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Hogar de Cristo y su estrategia social: Adaptándose al Chile de hoy

Ofrecer servicios más livianos y flexibles −y de este modo más eficientes−, es la consigna de la fundación actualmente. Esto explica el cierre de algunas residencias para mayores y hospederías para personas en situación de calle, las que han sido reemplazadas por servicios de apoyo ambulatorio y personalizado que han mostrado muy buenos resultados.
Por Valentina Miranda G.
Diciembre 22, 2025

.Cada cinco años, Hogar de Cristo reevalúa su planificación estratégica para responder eficazmente a las necesidades de una sociedad cambiante, que presenta nuevos desafíos para superar la pobreza. Es un ejercicio que permite además tener una mirada hacia el futuro. Y, por lo mismo, ajusta su estrategia social.

“¿Qué Hogar de Cristo queremos para qué Chile?” es la pregunta que moviliza. Y el primer paso es invitar a distintos profesionales a mantener un diálogo con los miembros del directorio y con los comités directivos, para compartir sus posturas de cómo ven al Chile del presente y del futuro. De allí sale un primer diagnóstico.

Un segundo elemento, más técnico, es la actualización de la matriz de inclusión social, una herramienta que entrega información de las brechas que existen en Chile respecto a la población que la fundación atiende. En la práctica, desde la primera infancia hasta los adultos mayores.

Incorpora además la información de los servicios que entrega el Estado y otras oenegés a los sectores más vulnerables, de manera de no duplicar la oferta, sino ser un complemento como parte de distintos ecosistemas de soluciones.

Un tercer criterio considera los recursos que tiene Hogar de Cristo, para analizar qué hacer con ellos, más y mejor. “Acelerado por el escenario financiero en el que estamos, se proyectaron los recursos hacia los próximos cinco años. Así, decidimos avanzar hacia programas y servicios ambulatorios porque tienen costos más bajos, son más livianos y favorecen a más personas”, señala Liliana Cortés, directora social nacional de Hogar de Cristo.

 

Liliana Cortés en terreno. En este caso, apoya a a un beneficiario de los servicios de atención domiciliaria para personas mayores en el campamento Manuel Bustos. Lo domiciliario sobre lo residencial es parte de la estrategia social del Hogar de Cristo.  AGENCIA BLACKOUT

“Cuando abríamos servicios en los años 80, 90, 2000, podían mejorar las condiciones de vida de la persona por mucho tiempo. Pero, en los últimos años, donde los cambios son vertiginosos, se necesitan servicios flexibles, que se puedan movilizar por ejemplo de una comuna a otra”, agrega.

POR QUÉ EL CIERRE DE RESIDENCIAS

Liliana Cortés, directora social nacional de la Fundación Hogar de Cristo, explica la nueva estrategia social de la fundación. AGENCIA BLACKOUT

Un ejemplo muy concreto de esta adecuación a los nuevos escenarios es el cierre de residencias para personas mayores. Se trata de un proceso que se desarrolló entre 2022 y 2024. Frente a un país que envejece rápidamente, era una medida poco entendible para muchos, pues las necesidades de las personas mayores van en aumento.

Pero lo que se buscó fue precisamente servicios flexibles.

De esta manera en algunas comunas se cerraron residencias, las que fueron reemplazadas por servicios de apoyo ambulatorio, que atienden a las personas mayores en su domicilio durante el tiempo que sea necesario. El propósito es conectarlas con sus redes −familiares, vecinos, amigos− que después sean su ayuda. Así, la cantidad de personas mayores que se benefician es cada vez mayor y, al mismo tiempo, se logra una mayor eficiencia de los recursos. El costo de una persona atendida en una residencia fluctúa entre 1.500.000 y 1.800.000 de pesos al mes y el costo de en un programa domiciliario es de entre 100 mil y 10 mil pesos mensuales.

Otra ventaja es que un programa de atención domiciliaria se puede cambiar de una comuna a otra si es que se necesita en otro lugar. “Por eso entender la matriz social es tan importante. Si la matriz social me dice que hay cambios en uno u otro lugar, la pregunta que nosotros tenemos que responder es cómo podemos llegar allí con los recursos que tenemos. Eso es más fácil de lograr con programas más flexibles y livianos”, explica la directora social nacional.

 SERVICIOS TERRITORIALES DE CALLE

Bajo este mismo criterio se decidió cerrar hospederías para personas en situación de calle y abrir programas territoriales de calle. Aquí influyó también que, desde hace unos diez años, la política del Estado para las personas en calle se venía robusteciendo. Un ejemplo de eso es que varias de las hospederías del Hogar que hicieron cese operacional, quedaron en manos de municipios o de otras organizaciones.

-Las personas en situación de calle son la mayor expresión de exclusión y de pobreza. Y, si bien nosotros hoy día estamos con otros actores, seguimos siendo la red más grande para apoyarlas. Lo que buscamos es estar ahí de forma distinta. Históricamente, la red principal de apoyo eran las hospederías. Lugares donde se ofrece pan, techo y abrigo, un espacio transitorio que hace la diferencia entre la vida y la muerte en una noche de invierno. Es un servicio de hospedaje de calidad, atento, cariñoso, respetuoso, pero no tiene las condiciones ni capacidades para avanzar hacia que la persona deje la calle.

