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Héctor Ulloa a los presidenciables: “Por Vivienda Primero, dejé la calle”

Héctor Ulloa les dice a los presidenciables: “Gracias a Vivienda Primero, logré salir de la calle” Y del consumo de alcohol y del abandono de sus hijos y nietos. Hoy, el Charro, fue el encargado de explicar los beneficios de este programa que ayuda a las personas en situación de calle a recuperar sus vidas y reinsertarse socialmente. Lo hizo frente a 5 candidatos a la presidencia en el evento donde Hogar de Cristo presentó su documento: “Hacia un Chile sin pobreza: 20 propuestas de política pública”. Por Ximena Torres Cautivo
Por Ximena Torres Cautivo
Agosto 11, 2025

“Lo primero es saludar a los candidatos y a todas las personas presentes, especialmente a usted, padre Pepe”, parte diciendo Héctor Ulloa (66), aludiendo al capellán del Hogar de Cristo José Francisco Yuraszeck. Héctor se reconoce como un hombre old fashion. Por eso, no tutea a las trabajadoras que le dan apoyo sicosocial en el marco del programa Vivienda Primero del que es beneficiario. “Yo les digo tías, aunque son todas mucho más jóvenes que. Ellas insisten en que las trate de tú”, explica, sacando risas entre el auditorio.

El martes 30 de julio pasado lo oyeron 5 presidenciables en un acto en el Museo del Padre Hurtado, donde Hogar de Cristo presentó el documento “Hacia un Chile sin pobreza”. El texto contiene 20 propuestas de políticas públicas, dirigidas a quien salga electo presidente del país. Escucharon a Héctor más de un centenar de personas, incluidos Jeannette Jara, Johannes Kaiser, José Antonio Kast, Evelyn Matthei y Harold Mayne-Nicholls.

Héctor Ulloa (66) aprendió a pararse de nuevo, después de vivir años a la intemperie y sumido en el consumo de alcohol. Su testimonio conmovió a la audiencia.  Lo escuchan Evelyn Matthei y la directora social del Hogar de Cristo, Liliana Cortés.  AGENCIA BLACKOUT

Héctor explicó el sentido de Vivienda Primero y qué representaba en su vida.

-Yo estuve 7 años viviendo en la calle, en Mapocho, en un ruco. En ese tiempo, pasé mucho frío, mucha hambre, cosas muy duras. Pero aquí estoy ahora: bajo un techo digno, un gran techo que me han entregado y que maneja el Hogar de Cristo. Estoy muy agradecido de esto, porque me ha cambiado la vida. He recuperado a mis hijos, a mis nietos. Ahora ellos me visitan, me aprecian. Viviendo en la calle, nunca recibí una visita. Nunca nadie me buscó. Tener hoy un lugar digno es algo caído del cielo y la verdad es que me emociono, porque gracias a la vivienda logré salir de la calle -cuenta, quebrándose.

Conocido como “El Charro”, Héctor Ulloa ama la música mexicana, la que le ha permitido sobrevivir cantando en las micros o en las esquinas. Estuvo incluso en el programa “Informe Especial”, donde, además de cantar, contó su historia de superación junto a otras personas con trayectorias de vulnerabilidad y pobreza.

-Ahora estoy aquí, dando este testimonio, esperando que les pueda servir a otros.

-Usted hoy vive en un departamento que comparte con otra persona. ¿Cómo es esa convivencia?– le pregunta el capellán nacional del Hogar de Cristo, José Francisco Yuraszeck, quien fue el anfitrión, conductor y entrevistador durante la actividad.

-Sí, me llevó bien, nos llevamos bien con mi compañero de departamento. Debo decir que me siento feliz y sobre todo orgulloso de haber recuperado el vínculo con mis hijos, que son profesionales. Ninguno se fue por el mal camino, ninguno salió bebedor ni nada. Mi compañero tiene su espacio y yo el mío. El equipo del Hogar de Cristo nos visita y nos ayuda a resolver lo que surja.

En 2021, Héctor Ulloa, abrió la puerta de un moderno departamento en Independencia. Ahora habita uno en Pudahuel.  AGENCIA BLACKOUT

Héctor Ulloa insiste en el valor del respeto. De la tolerancia. De cuidar las formas.

-Soy un hombre sin mucho estudio, pero me enseñaron los valores y el respeto. Por eso no tuteo a las monitoras, como le decía. Y las llamo “tías”.

Cuidando justamente las formas, cuando José Francisco Yuraszeck lo invita a hablarles a los candidatos, dice:

-Para ocuparse de la situación calle, sobre todo de las personas de la tercera edad, que son los que más sufren, pediría que amplíen Vivienda Primero. Las personas mayores necesitan vivir dignamente, protegidos. Todos merecemos un lugar digno donde pasar la última etapa de la vida y vivir ese tiempo como personas. Como seres humanos.

LA VIVIENDA COMO DERECHO HUMANO

Vivienda Primero es una pequeña joya en materia de política pública.

