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Joven islandesa en Chile:

“Planet Youth te mantiene alejada de hacer cosas estúpidas”

Margrét Björgvinsdóttir, de 17 años, lleva ocho meses en Chile por un intercambio estudiantil y quiso contarnos cómo funciona en su país el programa que se está implementando en Chile con el nombre Elige vivir sin drogas, que copia el exitoso modelo islandés Planet Youth.

Por María Teresa Villafrade

8 Abril 2019 a las 18:24

Hace 20 años, Islandia tenía un grave problema de consumo de alcohol (42%),  tabaco (23%) y marihuana (17%) entre sus adolescentes, por lo que las autoridades, en conjunto con investigadores y técnicos, elaboraron un programa multisectorial para enfrentarlo, que incluyó las áreas de salud, educación, deporte y, por supuesto, a los padres y apoderados con hijos en edad escolar.

El programa se conoció como Youth in Iceland (Juventud en Islandia) y fue tal su éxito –con estadísticas que hoy no superan el 7% (ver recuadro)- que se expandió en gran parte de los países de Europa como Youth in Europe (Juventud en Europa) para luego ampliarse a Planet Youth (Planeta Juventud), porque está trascendiendo las fronteras de ese continente.

A Chile aterrizó con bombos y platillos a comienzos de abril, aunque el año pasado había partido como piloto en varias comunas de Santiago. En cadena nacional, el presidente Sebastián anunció el programa Elige vivir sin drogas, plan nacional de prevención de consumo de alcohol y de otras drogas en niños, niñas y adolescentes. Esta iniciativa surgió tras conocerse los resultados de la Encuesta Nacional en Población Escolar 2017 de Senda donde se reveló que uno de cada tres jóvenes de entre octavo básico y cuarto medio declara haber consumido marihuana, y en que los escolares chilenos tienen el mayor consumo de marihuanacocaínapasta base y tranquilizantes sin receta médica de la región.

Esta realidad ha impactado mucho a Margrét Björgvinsdóttir, joven islandesa que lleva ocho meses viviendo en nuestro país gracias a un programa de intercambio estudiantil. Para ella no es algo normal ni necesario que personas de su misma edad consuman alcohol para divertirse. “He estado en varios carretes y he notado que es muy frecuente aquí, me parece que en cierto sentido es divertido, pero no es saludable en absoluto, especialmente si se bebe en exceso. Cuando salgo los fines de semana, por ejemplo, se espera que en las fiestas yo consuma, y esa expectativa es dañina. Es muy raro verlo en mi país antes de los 18 años, y los jóvenes comienzan allá con algo muy suave, como la cerveza”, dice.

Ella, por ejemplo, dice que sus padres jamás beben alcohol durante las comidas en familia. E Incluso en actividades recreativas fuera de la casa, los ha visto ingiriendo apenas un poco de vino o cerveza.

HORARIOS RESTRINGIDOS

Los niños islandeses, sin excepción, tienen horarios establecidos para estar en sus hogares de acuerdo a su edad. En el refrigerador de cada casa hay un magneto explicando que los menores de 12 años, deben estar a más tardar a las 20 horas en invierno en sus casas; entre 13 y 16 años, máximo hasta las 22. En verano (de mayo a agosto) se les permite permanecer por dos horas más en cada tramo de edad.

“Para mí es algo completamente rutinario, siempre he estado antes de esos horarios en casa, todos lo hacemos igual”, asegura.

Los propios padres son los encargados de velar que esto se cumpla. En los barrios, ellos forman brigadas y hacen rondas para asegurarse que los niños y adolescentes no circulen por las calles en los horarios que no corresponden. No hay policías supervisando el cumplimiento de esta norma. Para Margrét así ha sido toda su vida y lo encuentra sensato: “En invierno casi no tenemos luz, me da miedo andar tarde fuera de casa. Pero nuestros padres tienen además que firmar en las escuelas el compromiso de pasar más tiempo con sus hijos,  de no beber alcohol delante de ellos ni permitirles ingerir drogas, alcohol y tabaco”, acota.

Cuenta que en todos los barrios existen clubes organizados por las escuelas del sector para que los alumnos puedan reunirse después de clases, cuando los padres no están en casa. En ellos siempre hay adultos que supervisan las actividades recreativas que allí se promueven, y que van desde el deporte, hasta la lectura, los videojuegos y películas. Una vez al mes, se organizan fiestas escolares muy entretenidas, en las que se pueden conocer todos los adolescentes de 14 a 16 años, que están en otros colegios. Aquí siempre hay un profesor a cargo.

“Creo que las actividades después de clases son muy importantes. También durante el verano hay muchas alternativas en las que podemos trabajar a partir de los 13 años. No es mucho dinero el que te pagan, pero tampoco es un horario muy extenso. Yo he trabajado en supermercados, en una granja, en los scouts y en hogares de ancianos. Creo que eso es muy bueno, porque te enseña a ser responsable desde muy temprano y te mantiene alejada de hacer cosas estúpidas”, señala Margrét.

A los 16 años, todos asisten al college durante 3 o 4 años. En esta etapa se estimula y se premia a los que no beben ni fuman, con una especie de lotería en la que de manera aleatoria los chicos se someten a un alcotest y obtienen premios si sus resultados son negativos.

Explica que cada año, los estudiantes deben responder una encuesta anónima en sus colegios en las que se les pregunta por todos los hábitos que mantienen: si han bebido en el último año, cuánta cantidad, si han fumado en los últimos tres meses, si han consumido algún tipo de droga ilegal, si toman medicamento, hacen deporte, cuántas veces a la semana, si pasan tiempo con sus padres, cuántas horas al día, etc.

“Es una buena manera de saber en qué estamos todos. Tengo entendido que esos resultados se entregan rápido para que los colegios tomen acciones preventivas a tiempo”, cuenta esta joven islandesa que quiere ser piloto de helicópteros y que está muy feliz en Chile. “Yo creo que todos los países tienen problemas que enfrentar, espero que acá logren lo mismo que conseguimos en Islandia y que es mantener a los niños, niñas y adolescentes alejados de las drogas, el alcohol y el tabaco, porque el cigarrillo también es muy malo para la salud”.

Apoya a las personas con consumo problemático de alcohol y drogas en Chile.  ¡Hazte socio! 

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