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Celebración del Día del Libro y la Lectura:

Gabriela Mistral estuvo hoy en Estación Central

Con algo de atraso, este 28 y no el 23 de abril, que es la fecha oficial, en la Biblioteca del Hogar de Cristo, celebramos el Día Mundial del Libro y la Lectura. No fue una ceremonia tradicional, sino un encuentro con Gabriela Mistral, a 80 años de su Nobel de Literatura. En una sencilla representación teatral, la hija del valle de Elqui volvió a caminar entre nosotros, recordándonos que sembrar palabras es también sembrar futuro.

Por Matías Concha P.

29 Abril 2025 a las 16:05

Vientos del valle de Elqui se respiraron en la Biblioteca del Hogar de Cristo este lunes 28 de abril. Ahí, en Estación Central, entre estantes cargados de sueños y talleres que buscan cambiar vidas, la celebración del Día Mundial del Libro fue mucho más que un acto: fue un regreso a la voz de Gabriela, a la lectura como semilla.

La periodista y escritora Ximena Torres Cautivo, subgerente del área de comunicaciones del Hogar de Cristo, abrió la jornada con humor: “Hoy día estamos un poquitito atrasados, pero más vale tarde que nunca”. Entre risas, retomó el sentido profundo de la conmemoración: “Celebramos en torno a la figura de Gabriela Mistral, ya que este año se conmemoran 80 años desde que le otorgaran el Premio Nobel de Literatura. Son dos cosas súper importantes las que nos convocan: celebrar el libro y celebrar a esta mujer pobre, campesina, provinciana, que llegó tan lejos”.

La jornada avanzó de manera íntima y emotiva. Ximena compartió su experiencia reciente en Quillota, donde fue invitada a dar una charla frente a 250 mujeres campesinas: “La idea era empoderarlas, hacerlas sentir que había orgullo de ser campesina. Quién mejor para transmitir ese sentimiento que nuestra Gabriela, quien siempre se declaró una mujer orgullosamente campesina”. Luego recordó que la autora del Valle del Elqui no tenía casi ninguna posibilidad de éxito: “Era pobre, era mujer, era provinciana. Pero a pesar de todo, alcanzó las más altas cumbres de la intelectualidad chilena”.

Y leyó un fragmento, que resumió el espíritu de la mañana:

“Toda la naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú”.  

23 DE ABRIL: MIGUEL DE CERVANTES

El director ejecutivo del Hogar de Cristo, Juan Cristóbal Romero, reforzó el marco cultural de la fecha, recordando que el 23 de abril, además, se conmemora el fallecimiento de Miguel de Cervantes. Luego, como poeta que es, profundizó en el sentido de combinar la celebración del Día del Libro con Gabriela Mistral. “Ella recibió el Nobel en 1945, cuando el mundo terminaba de salir de la Segunda Guerra Mundial, una guerra espantosa. Gabriela representaba la paz, la igualdad. América Latina era vista como una tierra neutral y su figura encarnaba eso”.

También destacó la conexión entre nuestra Premio Nobel y el fundador del Hogar de Cristo, Alberto Hurtado: “Gabriela Mistral y el padre Hurtado compartían la convicción de que la educación era el motor para cambiar el mundo. Todavía sus propuestas están vigentes: formar personas nuevas para un mundo nuevo”.

GABRIELA MISTRAL ESTUVO EN ESTACIÓN CENTRAL

Uno de los momentos más intensos de la jornada llegó con la representación teatral basada en un texto adaptado por Sucky Luthan, subgerente de Asuntos Corporativos del Hogar de Cristo, a partir de la charla que Ximena Torres Cautivo ofreció en marzo a mujeres campesinas de Quillota. Sobre el escenario, Verónica Santiago y Eli Vera dieron vida a un poderoso diálogo imaginario entre Gabriela Mistral y una profesora actual.

La Gabriela de la obra afirmaba, con la firmeza de quien ha sembrado en tierra árida: “Soy la voz de una maestra, de una mujer que escribió con el viento, con la tierra. Aprendí a leer como quien aprende a sembrar. La semilla del conocimiento no se muere si la riegas con ganas”.

La interpretación de Gabriela Mistral logró conmover a todos los asistentes, un momento único.

La interpretación de Gabriela Mistral logró conmover a todos los asistentes, un momento único.

La profesora, emocionada, le respondía desde un mundo distinto pero igual de desafiante: “Hoy llamamos a eso interseccionalidad, Gabriela. El peso de vivir en provincia, de ser mujer, la falta de oportunidades”. “Palabras nuevas para dolores viejos”, replicaba Gabriela, quien hablaba así de su condición de mujer campesina: “La infancia es la patria de la que nadie se exilia. Llevo en mi piel la luz del Valle del Elqui, en mis manos el tacto de los pastos bravos, en mis ojos el reflejo de las noches estrelladas”.

La escena, cargada de fuerza, cerró con un mensaje de Mistral que quedó vibrando en el aire como una promesa: “La vida es oro y dulzura de trigo. Es breve el odio e inmenso el amor”.

La interpretación de Gabriela Mistral logró conmover a todos los asistentes, un momento único.

La interpretación de Gabriela Mistral logró conmover a todos los asistentes, un momento único.

CANTOR A LO DIVINO Y LO HUMANO

Luego, Vicky Guajardo, encargada de la Biblioteca del Hogar de Cristo, presentó la programación cultural que dará vida al espacio durante los próximos meses. Con entusiasmo, invitó a todos a sumarse a los talleres de música, cine, viajes imaginarios, danza nacional y arte y reminiscencia. “Queremos que esta biblioteca sea un faro abierto a la comunidad. Que todos se atrevan a entrar, a leer, a crear, a soñar”, dijo.

La jornada cerró con Guillermo Bernález, cantor a lo divino y voz emblemática de la comuna, quien interpretó versos tradicionales que resonaron como un eco profundo entre los muros de la biblioteca, conectando la emoción de Gabriela con la tierra que la vio nacer.

“Se despide este cantor que intento ser portavoz de lo humano y lo de Dios en la historia del folclor. Canté versos con amor y con mi amigo el guitarrón, solo tuve la intención en décimas y cuartetas, mostrar el canto a lo poeta y hablar de la tradición”, concluyó Guillermo.

Fue un día para recordar que los libros no solo se leen: se viven, se encarnan, se defienden. Y que Gabriela Mistral —poeta, campesina, maestra eterna— sigue viva en cada palabra sembrada, en cada esfuerzo asumido, en cada biblioteca que abre sus puertas. Como ella misma escribió, y como volvió a recordarnos este miércoles en Estación Central: “Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú”. Y así lo hicimos.

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