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“Ojos que ven, corazones que sienten”: Arte, pobreza y memoria

La Fundación Cultural de Providencia acogió el lanzamiento del libro del Hogar de Cristo que reúne a 10 grandes fotógrafos sociales. Un conversatorio liderado por Patricio de la Paz y protagonizado por Ximena Torres Cautivo y el jesuita Pablo Walker reveló la necesidad de mirar y sentir la realidad de Chile.
Por María Teresa Villafrade
Noviembre 26, 2025

En la Fundación Cultural de Providencia se presentó el libro “Ojos que ven, corazones que sienten. Antología fotográfica social en Chile”, una obra que invita a mirar sin apuro y a sentir con profundidad. Condujo el encuentro el editor de DF+, Patricio de la Paz, quien dio paso a un conversatorio inteligente y provocador entre la editora del libro, Ximena Torres Cautivo, subgerente de Comunicaciones del Hogar de Cristo, y el jesuita y artista plástico Pablo Walker.

El alcalde de Providencia, Jaime Bellolio, abrió la jornada destacando el valor de que el lanzamiento se realizara en la comuna más dinámica del país: “Por Providencia pasan dos millones de personas al día. Lo que ocurre aquí no queda solo aquí; repercute en toda la región Metropolitana”, afirmó.

Fotografía social. Eso es lo que hacen los 10 artistas incluidos en Ojos que ven, corazones que sienten, presentado anoche en la Fundación Cultural de ¨Providencia. En el acto estuvo Jaime Bellolio, el alcalde.

En tiempos marcados por la inmediatez y la polarización, Bellolio subrayó la importancia de la cultura y el espacio público como lugares de encuentro. “La seguridad no es guardarse más temprano, sino ocupar plazas, parques y teatros. La democracia no es el triunfo de uno sobre otro, sino convivir juntos y proyectar un futuro común”.

El alcalde también reivindicó la potencia silenciosa de la imagen y del libro: páginas que se recorren con calma, fotografías que esconden historias y despiertan memoria y empatía. “Ver al otro permite validarnos, reconocernos, sentirnos comunidad”, concluyó.

Para el director ejecutivo del Hogar de Cristo, Juan Cristóbal Romero, la publicación de fotografía social es un hito: “No basta con registrar la realidad, hay que conmoverse con ella. Esa ha sido y sigue siendo nuestra misión desde hace 81 años: ver, escuchar y respetar a cada persona”.

El libro reúne a fotógrafos y fotógrafas que han puesto su talento al servicio de abrir los ojos del país. En sus páginas conviven generaciones y miradas: desde Antonio Quintana, Marcos Chamudes y Sergio Larraín —quien donó en 1952 sus imágenes de los niños que vivían bajo los puentes del Mapocho para una campaña del Hogar de Cristo— hasta creadores contemporáneos como Cristóbal Olivares, Ximena Hinzpeter, Carolina Vargas, Alejandro Maltés, Kena Lorezini, Lincoyán Parada y Helen Hughes.

La curaduría de Ximena Torres nació mientras investigaba para “1944–2024: 80 avances para reducir la pobreza”, libro con que el Hogar de Cristo celebró sus ocho décadas de historia y que fue recientemente premiado con el Eikon 2025 a la mejor publicación institucional. Al encontrarse con las obras y las vidas de Quintana y Chamudes, surgió la idea de tejer una antología que hablara no solo de la pobreza y la desigualdad, sino también de la belleza, la fuerza y la dignidad que subsisten en los márgenes.

“MI PADRE HUBIERA ESTADO FELIZ”

En medio del cóctel, un momento íntimo marcó la tarde. Gregoria Larraín Truel, hija de Sergio Larraín, se mostró profundamente emocionada:
“Mi padre hubiera estado feliz de participar en esta bella causa”, dijo. Fue ella quien autorizó la nueva publicación de las fotografías que Larraín capturó en 1952 para la primera campaña del Hogar de Cristo. Lo hizo a pedido de su fundador, Alberto Hurtado. La serie “Los niños del Mapocho” sigue estremeciendo generaciones.

Helen Hughes, una de las diez artistas de esta antología de fotografía social,

Gregoria compartió también la historia familiar que la une a la obra: “Primero mi abuelita, la Pin Echenique, que siguió las enseñanzas de san Alberto Hurtado toda su vida. Después mi padre, Sergio Larrain, inspirado por los niños del Mapocho recogidos por el Padre. Finalmente yo, que fui voluntaria en el Hogar de Cristo de Ovalle dando clases de pintura a personas mayores. Fue una experiencia maravillosa”. Cerró con palabras simples y hondas: “Felicitaciones por esta magnífica obra”.

El director de la Fundación Cultural de Providencia, Jorge Andrés González, y Gregoria Larrain, hija de Sergio Larrain.

“Ojos que ven, corazones que sienten” es, en esencia, un acto de memoria y de futuro. Un llamado a detenerse, a mirar con atención y a sentir con humanidad. Porque cada fotografía —como cada persona— contiene una historia que merece ser vista sin indiferencia.

Es también una provocación: mirar sin indiferencia, reconocer al otro y sentir lo que las imágenes no dicen en voz alta. Cada fotografía es un fragmento de país y, juntas, construyen un espejo donde Chile puede verse y, quizás, empezar a cambiar.