Gratificante recuento de este 2021 en el Hogar de Cristo
José Francisco Yuraszeck
30 Diciembre 2021 a las
14:58
Por José Francisco Yuraszeck
Terminando fin de año, corresponde darse un respiro para repasar lo que han sido estos 365 días aún en pandemia, aún en riesgo, y ad portas de una nueva administración de gobierno, en tiempos sociales y económicos particularmente complejos.
Este 2021, en el Hogar de Cristo tuvimos muchas conversaciones; a algunas fuimos invitados y de otras fuimos catalizadores, por eso seleccionamos algunas de ellas para armar un regalo virtual, que aquí les dejo por si aún no les ha llegado: https://www.hogardecristo.cl/conversaciones2021
Dentro de todas las elecciones celebradas este año, quizás la más relevante haya sido la de la Convención Constitucional y el proceso deliberativo y de conversaciones que se ha ido desarrollando desde entonces. Conversamos con Elisa Loncón, y le dimos a conocer el documento “Constitución y Pobreza”, que hicimos junto a otras organizaciones vinculadas a la Compañía de Jesús.
Hoy, como tantos, pero con la convicción de que esto es puro bien común, esperamos juntar las 15 mil firmas necesarias para que la carta magna resultante de este proceso considere que un estándar mínimo vital para todas y todos debe ser un derecho constitucional.
En medio de la pandemia, la realidad de las personas mayores, de sus pensiones, del cuidado de su salud, ha estado muy presente. Escuchamos sus testimonios y a especialistas en el programa “Piensa en Grandes”, donde el análisis de conceptos como “viejismo”, “gerontofobia”, “sororidad”, interseccionalidad”, aplicado sobre todo a las mujeres mayores, que son básicamente sobre quienes recae la responsabilidad del cuidado de otros, contribuyeron a una necesaria nueva forma de pensar la vejez.
La pandemia nos ha hecho reconocer la importancia esas cuidadoras. El cierre de colegios y jardines infantiles por tiempos prolongados nos hizo ver y valorar el tiempo dedicado al cuidado y crianza de los niños y niñas.
Las medidas de cuidados en los establecimientos de larga estadía de adultos mayores, también. Y, en ese mismo sentido, la conversación con la actriz Paulina Urrutia nos mostró el rostro más cariñoso y fraterno, y como el amor va haciendo posible el cuidado en la enfermedad y el paso de los años. Su entrega al cuidado de su marido, Augusto Góngora, es eso en estado puro.
Ha estado presente también el gran desafío del cuidado y la protección de niños, niñas y adolescentes excluidos de la educación, cuestión que la crisis sanitaria ha acentuado. Con Hernán Rivera Letelier conversamos de lo arduo que es salir adelante teniendo todo en contra.
Él fue un niño pobre y vulnerado, que se crió como hombre y estudió tarde en su vida. Parte de su realidad está en la investigación y publicación “Nacer y crecer en pobreza y vulnerabilidad”, que hicimos junto a Colunga, Cideni, Unicef y el Núcleo Milenio de la Universidad Católica.
Una verdadera mina de material riquísimo que debería contribuir a establecer lo que llamamos un piso de protección social.
Recogiendo aprendizajes del trabajo de muchos años también dimos a conocer la investigación “Ser niña en una residencia de protección”. Como parte de los esfuerzos de incidencia, contribuimos a la tipificación del delito de explotación sexual infantil, antes categorizada como prostitución infantil.
Es esta una gran noticia que se ha dado a conocer recientemente en el parlamento y que está en trámite legislativo.
La conciencia de que el lenguaje va construyendo la realidad, y no sólo la nombra, nos llevó a desarrollar un Glosario para comunicar sin discriminar, que, en distintos ámbitos de la vida cotidiana, nos puede ayudar a ser horizontales y acogedores con el resto.
Conversamos de este y otros asuntos con Adriana Valdés, quien recuerda que el “abuelita” se lo acepta únicamente a sus nietos. Para los demás, ¡señora!, y la boca les queda donde mismo.
Hemos conversado también sobre déficit habitacional y, junto a Techo y otras organizaciones, hemos lanzado la iniciativa
Creo que esta apretada síntesis da cuenta de cuánto hemos conversado y cuánto hemos trabajando, inspirador en la idea de que el pobre es Cristo, tan humano como Él y como todos. Y que por ellos debemos jugarnos.