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Emprendimiento de la semana:

Nicole, Mario y MarCuore

Hace más de tres años que Nicole Salinas, junto a Mario, su marido, comenzaron su negocio de venta de productos marítimos congelados en Santiago. Hoy con la pandemia, el confinamiento y el boom del delivery, el negocio se ha potenciado y sueñan con seguir mejorando su servicio.

Por María Luisa Galán

9 Septiembre 2020 a las 09:31

 

“Vengo de una familia ligada al comercio, mis papás son comerciantes, fui criada en espacios de comercio. Mi papá tenía un carro en la Alameda y mi mamá un local en el persa de Departamental. Y yo en el colegio vendía chocolates y siempre hacía cosas para tener un poco de plata. Nunca lo dejé y he vendido desde productos para el pelo hasta pescados y mariscos congelados ahora”, cuenta Nicole Salinas, jefa de formación del Hogar de Cristo.

Hace tres años, junto a su marido, pensaron qué podían vender juntos y que se vinculara con su hábito de no comer carnes rojas. “Queríamos conectarlo con algo que a nosotros y a los demás nos aportara: bajar el consumo excesivo de carne roja”, dice Nicole, quien además tiene otro emprendimiento pero en solitario: venta de ropa exclusiva.

Se consiguieron un congelador y se lanzaron a pescar los primeros clientes. Comenzaron con referidos por conocidos y amigos y ahora, en la pandemia, se lanzaron al mar de las redes sociales, a Instagram sobre todo. Reconoce que el marketing digital les ha sido complejo porque ambos están a full en sus respectivos trabajos y quehaceres de la casa. Así que por ahora sus clientes aún siguen llegando más que nada a través del boca a boca.

Cuenta que este año el negocio se ha intensificado. “Creo que tiene que ver con la pandemia, que ahora puedes entregar a domicilio. Ha sido una oportunidad de nuevos clientes y el estar los dos en la casa nos dio la posibilidad de reactivar el emprendimiento”, comenta sobre cómo el confinamiento le dio un nuevo empuje a Marcuore, aprovechando que gran parte de la población está comprando a domicilio.

“En el supermercado el medio kilo de salmón cuesta unos 7 mil pesos y yo vendo un kilo de salmón premium trozado sin espinas ni sin piel en 11 mil pesos. Lo mismo con los camarones, que vendemos en 12.990 pesos el kilo, pero son grandes. En el súper, la bolsa de medio kilo cuesta 5 mil, pero es muy chicos”, “vende”, porque es una comerciante neta. Ellos mismos reparten a domicilio sin costo a distintas comunas de Santiago. “No me interesa cobrar el envío, me interesa cautivar a los clientes”, agrega.

Su proyección es crecer en su cartera de clientes, reactivar el sitio web y mejorar la entrega de los productos con bolsas reutilizables o reciclables. “Eso aumenta los costos, pero nuestra línea es que el costo no lo tenga que asumir el cliente; la idea es que nosotros entreguemos un mejor servicio. Este tipo de comercio sirve un montón para cambiar la mirada hacia los grandes comercios o los supermercados. ¿Qué mejor que comprarle a un pequeño emprendedor?”, añade Nicole sobre las pequeñas empresas, las que han tenido un fuerte impulso en estos meses de cuarentena. La invitación, entonces, es a conocer más sobre los productos de Marcuore en su Instagram, al que puedes acceder desde aquí.

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