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“He visto que dejan a adultos mayores en casas de reposo sin necesidad”
Casada a los 14 años, madre de cuatro hijas y cuidadora de su hermana octogenaria con discapacidad mental, la doble de la artista, Ilse Pozo, fue “descubierta” por un músico en el puesto que ella tenía con su marido en La Vega central. De vender frutas pasó a animar eventos y hoy más que incomparable, ¡es imparable!
Por María Teresa Villafrade
13 Septiembre 2023 a las 17:26
Una verdadera ovación recibió Ilse Pozo (69), la doble de Cecilia, al terminar de cantar “Baño de mar a medianoche”, su canción más popular, en la fiesta dieciochera del Programa de Atención Domiciliaria Adulto Mayor (PADAM) de Hogar de Cristo en la comuna de Estación Central.
Ilse Pozo, siempre deja ese tema para el final junto con “Puré de Papas” que son las canciones más taquilleras de la cantante fallecida hace un par de meses, el 24 de julio de 2023. Ante un público mayor, no cabe duda que esas canciones son grito y plata.
Cada año, el PADAM arma la fonda “Viejito, viejito bueno. Viejito, dicharachero” para darles alegría y esparcimiento a los adultos mayores más vulnerables de la zona. En esta ocasión, la invitada especial era la doble de Cecilia, la incomparable, y como le ocurre generalmente su número fue muy aplaudido.
Ilse Pozo imita no solo la voz de Cecilia, la incomparable. También su look.
“Yo, que me acuerde, siempre escuché las canciones de la Nueva Ola en mi casa y me gustó mucho la Cecilia, más que la Carmen Maureira y Maritza, de quienes también tengo dos temas de cada una grabados en un CD. Pero me enfoco más en Cecilia porque siempre me han dicho que tengo un aire y un registro de voz muy parecido al de ella. Yo tenía el pelo largo hasta la cintura y me lo corté, me hice su look”, cuenta al finalizar su presentación.
-¿Qué te pareció la reacción del público?
-Me entretuve. Yo he actuado mucho frente a personas mayores, me llevan porque para la mayoría los temas que yo canto son sus recuerdos. Gozan mucho porque esas canciones ya no se escuchan en las radios, entonces conmigo disfrutan y quedan muy felices. Siempre me dicen que canto igual a Cecilia. Me dio mucho gusto, en especial el caballero que se enamoró de mí -responde refiriéndose a un adulto mayor muy caballero que le ofreció varios piropos mientras cantaba.
-¿Qué ves en la realidad que les toca vivir?
-Yo voy a cumplir 70 años el próximo 4 de octubre, por lo que el tema me llega de cerca. Veo gente que está bien y que igual van a dejarla a casas de reposo. Una vez me encontré con una vieja amiga de mi infancia. Me invitaron en esa ocasión a cantar en una residencia para el cumpleaños del papá de una clienta. Él siempre iba a ver a la Cecilia en los clubes nocturnos de Recoleta. Ahí, esa amiga de mi infancia me reconoció y me llamó, me abrazó y me dijo que no tenía idea de que yo cantaba”.
Ilse Pozo se emociona al recordar ese momento.
“Conversé con ella y su caso me hizo llorar porque estando muy bien, su hija fue a dejarla a esa casa de reposo. La hija se había ido a vivir fuera del país y para no dejarla sola la internó. Terrible, porque mi amiga no estaba nada feliz”.
Y así, le ha tocado ver muchos otros casos más.
Ilse Pozo cuenta que se casó a los 14 años con su pareja de 16. Tuvieron cuatro hijas, hoy todas ya casadas.
“Con mi marido teníamos un puesto en La Vega y ambos trabajábamos allí. Un buen día, llegó un músico que nos pidió prestada electricidad para conectar su parlante y hacer su show afuera de nuestro local. Estuvo varios días cantando. Una vez, mi marido le contó que a mí me gustaba la Cecilia y que me sabía algunos temas de ella. Él tenía cuatro pistas de ella y me dijo que mañana iba a traer una, para escucharme cantar”, relata.
Al día siguiente sucedió tal cual. A Ilse le daba vergüenza ensayar con delantal puesto y que la gente la viera así que le pidió hacer la prueba dentro del local.
La doble de Cecilia, Ilse Pozo, recibe feliz un obsequio por su colaboración.
“El músico se llama Ernesto Muñoz y llegó con el parlante y la pista. Empecé a cantar y de repente, la gente empezó a amontonarse preguntando que dónde estaba Cecilia. Esto fue hace una década. Ernesto les dijo: No es la Cecilia, es la señora de este puesto la que canta así. Ahí él habló con mi marido y le hizo ver: Usted está perdiendo plata con ella, aquí tiene un diamante en bruto y tiene que aprovecharla, porque la voz que tiene llega a los altos registros de la Cecilia”.
Los invitó a su departamento para grabar un CD y de una sola vez, Ilse grabó todos los temas. “Él no podía creerlo. Dijo que de todos los artistas que él había grabado, nunca había visto algo igual, tan rápido”, agrega la doble.
Después, la invitó a cantar con él afuera del puesto en La Vega. Él partía primero con su show y después cantaba ella. “Puse una cajita para que me hicieran aportes, todos tiraban platita y más encima vendía los CD que había grabado. Empezaron a llamarme para cumpleaños, para fiestas, entonces hice mi tarjeta de contacto. Cada vez que me piden mi teléfono, yo se les paso”.
Ernesto Muñoz se convirtió en su mejor promotor. Él cantaba los fines de semana en una tanguería de la calle Cumming y también la invitó a cantar con él. Pero los problemas matrimoniales no tardaron en llegar.
La separación llegó cuando él se fue a vivir con otra familia que había formado a sus espaldas.
“Conmigo tuvo cuatro hijas, pero con la otra mujer tuvo un hijo que fue creciendo y se daba cuenta de que su padre no estaba siempre con él. Se repartía entre las dos casas y un día el hijo le reclamó. Él no quiso valorar a la persona que tenía a su lado y se fue, pero para mí fue mucho mejor porque me ponía muchos obstáculos para cantar, no le gustaba que fuera a eventos, no me dejaba salir los fines de semana”, cuenta.
Lamenta haber perdido con él toda su juventud y que hasta el día de hoy la siga molestando. “Duerme con oxígeno y aun así, sigue haciendo maldades. Es un hombre muy machista y maltratador”, agrega.
Ilse Pozo dice que cuidó a los padres de él hasta que murieron de cáncer. “Cuando mi madre enfermó, no quería que la fuera a cuidar. Después cuando mis padres murieron, me traje a mi hermana mayor a vivir conmigo porque tiene discapacidad mental y en la casa de mis papás solo quedaron dos hermanos míos metidos en la droga. Me puso problemas con eso también”.
Hoy ella vive tranquila con dos de sus cuatro hijas, dos nietas y su hermana. “Ahora que llegue a la casa, levanto a mi hermana y almorzamos juntas. Ella tiene 83 años, jamás la abandonaré”, dice muy esperanzada de que esta primavera traiga más clientes. De lejos, nos parece escuchar a La Incomparable en “Noche, playa, brisa, pena…”
Dejamos aquí su teléfono de contacto para los nostálgicos de Cecilia: +56974031451 y le agradecemos por alegrar la fiesta dieciochera de las personas mayores en Hogar de Cristo.
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