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Pablina y el sistema de protección: “Perdón, no te puedo tener más aquí”

Una de las 20 propuestas de política pública que presentó el Hogar de Cristo a los presidenciables es la que beneficiaría a 1.200 jóvenes en tres años. Se trata de un dispositivo que prepara para la vida independiente a quienes cumplen la mayoría de edad en una residencia sin estar estudiando. Ese el caso de 400 mujeres y hombres que anualmente quedan literalmente en la calle. Lee aquí como la evaluaron Jara, Kaiser, Kast, Matthei y Mayne-Nicholls.
Por Ximena Torres Cautivo
Agosto 8, 2025

Las 20 propuestas de política pública que presentó el 30 de julio el Hogar de Cristo a Jeannette Jara, José Antonio Kast, Johannes Kaiser, Evelyn Matthei, Harold Mayne Nicholls y a Franco Parisi, fueron “aterrizadas” humanamente con tres testimonios, que cinco de los presidenciables presentes escucharon atentamente.

Pablina Díaz (32) fue la primera en contar su experiencia. Ingeniera egresada del Inacap, madre y esposa, está por recibir al tercero de sus hijos. Desde los 10 años vivió en una residencia de protección financiada por el Estado y, a los 18 años, por no estar estudiando, fue “egresada”. Su caso se repite 400 veces cada año en el Sistema de Protección para la Niñez y la Adolescencia. Cuatrocientos jóvenes quedan librados a su suerte, sin un techo, contactos, trabajo ni ninguna certidumbre ni orientación. Dentro de este desolador panorama, un dato esperanzador: en 2025, 101 jóvenes -que sí estaban estudiando al momento de cumplir 18 años en el Sistema- lograron entrar a la educación superior.

Aquí se resume la propuesta que busca que los jóvenes egresados del sistema de protección no quedan abandonados a su suerte, tal como le sucedió a Pablina Díaz.

¿Por qué esta diferencia tan sideral? ¿Cómo el Estado que, teóricamente protege a la infancia y adolescencia vulnerada, la abandona, haciéndola saltar de un avión sin paracaídas? ¿Cómo se puede resolver este problema?

La propuesta de Hogar de Cristo busca evitar que los jóvenes egresados del sistema enfrenten riesgo de consumo de drogas, delincuencia, explotación sexual y, en definitiva, abandono al quedar en descampado, como sucede. Cualquiera que conozca la realidad de la calle, sabe que un alto porcentaje de ellos termina en situación de calle en cuestión de meses.

De eso dio testimonio Paulina Díaz, quien es voluntaria de la Red Egresa, que aboga por cambiar esta realidad, y un notable caso de éxito, definitivamente por su propia voluntad de surgir.

Esto es parte de lo que conversó con el capellán del Hogar de Cristo, el jesuita José Francisco Yuraszeck, quien fue el presentador, moderador y entrevistador durante el evento que se desarrolló en el Museo de Alberto Hurtado.

A NADIE LE IMPORTÓ QUE NO TUVIERA DÓNDE IR

-Pablina, ¿cómo llegaste a vivir en una residencia de protección?

-Les doy las gracias por estar aquí, en especial a los candidatos. Ojalá el que asuma el mando del país sea el mejor. Ustedes ven que no tengo apuntes en las manos, porque este discurso lo he dado muchas veces y nunca, nunca ha pasado nada. Yo entré a un hogar de menores, a un sistema de protección privada, cuando tenía 10 años. A esa edad, me sacaron de mi casa. Fue fuerte alejarme de mi familia, pero estábamos en una situación de extrema pobreza.

“Con 8 años, yo tuve que estar pidiendo en la calle para alimentar a mis cuatro hermanos o escarbando en la basura para que pudiéramos comer. Al ser la mayor, tuve que ser mamá y papá de ellos, que eran más chicos. Mis padres no eran adultos responsables para hacerse cargo de nosotros. Vivíamos en una situación límite y los vecinos y personas que nos rodeaban se dieron cuenta”.

