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María Ximena:

"Ahora me siento integrada en la sociedad"

María Ximena Lagos tiene 54 años y, desde julio de 2016, es una de las 735 personas acogidas del Programa de Apoyo Familiar Domiciliario de la Fundación Rostros Nuevos del Hogar de Cristo, dedicada a la inclusión social de personas con discapacidad mental.

Por Matías Concha P. 

16 Agosto 2017 a las 10:00

El PAFAM es un programa de apoyo social dirigido a familias o principales cuidadores que tienen uno o más integrantes con discapacidad mental. Entrega orientación y apoyo para mantener incluida en su grupo familiar a la persona con discapacidad mental; vinculada a sus vecinos y a la comunidad, y coordina el acceso a las redes de protección social, de acuerdo a las necesidades y requerimientos de la persona y su familia.

Los ejes más importantes del programa son psicoeducación y acompañamiento al familiar o principal cuidador, fortalecimiento del vínculo familiar y/o de nuevos vínculos, y fortalecimiento de redes sociocomunitarias y de protección social.

Este programa nace en la Región Metropolitana

Hace más de 10 años como una experiencia innovadora donde el foco de trabajo está en el apoyo familiar. La experiencia adquirida en ese tiempo permitió elaborar un modelo técnico de trabajo que nos llevó a desarrollar una estrategia de ampliación de cobertura en más regiones de nuestro país, principalmente aquellas con mayores índices de situación de pobreza y discapacidad mental. Actualmente está presente en: Coquimbo, Valparaíso, Curicó, Linares, Curanilahue, Concepción, Temuco. En la Región Metropolitana funciona en las comunas de Conchalí, Recoleta, Independencia, Estación Central, Quinta Normal, Maipú, La Pintana, San Ramón, La Granja, entre otras.

 

Aracely Galliani, quien ha trabajado como monitora desde los inicios en el PAFAM, señala: “Uno de los objetivos que tiene el PAFAM es  conectar y vincular a las familias con las redes. Comenzamos buscando a las familias. La idea es que la cuidadora comparta con alguien más el apoyo y cuidado que muchas veces demanda la persona con discapacidad mental. Posteriormente buscamos vinculación a las redes externas: consultorios,  centro de salud familiar (CESFAM), oficina de discapacidad y otras”.

Nos cuenta Aracely quien es su monitora que María Ximena Lagos (54) fue derivada de la Oficina de Discapacidad de Conchalí. “Recuerdo que se encontraba inestable emocionalmente, con escaso apoyo familiar y en general, lo que llamamos situación de aislamiento social. Su cuidadora es su madre de 90 años. Por esta razón, al ser su cuidadora una persona mayor, se están ampliando las redes de vinculación familiar. El objetivo es que Maria Ximena esté integrada tanto a su círculo cercano como a la comunidad. Una persona con discapacidad mental, con un tratamiento adecuado y oportuno de salud física y mental, con los apoyos y supervisión pertinentes, puede ser parte activa de su comunidad. Gracias a este programa, hemos evitado su internación en momentos de crisis, a través de contacto telefónico y acompañamiento a redes”.

Al preguntarle a María Ximena sobre el PAFAM, nos  señala: “El año pasado yo no estaba bien. Tenía muchos problemas con mi  salud, conflictos con mi  familia, pero desde que Aracely me vino a visitar a mi casa, las cosas mejoraron. Ella me acompaña con mis temas médicos,  mi madre por su edad no puede andar tomando micro. El programa me ha servido de mucho porque me ha  ayudado a saber mejor sobre mi situación de salud y lo importante que es el tratamiento que debo seguir. Ahora me siento integrada en la sociedad, cosa que antes era difícil para mí, porque era más desconfiada, no compartía mucho ni sociabiliza. Ahora tengo amigos y puedo hacer una vida normal. Gracias  a estar y sentirme bien, participo activa en cursos de costura, creación y confección de ropa. He logrado tener mi propio taller de costura, ser independiente; lo que me ha  permitido ahorrar para en un tiempo más comprarme una casita y estudiar diseño profesional en el INACAP”.

Su madre, ANA, de  90 años  es quien  la cuida, y recuerda que: “Mi hija  se enfermó  cuando vivíamos en Argentina. Para nosotros fue un tiempo terrible. Este programa ha ayudado a toda mi familia, en especial a mí, ya que por mi edad no puedo hacer muchas cosas. Aracely más que una monitora es una amiga de la familia.  Cada vez que tenemos dudas o problemas, ella nos apoya.  A pesar del problema de salud mental de mi hija,  con la ayuda del PAFAM tenemos una mejor calidad de vida familiar”.

“El PAFAM es un programa vanguardista e integral. Las otras redes solo se enfocan en algo puntual, en lo que les compete. Nosotros en cambio trabajamos con una mirada integral de la personas, su familia y su situación, dependiendo de sus necesidades y requerimientos, realizamos un plan de trabajo indivudualizado que evaluamos de manera permanente para poder hacer los ajustes a los objetivos planteados y lograr las metas de trabajo propuestas. Les brindamos todo el apoyo necesario y trabajamos hasta dos años. Cada persona y familia son únicos, ya que  sus necesidades y características son diferentes”, finaliza Aracely Galliani.

 

 

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