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Ester Huneeus:

"Papelucho soy yo"

Nuestra segunda mujer destacada ad portas del 8 de marzo, que aportó a mirar de manera más justiciera que caritativa la pobreza, es Marcela Paz. El seudónimo esconde a Ester Huneeus, la creadora de Papelucho, un niño nuevo en el Chile de los años 50 del siglo pasado. Un niño que parecía ingenuo, pero que empezaba a reclamar los derechos de la infancia y también de las mujeres. Ambos son protagonistas de nuestro libro "1944-2024: 80 avances para reducir la pobreza en Chile", donde aparece ella y decenas de otras chilenas notables en la tarea de impulsar cambios sociales.

Por Ximena Torres Cautivo

1 Marzo 2025 a las 18:47

En 1947, se publica “Papelucho”, obra fundamental de la literatura infantil nacional. Ester Huneeus –nombre real de su autora, conocida por el seudónimo Marcela Paz– empezó a escribir el primer Papelucho en una agenda Nestlé que le regaló su novio, en 1934.

Trece años después, se puso a la venta un libro que no tenía moralejas ni pretendía enseñar y revelaba como eran los niños por dentro, dando la sensación de ser un diario de vida real.

Este fue el primer boceto que hizo Yolanda Huneeus, hermana de Ester, del niño Papelucho.

Yola, hermana de la autora, hizo los bocetos que fijaron el tipo característico de este niño irreverente, alejado del prototipo del muchacho ejemplar de los libros educativos de los años 40.

Papelucho no vive aventuras fantásticas ni tiene poderes mágicos. En cierto sentido, es como el Quijote: choca contra la realidad.

Al hijo de 8 años de una familia acomodada santiaguina de esos tiempos, la vida cotidiana le produce molestia. Siempre está en conflicto con los mayores –padres, profesores y curas del colegio– en una época en que ser niño era sinónimo de ser “menor”. O sea, de ser menos, de estar por debajo de los adultos en todos los sentidos.

UN CAJÓN BIEN POBRE

Los pensamientos de Papelucho y, a través de él, los de Marcela Paz, son críticas políticas y sociales, capaces de levantar reflexiones complejas acerca de la justicia, la pobreza, el apego y el abandono en un tono sencillo e ingenuo.

“A lo mejor me voy a morir y, en ese caso, me gustaría que me enterraran en un cajón bien pobre y con la plata del cajón fino le compraran chocolates a los niños pobres”, reflexiona el personaje.

Papelucho dibujado por Marcela Claro,  en 1963, hija de Ester Huneeus.

La autora, que nació un 28 de febrero de 1902, no sólo creó al exitoso Papelucho, que conforma una serie de 12 novelas. Pero el resto de su producción literaria es mucho menos conocido por el doble efecto de ser mujer y de escribir libros dirigidos a un público infantil en tiempos en que ser niño y ser mujer determinaban posiciones subalternas.

En ese sentido, Papelucho, un niño con vida y opiniones propias, revoluciona sutilmente la mirada de la infancia de la década del 50 del siglo pasado en Chile. En una entrevista, Ester Huneeus, que se ocultaba tras el nombre de Marcela Paz, dijo: “No le digan a nadie, pero Papelucho soy yo”.

LA POBREZA DE LOS CIEGOS

En agosto de 1982, a los 80 años, Ester Huneeus se convierte en la tercera mujer en recibir el Premio Nacional de Literatura. Antes lo habían recibido Gabriela Mistral –muy tardíamente, en 1951, seis años después que se le otorgara el Nobel de Literatura– y Marta Brunet, en 1961. El jurado argumentó así el reconocimiento, que fue unánime, por “su dedicación especial al cultivo de la literatura, en especial a la narrativa infantil. Al hecho de haber creado un personaje literario de alcances nacionales y universales”.

A los 80 años, Ester Huneeus recibe el Premio Nacional de Literatura. Antes lo habían recibido solo dos mujeres: Gabriela Mistral y Marta Brunet.

“Papelucha”, por nombrarla por así la afinidad con su personaje, fue una mujer privilegiada. Pero absolutamente consciente de sus privilegios sociales. Por eso, no sólo alzó la voz a través de la escritura. En 1924, con varias amigas, fundó la Sociedad Protectora de Ciegos Santa Lucía, que aún funciona como Fundación Luz, dirigida por una de sus bisnietas. Como se lee en la página web Papelucho.cl, en esos años, las personas con discapacidad visual vivían en pobreza extrema. “No tenían ninguna oportunidad posible de trabajo y debían mendigar”. Ahí se desempeña como secretaria hasta 1950 y les enseña a escribir a máquina y a bailar”.

 

PERICO TREPA POR CHILE

Además de su inquietud social y el cuidado de sus 5 hijos, Ester Huneeus era ceramista. Había aprendido con el escultor Tótila Albert. Al quedar viuda, a los 52 años, retomó esa afición y comenzó a hacer obras en esmalte sobre metal.

“Su arte no lo considera algo exclusivo suyo, sino que lo comparte. Su casa, frente a la antigua Población El Esfuerzo, la llevan a conocer las realidades de tantos que viven situaciones difíciles. Les enseña escultura, carpintería, tallado y los asesora para vender sus obras en una tienda del centro de Santiago, El Retablo. En forma respetuosa los alienta a desarrollar sus talentos y mejorar así su situación personal y económica”, resume la web Papelucho.cl.

Ester Huneeus con sus nietos. Foto: Papelucho.cl.

​La notable y longeva escritora, muere en 1985, con 83 años, rodeada de sus hijos, nietos y bisnietos. Su personaje la sobrevive, así como otras iniciativas como la serie para televisión “Perico trepa por Chile”. Basada en la novela homónima que escribió con Alicia Morel y que fue, publicada en 1978. Aunque las aventuras de Perico son una de las historias de aventuras más leídas en Chile, nada supera las reflexiones de Papelucho y el éxito de sus historias, traducidas a los más diversos idiomas. Las reflexiones de ese niño observador y crítico, que era ella misma.

 

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