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William Ortiz:

“Reivindico aquí los derechos de quienes como yo tienen discapacidad psíquica o intelectual”

El 3 de diciembre el mundo visibiliza a las personas con discapacidad mental, y este 7 de diciembre nosotros como Hogar de Cristo mostramos la capacidad y la altura creativa que pueden alcanzar a través de la publicación de “MicroRelatos Atravesados”, libro que fue presentado por el siquiatra León Cohen en una cálida ceremonia en el Centro Cultural La Moneda.

Por Ximena Torres Cautivo

7 Diciembre 2022 a las 22:07

Calor humano y femenino y unos 33 grados Celcius a la sombra marcaron la presentación de los “MicroRelatos Atravesados”, de William Ortiz, dos veces ganador del concurso literario para personas con discapacidad mental, “Vuelen Plumas”.

William ganó en 2016 con su micro relato “Mis Amigas”, que señala como uno de los que más satisfacciones y reconocimiento le ha dado, y en 2020, justo cuando se iniciaba la pandemia y se estableció que ese fuera el tema de los trabajos, resultó ganador por unanimidad por el cuento “Colapso”, que cuenta el efecto que tuvo el COVID-19 sobre su madre.

El conocido psiquiatra León Cohen, que estuvo a cargo de comentar el libro en la ceremonia realizada en el Centro Cultural La Moneda al mediodía de un tórrido miércoles pre feriado, hizo una lectura pausada a partir de la favorable impresión que le provocó la obra de William.

Partió diciendo: “Lo que nos permite vivir y tener esperanzas son las presencias que conviven y se relacionan en nuestro mundo interno, que también es externo, porque todo es subjetivo. Por ejemplo, las amigas de William, que siempre están presentes como momentos de su alma, conversando entre ellas y con él, siendo todos ellos el mismo William, desplegándose en ese escenario imaginario”. Más adelante aludió a “la hirviente cazuela de vacuno”, que está como ilustración en la tapa del libro y dentro de varios micro relatos, donde a cada rato aparece el negocio de su mamá: una cocinería en La Vega Central. “Esa hirviente cazuela” para el psiquiatra Cohen “da cuenta de la exquisita salud mental de William”. Y termina diciendo: “Las palabras de estos micro relatos son la prueba de que puede hacerse de la debilidad una fortaleza y que eso es revolucionario, en primer lugar, para el alma de William”.

William, por su parte, agradeció a muchas personas, tanto del Hogar de Cristo como de su amplio círculo de familiares y amigos –más amigas, sin duda–, pero también aprovechó de reivindicar “la protección de los derechos fundamentales de las personas con discapacidad psíquica o intelectual, en especial al pleno goce de los derechos que debe garantizar la Constitución Política de la República y los tratados e instrumentos internacionales de derechos humanos ratificados por Chile y que se encuentran vigentes. Estos instrumentos constituyen derechos fundamentales y es, por tanto, deber del Estado respetarlos, promoverlos y garantizarlos”.

Dicho esto, con su acabado conocimiento del Derecho –no en vano, pasó varios años por esa escuela en la Universidad de Chile y tiene “pololitos” judiciales con cierta frecuencia–, leyó un listado de esos derechos:

  1. Ser reconocido como sujeto de derechos.
  2. Derecho a participar en la vida social y ser apoyado en ello.
  3. Derecho a la vida privada.
  4. A participar activamente en su plan de tratamiento, habiendo expresado su consentimiento libre e informado.
  5. Derecho a tener un trabajo digno.
  6. Y a todos los otros derechos que emanan de su condición humana.

La periodista y escritora Ximena Torres Cautivo, quien editó el libro, señaló: “La obra de William me recuerda a Augusto Monterroso, el notable autor guatemalteco de esa maravilla de cuento que es El Dinosaurio. William Ortiz y Augusto Monterroso comparten la brevedad, la ironía, la paradoja. Y como tan bien describió Gabriel García Márquez el mérito de la pluma corta. A esto se agrega que los micro relatos también poseen la belleza mortífera de la falta de seriedad. Esos méritos evidentes y la convicción de que William se merece el espaldarazo de esta publicación y no el camino de la autoedición, nos llevaron como Dirección de Comunicaciones del Hogar de Cristo a editar y publicar los abarcadores relatos breves de William, un escritor símbolo de que el único impedimento que tienen las personas con discapacidad mental es la discriminación. Que vuele alto la pluma de William en estos “Microrrelatos Atravesados” que hoy nos complacemos en lanzar al mundo”.

Dicho todo esto, el lanzamiento terminó entre jugos, tapaditos y libros firmados por el orgulloso y talentoso autor. Quienes quieran adquirir un ejemplar, lo pueden contactar de manera directa a su mail: willyortizmorales@gmail.com

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