Financiada por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, con alguna participación del Ministerio de Vivienda, partió en Santiago y Concepción en mayo de 2019. En una ceremonia, se entregaron las primeras viviendas piloto en Estación Central, Región Metropolitana. La operación de la iniciativa estuvo a cargo de Hogar de Cristo y fundación CATIM en Concepción.

Hasta abril del año pasado había beneficiado a más de 700 personas mayores de 50 años que tenían al menos 5 años en situación de calle. A la fecha está presente en 6 regiones del país. Coquimbo ha sido la sexta en implementarlo, hace apenas un par de meses. Beneficia a 20 hombres, distribuidos en 10 casa en las ciudades de Coquimbo y La Serena.

La iniciativa propone ofrecer una vivienda digna y permanente como primer paso a las personas en situación de callesin condiciones previas como la abstinencia de drogas o alcohol. La lógica es que las personas no pueden resolver problemas de salud mental, adicciones o trabajo si antes no tienen como base un hogar seguro.

Este modelo se opone al enfoque tradicional de “escalera”, que exigía progresos sucesivos para “merecer” una vivienda. Su creador, el psicólogo estadounidense Sam Tsemberis dice: La solución a la falta de vivienda es la vivienda. Los servicios son opcionales, la vivienda no”Esta frase rompe con la lógica asistencialista clásica: la vivienda no es una recompensa, es un derecho básico y punto de partida para cualquier proceso de recuperación e inclusión.

Siguiendo este principio, Hogar de Cristo tiene entre sus 20 propuestas de política pública una que busca ofrecer soluciones habitacionales al 20 por ciento más vulnerable de la población. Son personas que ni siquiera pueden soñar con un subsidio para la vivienda social porque no tienen empleo, capacidad de ahorro, papeles siquiera. O sea, son en parte sustantiva quienes viven en la calle.

Según cifras oficiales serían 21 mil personas las que viven en situación de calle, pero las organizaciones de la sociedad civil que trabajan el tema afirman que superan las 50 mil personas. Hogar de Cristo las estima en 40 mil. De acuerdo a ese cálculo, propone ampliar el subsidio al arriendo para estos grupos excluidos y lograr así más Vivienda Primero.

La propuesta tiene un costo de 25 mil millones. Y representa un incremento de un 37% del presupuesto total del subsidio al arriendo del Ministerio de Vivienda y Organismo.

LA ESPERANZA DE HÉCTOR

¿Qué dijeron los candidatos frente a esta propuesta?

Evelyn Matthei habló de Vivienda Primero por su experiencia como alcaldesa de Providencia. Lo consideró un programa social “emocionante”.  AGENCIA BLACKOUT

La más informada fue Evelyn Matthei. La candidata en su intervención de 5 minutos, recordó su experiencia como alcaldesa: “Cuando en Providencia nos encontrábamos con personas en situación de calle, los postulábamos a Vivienda Primero. Pero lo que hay que tener claro con este programa es que si a las personas las dejas solas en una vivienda, bajo un techo seguro, lo más probable es que al mes o a los dos meses vuelvan a la calle. Lo más importante en este programa es el acompañamiento, porque convivir con otra persona en un departamento no es fácil, porque volver a vivir en una casa después de haber vivido por años en la calle, no es sencillo”.

Agregó: “Las personas en situación de calle están acostumbrados a otra forma de vida. Y el consumo de sustancias no se deja de inmediato. El acompañamiento profesional es absolutamente indispensable en este programa. Eso lo sabe hacer el Hogar de Cristo. Saben qué funciona y que no. A mí esta propuesta me conmueve”.

José Antonio Kast, por su parte, aludió directamente a “don Héctor”. Dijo: “Cada vez que vengo por la carretera y veo los rucos a los costados, me preguntó: ¿Dónde quedó la familia? ¿Dónde quedó el Estado? ¿Dónde quedaron las políticas públicas para que permitieron que esto pase?”. Y se concentró en ponderar la importancia de la familia.

Camino similar tomó Johannes Kaiser, pero sin comentar la propuesta concreta. Dijo:

-Evidentemente, si nosotros vemos cuánto rinde un peso invertido en programas sociales estatales respecto de lo que vale ese mismo peso en manos de una iglesia, tenemos claro dónde hay que poner el dinero. Tenemos que fortalecer a las iglesias, a las organizaciones sociales, que nacen de la propia comunidad y del compromiso individual de las personas que las conforman. ¿El burócrata social? No, muchas gracias. El burócrata está muy lejos. Y no digo que sea una mala persona, pero simplemente está lejos de los problemas. Tiene un nivel un poquitito más bajo de compromiso y eso hace, muchas veces, la diferencia entre la vida y la muerte para personas que dependen de la ayuda de otros, como quienes viven en la calle.

Respecto de esta propuesta, Jeannette Jara no hizo comentarios específicos. Tampoco Harold Mayne-Nicholls. Franco Parisi llegó tarde, así es que no la escucho.

Héctor Ulloa sí escuchó todo lo dicho. Y, lentamente, sostenido en un burrito porque está a la espera de que lo operen de una hernia que le dificulta caminar, reafirmó su esperanza de que haya mucho más Vivienda Primero.