Pablina Díaz (31) sabe lo que es tener 18 años y quedar literalmente en la calle, sin estudios, techo ni ayuda. El capellán José Francisco Yuraszeck la entrevistó para que diera su testimonio. Fue emocionante. AGENCIA BLACKOUT

La denuncia de los vecinos, llegó a Carabineros. Intervino la Justicia de Familia. “Así fue como terminamos en un hogar de menores. Esa situación fue bastante fuerte, más que nada por la separación, porque nos separaron como hermanos. A mí y a mi hermana nos llevaron a un hogar súper bueno. A mis hermanitos varones no. Ellos estuvieron en un sistema de protección público, masivo. Abusaron sexualmente de ellos. Yo era el pilar de ellos y no pude hacer nada, salvo ir a verlos. Fue tremendo lo sucedido.

-Cuando te egresaron de la residencia, ¿cómo fue?, ¿qué sentiste?

-Tenía miedo, estaba pasando por una depresión horrible, pero en la residencia consideraban que yo era un mal ejemplo para las demás niñas. Pasé parte de mi infancia y toda mi adolescencia en ese lugar. Fue una buena etapa, nunca me faltó nada. Pero, al cumplir 18 años, adiós. Yo aún no terminaba el cuarto medio y estaba muy mal psicológicamente. En vez de buscarme ayuda psicológica, les resultó más simple egresarme. A nadie le importó que yo no tuviera dónde irme. Algo muy común a la mayoría de los jóvenes en residencias es que no quieren volver a sus casas, porque ahí sufrieron agresiones, malos tratos, abandono. Son pocos los que quieren quieren volver con la familia y es entendible. Volver es caer en el mismo círculo vicioso del que el Estado quería protegerte.

CORTÉ LAZOS PARA SIEMPRE

-¿Cómo lograste estudiar y convertirte en ingeniera?

-Tal como contaba, yo quedé en la calle. No hubo apoyo de nadie. Tuve que terminar cuarto medio sola, porque mi gran meta siempre fue estudiar. Yo siempre me dije que no repetiría la historia de mis padres. Así es que me fui con los papás de un amigo que me recibieron un tiempo. Trabajaba los fines de semana, iba al liceo. Terminé cuarto medio, conocí a mi pareja ahí, éramos compañeros. Gracias a Dios tengo un hombre excelente, fenomenal. Es un buen padre, una buena pareja y lo conozco desde casi 19 años años.

Pablina Díaz contó su esforzada historia al diario La Tercera hace años. Habló de sus ganas de ser ingeniera. De tener una carrera. El periodista que la entrevistó entonces quedó tan comprometido con su historia, que logró que Inacap la becara.

Hoy, a punto de ser mamá por tercera vez, dice: “Mi mensaje a los que se interesen en este tema es que no se queden con el mensaje lastimoso de ¡pobrecitos, estos niños! Dejemos de victimizar a estos jóvenes, porque son muchos los que quieren salir adelante. Lo que necesitan es apoyo, no sólo emocional, sino económico y material. Facilidades para contar con una vivienda. para postular a un trabajo, para capacitarse y estudiar. Que no se les identifique el ex niño Sename, porque de inmediato todos verán en él o en ella a un potencial delincuente”.

Con su guata en punta, Pablina Díaz logró que la sala la escuchara atentamente incluidos los 5 presidenciables presentes (el sexto llegó tarde y no escuchó ninguna de las propuestas y de los testimonios). Y fue elocuente al cerrar su interpelación. Dijo:

“Eso es lo que no queremos, porque al final ellos son el futuro de este país y hay que apoyarlos y pulirlos desde chiquitos. A mí no me enseñaron cómo usar una tarjeta de crédito, qué es un subsidio, cómo se postula a un beneficio social. Nada. Cero información útil para la vida. La vivienda es clave, la formación laboral, el estudio, porque estos jóvenes, como fue en mi caso, no cuentan con nada. Y además no tienen lazos familiares y si los tienen, quieren cortar con ellos, para ser mejor que ellos. Ese fue mi caso. Puede sonar doloroso, pero es la verdad. Para mí lo mejor fue cortar lazos para siempre”.