Las personas en situación de calle son la expresión más dura de la pobreza. De eso que llamamos “pobreza severa”. AGENCIA BLACKOUT

¿En qué consisten los servicios territoriales de calle?

−Tiene que ver principalmente con apoyo psicosocial para lograr que la persona en un plazo de dos, tres, cuatro años, salga de la calle. Asumimos que ese hombre o mujer tiene un lugar donde dormir (un ruco, una hospedería) y nos concentramos en hacerle un plan de trabajo individual con trabajadores sociales, psicólogos, terapeutas ocupacionales y técnicos. Ese equipo apoya a cada persona dos o tres veces a la semana y los conecta con servicios públicos disponibles para que pueda acceder a todas las garantías mínimas que por derecho les corresponden.

VULNERABILIDAD EXTREMA

La directora social los define como profesionales que generan un vínculo cercano, un nivel de confianza suficiente para instalar un plan de trabajo individual que implica metas. Un ejemplo sencillo: inscribirlo en el Cesfam (Servicio de Salud Familiar) del sector donde se mueve. Y lograr así que vaya a sus primeros controles de salud y tenga un tratamiento permanente en caso de que se le detecte una enfermedad. Si la persona no va a buscar sus medicamentos, alguien del Cesfam avisa al equipo del Hogar de Cristo.

-Eso es estar asegurando garantías, hacer a la persona visible para el Estado y abordar su situación de salud. Posiblemente con esa acción, logramos que a esa persona se le alargue su vida diez, veinte años.

Además, está el apoyo para que logren una vivienda a través de los planes del Estado, como también mediante el programa Vivienda Primero o de viviendas compartidas. “Si la persona está viviendo en un ruco, cuesta empujarla. En cambio, si logramos instalarla en un departamento, es mucho más fácil sostener su proceso de cambio”.

Otro aspecto muy relevante es el vínculo con la familia, que en la mayoría de los casos está roto. Los profesionales del Hogar buscan contactarse con algún pariente para saber si les interesa saber de su familiar que está en situación de calle. Si la respuesta es afirmativa, se abren esas nuevas oportunidades. Lo mismo con vecinos u otras personas significativas cercanas. Cuando no están esas redes −explica Liliana− las posibilidades de superar y de mejorar sus condiciones de vida son muy limitadas.

Jessica y su cambio de vida después de una larga experiencia en situación de calle, Vivienda Primero es un revolucionario servicio asociado a la nueva estrategia social del Hogar de Cristo. AGENCIA BLACKOUT

¿Qué hace que las personas en situación de calle quieran salir de esa situación?

-Primero, sentirse vistos. Muchos se quedan en la hospedería porque se sienten vistos. Sabemos su nombre, su cumpleaños. Cuando alguien te ve, tú te empiezas a verte a ti mismo. Lo segundo es tiempo, porque todos los procesos de reparación y de mejoramiento de la vida son dos pasos para adelante y uno para atrás. Entonces se necesita mucho tiempo para poder acompañar.

Agrega un tercer factor: “Creer en la persona, pero en su justa medida y con los tiempos adecuados, porque si los presionas diciendo ´tú puedes´ y la persona cree que no puede, se va a ir. Esto es artesanía fina. Las personas siempre tienen ganas, lo que pasa es que no lo dicen para no generar un compromiso. Ese compromiso de cambio asusta. A cualquiera, más a quienes viven en la precariedad total”.

INCIDENCIA EN POLÍTICAS PÚBLICAS

Otro objetivo muy relevante en la planificación estratégica de Hogar de Cristo, en la nueva estrategia social,  es hacer incidencia en política pública. Y la forma de hacerlo no es necesariamente con una cobertura de servicios tan grande, pero sí manteniendo ciertos servicios para estar dentro de la conversación sobre políticas sociales y poder hablar desde la experiencia, aportando evidencia.

Antes de ser electo presidente, José Antonio Kast y los demás aspirantes a La Moneda, estuvieron en el Hogar de Cristo. En la ocasión se les entregó el documento “Hacia un Chile sin pobreza: 20 propuestas para las candidaturas presidenciales”, en una activa campaña de incidencia en temas de políticas públicas. El documento refleja la nueva estrategia social de la fundación. AGENCIA BLACKOUT

Por ejemplo, en adultos mayores quedaron dos residencias para generar incidencia y mejora continua. La atención para personas con consumo problemático de drogas y también para aquellas con discapacidad mental se mantiene un poco más amplia, porque lo que interesa es que ese sistema de servicios mejore.

De todos modos, el corazón de Hogar de Cristo está en las personas mayores y en las personas en situación de calle y por ello el gran porcentaje de sus recursos se destinan a estos segmentos.

Si bien la red de jardines infantiles es muy grande −35 jardines y 2.800 niños−, funcionan en un 90% con financiamiento del Estado.

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