Main Donate Form

$ 0

De la peluquería a las aulas: Jacqueline Muñoz directora de la Escuela San Francisco

15 Febrero 2018 a las 15:48

Muchos sienten deseos y ganas de cambiar el mundo, pero pocos inician ese camino. Jacqueline Muñoz, es un ejemplo de esas personas que cuando sienten el llamado, se las juegan con todo. Ella decidio dar un giro en su vida, dejar atrás sus tijeras y ponerse a enseñar.

Por Edgardo Urrutia 

La actual directora de la Escuela San Francisco de la Pintana, una de las comunas más vulnerables de la Región Metropolitana, y que fue la segunda escuela que conforma la red de planteles de reinserción educativa de Súmate, tiene una gran historia y muy particular.

Su historia comienza hace 20 años cuando Muñoz comienza trabajando en Fundación Súmate, realizando talleres de peluquería que se impartían frente a la Hospedería en la comuna de Estación Central. Su vínculo con la fundación se inicia cuando una de sus clienta de la peluquería le realiza la invitación.

Durante todo un año la rutina de Jacqueline fue enseñar peluquería, lo cual le permitió ir conociendo las historias y actividades que se realizan en el Hogar de Cristo.

A medida que paso el tiempo el taller fue tomando fuerza, tanto así que dejó su peluquería para avocarse por completo al trabajo en Súmate y en especial con los niños.

Motivada por la realidad que conoció, comenzó a estudiar Pedagogía para poder complementar su trabajo con los niños. Así  Jacqueline inicio un nuevo camino en su vida que se fue formando dejando atrás su amor por las tijeras y cambiándolo por las aulas.

¿Cómo fue este cambio?

Tras conocer el mundo de la Fundación Súmate que años atrás eran solo talleres para niños, me motive y porque como me gusta tanto enseñar, me puse a estudiar para perfeccionarme en la Pedagogía, así que mientras trabaja, estudiaba. Logrando sacar mi título de Profesora en 5 años. Ahí ya pase hacer clases de Lenguaje en la Escuela Betania en la comuna de La Granja.

Saque mi Magister en Educación y desde el 2013 me desempaño como directora de la Escuela emplaza en La Pintana.

¿Qué te motivo a trabajar con niños que son excluidos de la educación?

Reconozco en ellos lo valiente que son y eso me motiva. Son niños que luchan por salir adelante y que tienen sueños que los quieren cumplir, a pesar de que otras personas los traten de sacar del sistema. Todos los días aprendes de estos menores y eso siempre me ha motivado.

La motivación que tienen ellos, la alegría que tienen a pesar de sus historias de vulnerabilidad, niños que viven solos, que viven en hogares. Eso te motiva a querer crear con ellos un mundo mejor.

¿Cómo separas tu vida, de la de ellos, sin dejar ese deseo de ayudar?

Al comienzo me era más difícil pensar desde la pena y la lastima. Luego con el tiempo, comencé a reconocer en ellos que eran niños tremendamente valientes, responsables. Niños que querían volver a sonreír y a vivir su etapa de niños. Si logre separar las historias. Pensando que son jóvenes que si pueden.

¿Hay alguna historia que te marco?

Todas. Acá hay muchas historias y cada una te marca,  porque yo me pongo en su lugar de ellos y es difícil volver a empezar cuando has tenido derrotas, cuando las cosas no te resultan, cuando te rechazan de otros colegios. Superar tantos prejuicios es complejo. Mis jóvenes y mis apoderados no se permiten caer por mucho rato. Pasan penas y si se enojan, pero saben que tienen que volver a conectarse rápido.

El sistema es el gran problema…

El sistema de vida que llevamos actualmente  lleva a muchas familias a  tener problemas y eso conlleva a que los niños sean los más afectados, no por cosas materiales, sino por carencias afectivas. Los papás muchas veces estamos preocupados del dinero y nos olvidamos de ellos. Y por otro lado el sistema educacional se preocupa de números y no de las personas, por eso acá es súper motivante y gratificante saber que el niño se siente querido y siente que su escuela es su segunda familia.

Ya quedan tan solo días para el inicio de clases y Jacqueline recorre las instalaciones de la Escuela, afinando los últimos detalles en las reparaciones y renovaciones del lugar, para que todo este perfecto y hermoso para sus chicos.

Sin duda un ejemplo a imitar de motivación personal y perseverancia por algo que cree que puede mejorar. La educación. #Involúcrate.

 

 

¿Quieres apoyar la reinserción educativa de niños y jóvenes? ¡Hazte socio!

Cerrar
SOAP