LA RESPUESTA DE LOS CANDIDATOS

Como las intervenciones de los candidatos fueron por orden alfabético, la primera en comentar fue Jeannette Jara. Frente a la propuesta del Hogar de Cristo que busca extender a 3 años los servicios de protección del Estado a quienes cumplen 18 años sin estar estudiando, preparándolos para la vida independiente. Esta propuesta beneficiaría a 1.200 jóvenes en tres años y la inversión involucrada es de 26 mil millones de pesos, lo que incrementa en un tercio el presupuesto del Sistema de Protección.

Jeannette Jara  habló de la propuesta que involucra a jóvenes de residencias de protección, que fue el caso de Pablina Díaz. AGENCIA BLACKOUT

Sobre esta propuesta y el testimonio de Pablina, la candidata oficialista Jeannette Jara dijo:

-Esta idea me preocupa un poco. Lo primero es que tiene un impacto claro, acotado y no es tan cara para el Estado. Al escuchar, yo pensaba en mi hijo, que tiene 19 años y es un niño. Hoy día los jóvenes a los 19 son niños. Y si corremos todo en tres años, a los 21, van a seguir siendo niños. O sea, estamos en el mismo dilema unos años más. De lo que se trata es de generar personas autónomas y hay que poner el incentivo en el estudio. Esto es fácil decirlo en la teoría, pero estos 1200 niños son los que enfrentan esta realidad.

Dicho eso, se centró en la necesidad de vivienda para la población de entre 25 y 35 años. “Para que estos jóvenes tengan autonomía efectiva y no queden en el descampado, vivienda es algo que se debe abordar. Es un tema relevante para quien ejerza el próximo gobierno”.

Inmediatamente después habló Johannes Kaiser, quien no profundizó en esta propuesta puntual, sino en la necesidad de fortalecer la familia.  José Antonio Kast se fue por ese mismo camino. Esto fue lo que dijo:

-Agradezco las 20 propuestas que presenta el Hogar de Cristo. Echo de menos, eso sí, el concepto de familia, porque no hay mejor política pública que fortalecer la familia. El núcleo fundamental de la sociedas sigue siendo esa pareja, esa familia donde va a nacer Facundo -dijo, hablándole directamente a Pablina. Luego le aconsejó: -Todo lo que ustedes le puedan dar, todo eso que tú no tuviste, va a hacer de él una persona con más oportunidades.

La candidata Evelyn Matthei, por su parte, señaló:

-Tener a un niño bajo cuidado hasta los 18 años y luego decirle “perdón, pero no te puedo tener más aquí”, es dejarlo absolutamente a la deriva. Alargar en tres años esa protección me parece de toda lógica, pero preparándolo para la vida cotidiana, para ganarse el sustento es clave. Aquí se me ocurre que debiéramos hacer alianzas con la educación técnico-profesional, junto con empresas que luego los contraten, para que realmente tengan la posibilidad de ganarse la vida. No hacerlo es de una crueldad infinita”.

Para terminar con las reacciones de los presidenciables a esta propuesta que busca que ningún joven egresado de una residencia de protección quede pedaleando en el aire, Harold Mayne-Nichols señaló:

-Pablina Díaz, al saludarme, me dijo: “Yo participaba con usted en sus programas”. Se refería a las actividades de la ANFP con jóvenes de residencias. Ahí me acordé de cuántos niños y jóvenes se beneficiaron con esas actividades. De eso se trata: de hacer comunidad entre todos. Terminemos con esa actitud de yo soy el bueno, tú el malo.

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