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 Anne Traub Mödinger:

“El vínculo reemplaza al vientre”

Habla de crear colchones de afecto, de retejer redes comunitarias perdidas, de fortalecer las habilidades de crianza en las mujeres jefas de hogar, de empoderar a las madres y convertirlas en líderes comunitarias. De eso y de la importancia de entregar educación de calidad en la etapa en que el ser humano más absorbe conocimientos: los primeros seis años de vida. Es abogada, sureña y lidera Familias Primero.

Por Ximena Torres Cautivo

21 Noviembre 2023 a las 21:03

–¡Necesitamos que el país se llene de Ivonnes, porque mujeres como ella marcan la diferencia! Una mujer que vivió en condiciones súper adversas, en un campamento, que crió a sus cinco hijos sola, que se organizó con sus vecinas para crear juntas una guardería que les permitiera salir a trabajar y dejar a sus niños seguros y cuidados. Y que, además, logró capacitarse y estudiar educación de párvulos y que hoy tiene a los cinco estudiando en la universidad.

La abogado Anne Traub Mödinger, presidenta ejecutiva de Fundación Familias Primero, celebra con verdadera emoción haber conocido a Ivonne Andrade, técnico en educación de párvulos y egresada como educadora, aunque por razones económicas no logró titularse. También se congratula de coincidir con la parvularia Ingrid Gallardo, hoy subdirectora de Cultura Solidaria del Hogar de Cristo, en el programa Hora de Conversar.

Ingrid conoció a la mamá de Anne, que era voluntaria del Hogar de Cristo en la región de Los Lagos, cuando ella estuvo en Puerto Montt creando un Centro Abierto hace muchos años. “Recuerdo a Anne con uniforme de colegio dando vueltas por ahí”, comenta la educadora que lleva 33 años trabajando en la fundación.

Las tres fueron invitadas a dar testimonio de lo que representan los jardines infantiles y salas cunas para las madres de los sectores más vulnerables de Chile: un soporte invaluable para ellas, en especial para las que son jefas de hogar. Y para el desarrollo de sus hijos en una etapa clave de la vida.

PARENT CHILD HOME

Anne, abogada de profesión como ya dijimos, es una apasionada de lo que en jerga técnica se llama “educación inicial”. Esto es la formación en los primeros seis años de vida. Llegó al tema en Estados Unidos. Su marido, el empresario Matías Claro, haciendo un master en administración pública en Harvard, asesoró a una fundación que se dedicaba a esta etapa formativa. Y, en lenguaje bien económico, la convenció de que al volver a Chile debían aportar con algo en esa línea. “Algo socialmente rentable, donde más retorne la inversión”, y contribuya a combatir la pobreza y la desigualdad.

Así, en 2015, nació lo que primero se llamó Fundación Niños Primero y que hoy es Familias Primero. La metodología educativa que inspira el trabajo es Parent Child Home Program, que nació en Estados Unidos en los años 60 para prevenir el abandono escolar y que tiene como base el fortalecimiento de los vínculos emocionales entre padres e hijos.

Tal como ha dicho en repetidas ocasiones la directora de fundación Súmate del Hogar de Cristo, Paula Montes, que se dedica a devolverles su derecho a la educación a niños, niñas y jóvenes desescolarizados: “Siempre será más caro reparar un derecho vulnerado que entregarlo a su tiempo y de buena manera”.

Estudios de seguimiento de casos del programa Parent Child Home así lo prueban: los niños y niñas que participan de él se gradúan en un 30 por ciento más que los grupos de control.

Por eso, Anne se fascina con el testimonio de Ivonne.

–Sus hijos llegarán lejos, porque tienen una mamá espectacular. Para despegar, nuestro país necesita que los niños vean grandes ejemplos, sientan esperanza y sobre todo experimenten afecto.

HABILIDADES “MARENTALES”

Eso es lo que sucede en el jardín infantil y sala cuna San José, que Hogar de Cristo tiene en la población Raúl Silva Henríquez de Quilicura. No por nada el establecimiento cuenta con un 92% de asistencia en tiempos en que el ausentismo domina todos los niveles educativos.

Al respecto, dice la directora ejecutiva de Familias Primero:

–Asistir al jardín infantil y a la sala cuna es clave para emparejar las posibilidades de desarrollo. Hoy enfrentamos un tremendo problema de ausentismo o de no matricular a los niños en los jardines infantiles. Esto significa que al llegar a kínder y primero básico lo hacen con un rezago que ya no se puede recuperar. Llegan tarde y la brecha educativa entre los más pobres y los que más tienen se profundiza. En lugar de cerrar la brecha, lo que declaran todos los involucrados con pasión, la ampliamos. Y los hijos de los que tienen plata avanzan en su trayectoria educativa sin problemas, mientras los de familias vulnerables y en pobreza se van quedando atrás.

