Fabián Sánchez Escobar, sicólogo, detalla aquí las bases de una política para prevenir el consumo problemático entre jóvenes estudiantes de instituciones de educación superior, fundada en la evidencia y la experiencia de Paréntesis Asesorías y Servicios Clínicos. En sencillo, explica las bases que deben sostener una estrategia que busque un ambiente saludable, armonioso, donde las drogas no sean un tabú ni un problema.
Por Fabián Sánchez Escobar, sicólogo de Paréntesis Asesorías y Servicios Clínicos
24 Agosto 2023 a las
18:27
Fabián Sánchez de Paréntesis Asesorías y Servicios Clínicos explica las bases de una estrategia de prevención de consumo de drogas en universidades e institutos de educación superior.
Los estudios sobre consumo de drogas en Chile muestran que el consumo de sustancias es una conducta que está presente en todas las edades y contextos de nuestro país. Tal como sucede con la gente que construye y habita en terrenos peligrosos, los datos señalan que en esta materia también hay una baja percepción de riesgo.
Es decir, no se evalúa el nivel de daño potencial de cada sustancia.
Quienes trabajamos en prevención, debemos informar y educar sobre el manejo de los riesgos del consumo de drogas, identificando los patrones de uso de sustancias y las estrategias efectivas para prevenir el consumo problemático.
Es indispensable que la universidades y centros de formación técnica en Chile acompañen a sus estudiantes a través de un programa de prevención del consumo problemático de alcohol y otras drogas. Éste no debe centrarse solo en evitar o disminuir el consumo. Es fundamental que las estrategias preventivas promuevan estilos de vida saludables, propiciando un entorno favorable para todos los miembros de la comunidad educativa.
LAS CLAVES
En estos 15 años que tenemos trabajando con instituciones de educación superior, hemos desarrollado un modelo de prevención que podemos resumir en las siguientes premisas:
Abordar la prevención desde una mirada integral que promueva la salud y el bienestar de las personas. Que se centre en sus recursos, fortalezas y aspectos positivos a reforzar.
Todo consumo de drogas implica riesgos para la salud, pero entender que no todos los consumos de drogas son un problema. A partir de esta mirada, se comprende que cada consumo tiene una funcionalidad específica. Puede ser recreativa, para evitar malestares emocionales y/o físicos, para responder ante exigencias, para uso espiritual, entre otras.
El programa preventivo debe contar con un equipo integrado por representantes de los distintos estamentos: estudiantes, docentes, funcionarios y directivos.
La metodología debe ser participativa, a través de mesas de trabajo. El equipo construye y define la política preventiva institucional.
Es fundamental conocer la realidad particular de cada institución. Eso se logra mediante un diagnóstico, que debe incluir una encuesta anónima dirigida a todos los estudiantes. Y también un focus group con todos los miembros de la comunidad educativa.
Las intervenciones preventivas se deben diseñar a partir de los intereses, necesidades y prácticas de los jóvenes a los que se desea impactar. Estas intervenciones deben estar basadas en información precisa, concreta y con evidencia científica.
Los objetivos son: prevenir o retrasar el inicio del uso de sustancias entre quienes no consumen; prevenir el avance a un uso problemático de sustancias entre quienes ya consumen; y prevenir o reducir las consecuencias negativas asociadas al uso de sustancias.
Abordar la prevención desde una mirada de reducción de daños, y no sólo limitarse a buscar la abstinencia.
Incluir en las intervenciones a estudiantes que no consumen sustancias, entregando estrategias para reforzar la decisión de no consumir y/o para retrasar el inicio del consumo.
Capacitar a los docentes y funcionarios de la institución en competencias básicas y específicas de prevención.
Incorporar estrategias innovadoras, como la prevención de pares. En esta instancia se capacita a estudiantes como agentes preventivos para guiar y realizar intervenciones con otros estudiantes.
Es importante señalar que la prevención efectiva se sustenta en un conjunto de acciones permanentes y sistemáticas en el tiempo. Se sugiere evitar las charlas informativas grupales u otras intervenciones aisladas, las que tienen poco o muy poco impacto en el cambio de conductas y/o en las prácticas de consumo.
La prevención es clave para una institución de educación superior que prioriza el cuidado de la salud física y mental de sus estudiantes. Hoy es imperativo planificarla, tenerla, mantenerla y evaluarla en sus efectos de manera permanente.