Carla Vallejos:

Es una los más de seis mil damnificados a causa de los megaincendios en el centro sur del país. Vive en el sector de Florida, ubicado en la provincia de Concepción, región del Biobío. En ese hoy árido lugar que hace semanas era un tupido bosque, evalúa daños, recupera lo que puede y se acoge a las ayudas que el gobierno ha anunciado.

Por Matías Concha P. 

El fuego en Florida lo destruyó casi todo. Al menos, en la zona rural, gran parte del paisaje quedó reducido a cenizas, humo y escombros. Hay cientos de familias afectadas que han ido regresando a sus casas, en su mayoría, totalmente calcinadas. “Mi familia pudo salvar su vida, pero ninguno de nuestros bienes”, cuenta Carla, de 18 años.

Ella es una de las cientos de familias damnificados en el sector de Florida, ubicada en la provincia de Concepción, región del Biobío. En ese lugar, nos muestra el terreno completamente yermo donde antes estaba su casa, luego de perderlo todo producto de los incendios.

-¿Cómo los pilló el incendio?

–Nosotros somos comerciantes y estábamos trabajando con mi pareja, en Concepción, cuando me llegó un mensaje de WhatsApp de mi suegro, que decía: “No vengan porque se está quemando todo”. Fue súper fuerte, casi nos desmayamos. Llegamos como a las 3 de la mañana y solo quedaban latas, nada de nuestras cosas, todo se había quemado.

-¿Cómo está su familia?

-Yo vivo acá con la familia de mi pareja. Todos están vivos porque dejaron todo botado y no trataron de salvar nada. Eso fue clave, porque los que se quedaron y trataron de sacar sus animales o echarle agua a la cosas o qué se yo, se murieron.

Este incendio forestal dejó entrever la fácil propagación, pero también la precariedad que ha predominado durante años en la zona. Unido a eso, está el descargo de lugareños y autoridades que acusan un interminable abandono. Como Carla, hay más de 6 mil damnificados, 24 fallecidos, 2.911 personas con atenciones de salud y 1.501 viviendas destruidas hasta la fecha.

-¿Piensan irse a vivir a otro lado?

–Por nada del mundo, no nos vamos a rendir y volveremos a reconstruir, nosotros amamos este lugar. La fuerza la vamos a sacar de nuestros vecinos, de la gente que ha venido ayudarnos, de todos los que están acá trabajando… Es lo único que nos queda, lo único que no se llevó el fuego fue el cariño de la gente. Eso es lo que nos mantiene en pie.

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