Niños del Jardín Infantil y Sala Cuna San José, fotografiados en 2019. Ubicado en la población  Raúl Silva Henríquez, pertenece al Hogar de Cristo y es el único gratuito de los 11 jardines del sistema público que funcionan en la comuna de Quilicura.  AGENCIA BLACKOUT

Anne menciona los hallazgos ya indiscutidos de la neurociencia. Dice: “Los seis primeros años de vida son trascendentales para el desarrollo posterior. Es en esa etapa donde se crea y se fortalece el ochenta por ciento del tejido neuronal. No podemos desatender esa etapa”.

–Y para ello está la educación inicial, la sala cuna y el jardín, pero también la familia. ¿De qué se trata Familias Primero? 

–Inicialmente, yo quería trabajar con mujeres. Conocía la realidad de los campamentos y veía mucha desesperanza, mucha desolación y muchas madres solas. La monoparentalidad lleva asociada a la pobreza, pero Matías, mi marido, me convenció de que nos abocáramos a los niños. Que ellos fueran los beneficiarios, pero  trabajando codo a codo con las familias. Así desarrollamos la fundación Familias Primero, que si bien se busca desarrollar al máximo el potencial de los niños, entrega herramientas a los padres.

Anne Traub Mödinger habla de dar competencias parentales (“marentales”, sería mejor dicho, aunque no exista la palabra) y declara: “Siempre he creído y lo compruebo día a día que el vínculo reemplaza al vientre. Lo clave es crearles a los niños espacios de cariño y contención”.

MULTIPLICAR IVONNES

Tal como a Anne la emociona el potente testimonio de superación de Ivonne Andrade, se quiebra cuando escucha las reflexiones de Antonieta Melivilu, apoderada del jardín que Hogar de Cristo tiene en La Pintana.

–Todos necesitamos una base, un colchón de afecto, que nos permita desarrollarnos y querer volar lo más lejos que nuestros sueños nos lleven. Para eso necesitamos seguridad y amor y en este video se ve eso: una mamá que confía en sus hijos. Que contra todas las adversidades les dice: “Sí, ustedes, pueden, como Antonieta”.

La abogada de origen alemán, criada en Puerto Montt, entre kuchenes y jamones de su familia, los Modinger, dueños de las famosas cecinas Llanquihue, está convencida que el mejor capital de un niño es “saber que lo quieren incondicionalmente”. También sabe que un hogar con jefatura de mujer suele estar bajo la línea de la pobreza y que eso dificulta mucho las cosas. “Ahí nos paramos nosotros, apoyando a esas mujeres para que logren desarrollar al máximo el potencial de sus hijos. Y eso hay que hacerlo en la etapa adecuada, porque después tenemos que entrar a reparar, lo que es más caro. Este país necesita invertir en la primera infancia. Anticipémonos. Actuemos preventivamente”, afirma Anne.

–¿A qué atribuyes que haya tan baja asistencia y matrícula en salas cuna y jardines infantiles? ¿Fue consecuencia de la pandemia?

–Es un problema que viene arrastrándose de mucho antes de la pandemia, pero que ésta agudizó. Nos ha costado mucho abandonar los hábitos que desarrollamos en pandemia. En los meses del COVID-19 toda la carga doméstica, educativa, de cuidado, cayó sobre la mujer. Fueron los empleos femeninos los que se perdieron y que aún no se recuperan. Yo creo que el único pasaporte para la libertad de las mujeres, son los ingresos propios. La independencia económica y para lograrla la sala cuna y el jardín es un tremendo apoyo. El problema es que no hay trabajo femenino de calidad. Muchas mujeres hoy hacen trabajo en sus casas y dejan a los niños pequeños con ellas, eso no es bueno. No ayuda.

Entender que la sala cuna y el jardín infantil no es sólo una guardería, es clave. “En estos espacios, la capacidad de aprendizaje de los niños se ve multiplicada. Las mamás no somos educadoras y debemos contar con el apoyo de las educadoras”.

–¿Y cuál es el apoyo que les dan ustedes a las madres y a los padres?

–Las y los convertimos en líderes comunitarios, así como es Ivonne. Se habla mucho del quiebre del tejido social, sobre todo en las áreas urbanas. Nosotros hemos comprobado que ese tejido tan roto se repara con la misma gente de las comunidades. Hemos capacitado a decenas de mujeres en liderazgo y empoderamiento comunitario y el impacto positivo de sus acciones creces sube como la espuma del café batido. Es con esas y esos líderes comunitarios que nuestros desafíos educativos van a llegar mucho más allá. Cuando en los territorios, logras instalar liderazgos femeninos poderosos, hasta el narco se debilita y busca otros espacios. Por eso digo, ¡necesitamos muchas más Ivonnes en todo Chile!

Si quieres apoyar a nuestros jardines infantiles y salas cuna, entra aquí. 

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