María de la Luz González fue la tercera entrevistada de “Ojos que Sí Ven”. Se trata del programa radial que hace Hogar de Cristo con Cooperativa cada sábado a las 11 de la mañana. La invitamos para conversar sobre la importancia crítica de estos primeros mil días de vida. Y sobre cómo esta colaboración entre ambas fundaciones -Hogar de Cristo y Oportunidad- está transformando comunidades educativas en 12 regiones del país.
“Lo más valioso de este trabajo con Hogar de Cristo es ver cómo, detrás de cada número, hay niñas y niños que hoy asisten con más regularidad a su jardín. Pequeños que participan, aprenden y se sienten parte de una comunidad que los espera. La dedicación de los equipos educativos, incluso coordinándose a distancia, ha sido impresionante. Esta alianza demuestra que cuando las personas se comprometen de verdad, la asistencia no es solo una meta. Es una oportunidad concreta para cambiar vidas desde la primera infancia”.

Cooperativa y Hogar de Cristo se unen para hacer Ojos que Sí Ven, programa que partió el sábado 8 de noviembre. El espacio busca “mirar y sensibilizarnos” para lograr que los corazones sientan la realidad de la pobreza. El tercer capítulo del programa tuvo como invitada a la sicóloga María de la Luz González, directora ejecutiva de Fundación Oportunidad, que trabaja por estimular la educación inicial en el país. AGENCIA BLACKOUT
–María de la Luz, yo suelo repetir una cita que le escuché a alguien: la educación inicial es la verdadera “educación superior”, porque es ahí donde realmente se igualan las oportunidades. ¿Es una exageración?
-No, para nada. Me encantó la frase, te la voy a robar. Lo que ocurre en los primeros años de vida es determinante para el desarrollo socioemocional, el lenguaje, la comunicación y las habilidades que permitirán a los niños y niñas desplegar su trayectoria educativa y de vida.
–Según datos recientes, solo un 45,3% de niños entre 2 y 4 años está matriculado en educación inicial. Más de la mitad queda fuera. ¿Qué implica eso?
-Significa pérdida de oportunidades esenciales. Y además genera que no los vemos, porque si un niño no está en el sistema, también queda fuera del radar de apoyos, diagnósticos y acompañamientos que el jardín infantil ofrece. Incluso entre quienes están matriculados, el gran problema es la baja asistencia. La asistencia en prekínder y kínder es la más baja de todo el sistema escolar.
Y la diferencia entre asistir sistemáticamente —85% o 90% del tiempo— y no hacerlo, es enorme: marca la frontera entre aprender y quedarse atrás.
Oyendo a María de la Luz parece nunca mejor puesto el nombre al programa donde se da esta entrevista: Ojos que Sí ven. Hay que ver a los ausentes y a los que están guardados en su casa. La estimulación que entrega la educación inicial esta comprobado que de verdad empareja las oportunidades de desarrollo futuro.
– A pesar de toda la evidencia, sigue habiendo resistencia de algunas familias: miedo a contagios, incompatibilidad laboral, percepción de que “no es tan importante” o “que está mejor en casa… ¿Cómo te la explicas?
-Es una resistencia multifactorial. La pandemia intensificó el miedo a las enfermedades. También influyen la falta de vínculos con la comunidad educativa, la desconfianza, las dificultades laborales y la idea —todavía instalada en algunos hogares— de que el jardín “solo cuida”. Pero poco a poco esto se ha ido revirtiendo. Cuando las familias descubren el impacto real que tiene la educación inicial, la adhesión cambia.

Celebración día de las bibliotecas en Jardín Infantil San José, uno de los 35 perteneciente a Fundación Hogar de Cristo, que son un aporte en los sectores más vulnerables de 12 regiones del país. AGENCIA BLACKOUT
–¿De qué manera Fundación Oportunidad logra convencer a una mamá que teme que su hijo se enferme o que siente que el jardín no entiende su realidad de llevarlo?
-Trabajamos con intervenciones muy concretas y con evidencia. Por ejemplo, desarrollamos una plataforma que toma automáticamente los datos del SIGE, que es el Sistema de Información General de Estudiantes del Ministerio de Educación, y que genera reportes individualizados de asistencia. Esto permite a los equipos educativos y a cada comunidad entender qué está pasando con cada niño o niña.
Además, tenemos un encargado de asistencia por establecimiento, estrategias de comunicación con las familias, paneles de asistencia visibles a la entrada de las salas, material audiovisual, personajes educativos y recursos que fortalecen hábitos de higiene, rutina y pertenencia. Nada de esto funciona sin la participación activa de las familias.
–Ustedes tienen una experiencia interesante con los 35 jardines infantiles y salas cuna del Hogar de Cristo. ¿Qué ha significado esa alianza?
-Ha sido una experiencia muy positiva, porque permite trabajar de manera coordinada en 12 regiones del país. Cada cuatro meses nos reunimos más de 500 integrantes de las comunidades educativas en actividades remotas de formación, reflexión y seguimiento.
–¿Qué resultados concretos han obtenido?
-Hoy casi un 70% de los niños y niñas de los jardines del Hogar de Cristo cumple la meta del Ministerio de Educación: al menos 75% de asistencia anual. Hay casos particularmente notables, como el jardín infantil Sagrada Familia de Graneros, que aumentó en 18 puntos porcentuales la proporción de niños que alcanza ese nivel de asistencia. Es muchísimo. Son cifras que muestran cambios reales en la vida de las comunidades.
Además, explica María de la Luz, al mejorar la asistencia temprana reducimos la probabilidad futura de exclusión y deserción escolar, un tema crítico para el país.
Que también es muy invisible para aquellos a los que no toca directamente. Hoy son más de 227 mil los niños, niñas y jóvenes excluidos del sistema educativo, lo que los deja a merced de riesgos evidente.

Santiago, 30.10.25. Celebración día de las bibliotecas en Jardín Infantil San José, perteneciente a Fundación Hogar de Cristo.
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– La educación inicial también tiene un rol en el desarrollo parental, que muchas veces se olvida. ¿Lo están trabajando?
-Sí. Nuestros programas siempre se diseñan para todos los involucrados en la experiencia educativa. Acompañamos a los equipos directivos, a las educadoras y técnicos, pero también a las familias. Proveemos materiales y recursos para fortalecer las habilidades parentales y para que cada comunidad educativa pueda realizar encuentros familiares significativos. Los primeros años son pocos, pero determinantes. Como decimos siempre, en esto no podemos perder ni un minuto.
– Ojalá todo lo que nos cuentas ayude a que más personas dimensionen la importancia de la educación inicial.
-Ese es nuestro sueño. Que se entienda que la educación parvularia no es un lujo, ni un complemento, ni un servicio asistencial, sino la base sobre la cual se construye todo lo que viene después.
Por eso, dice, nos robará la frase: “La educación inicial es la verdadera educación superior”, que nosotros tomamos de alguna autoridad en un seminario y nos pareció luminosa. Más cuando vemos que en cuanto a presupuesto, el Estado destina la tercera parte de lo que pone en educación universitaria a la educación inicial, que es la más importante del desarrollo humano.