cristo tuvo entre los objetivos centrales para su creación hace 78 años la dramática situación de los niños, niñas y adolescentes abandonados en Santiago. Los que vivían bajo los puentes del Mapocho, los que huían de sus casas desde el campo, los que entonces se llamaban “hijos naturales” y no tenían quién los criara y los guiara. Descalzos, enfermos, piojosos, analfabetos, en su mayoría.
Mucha agua ha corrido bajo los puentes: la cara de la niñez y la adolescencia en pobreza ha cambiado. Hoy es menos evidente, pero más compleja. Por eso nuestro trabajo se ha diversificado y especializado, enfocándose en tres etapas del desarrollo del ser humano: la educación inicial, a través de nuestros 35 jardines infantiles y salas cuna a lo largo de Chile; la infancia vulnerada, que acogemos en cuatro residencias de protección; y la reinserción educativa, que con cuatro escuelas de reingreso y numerosos programas socioeducativos en distintas regiones y comunas aborda la exclusión escolar, una dramática realidad que involucra a 228 mil niñas, niños y jóvenes en nuestro país.
asdasEn nuestros jardines infantiles y salas cuna, en territorios vulnerables de todo Chile, ofrecemos educación de calidad y adecuada a cada niño y su familia.
Más informaciónTres residencias buscan ser instancias de reparación especializada para niños, niñas y adolescentes bajo protección del Estado.
Más informaciónSúmate trabaja en la reinserción escolar de niños y jóvenes vulnerables que han perdido su derecho a la educación.
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