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Víctor Hugo y Jovita

“Nos criamos en pobreza, pero nunca nos faltó el pescado”

Víctor Hugo Salas y Jovita Villarroel llevan casados 52 años. Ahora él tiene Parkinson y artrosis y a ella le dio una parálisis facial, sufre de diabetes e hipertensión, y ha tenido infartos cerebrales. Su casa de Puerto Varas queda al final de una calle y cada vez que llueve, el agua queda apozada en la entrada y eso les impide salir. Necesitan una ayuda muy específica que acá explicamos.

Por María Teresa Villafrade/ Fotografías: Sebastien Verhasselt

23 Enero 2024 a las 20:34

El Programa de Atención Domiciliaria para Adulto Mayor (PADAM) de Hogar de Cristo en Puerto Varas atiende a este matrimonio encantador, pero muy aproblemado en su diario vivir. Víctor Hugo (69) y Jovita (66) se apoyan mutuamente, pese a que ambos tienen múltiples dolencias.

Jovita cuenta que con el retiro de los 10 por ciento de la AFP arreglaron como bien pudieron su casa en Puerto Varas, pero aún hay un sector en que la lluvia lo pudrió todo y es irrecuperable.

Hasta hace poco, vivían con ellos hijos y nietos. Ahora ya no están aquí, tras lograr ahorrar y obtener subsidios respectivos para sus viviendas propias. Así se entiende por qué hay tantos aparatos electrónicos viejos arrumados afuera y una ampliación desocupada.

“Con las lluvias se nos inunda tanto aquí; se me ha entrado el agua hasta la entrada de la casa”, cuenta Jovita, mostrando lo difícil que es para ella sacar a su marido en la silla de ruedas. Agrega: “Necesitamos un camino pavimentado desde la puerta de la casa hasta la entrada, así yo podría moverlo cuando necesitamos salir.

Así es la entrada a la casa de Víctor Hugo y Jovita en Puerto Varas. Cuando llueve, se anega y ambos no pueden salir.

Víctor Hugo permanece callado todo el tiempo. La escucha pero no dice nada.

Jovita relata que la criaron su abuelo y su mamá. Desde pequeña asumió labores de dueña de casa pues su madre salía a trabajar para “parar la olla”. Con Víctor se conocieron cuando ella tenía 12 años y se casaron al cumplir ella 14. Él tenía 16. Tuvieron cuatro hijos, que les dieron 5 nietos.

¡LOS MATARON A TODOS!

Víctor Salas fue mecánico desabollador y también aprendió construcción. Era un excelente jugador de fútbol y boxeador. “También fue pescador de salmones. Nos criamos en pobreza pero nunca nos faltó el pescado”, dice ella, sonriente.

Ahora los acompañan dos perros viejos. Uno de ellos tiene catarata. Jovita ama los animales. Llegó a tener ¡13 gatos y 18 perros!

“Es que en este sector mucha gente venía a botar los perros acá detrás y a mí me daba una pena terrible. Un día, por quejas de los vecinos, vinieron a buscarlos. Me engañaron diciendo que los iban a llevar a una perrera, pero después supe que los mataron a todos”, cuenta con tristeza.

Pide también ayuda con un veterinario que pueda verle sus viejos perros. “La última consulta que hice una vez me costó 25 mil pesos y hoy no tengo ese dinero”, señala.

El avanzado Parkinson tiene muy complicado a Víctor Hugo y su esposa apenas puede ayudarle a levantarse.

Pero lo principal es lograr pavimentar un camino desde el portón del antejardín hasta la entrada de la casa. Si puedes hacer Match Solidario con ellos, entra a este link.

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