Uno de los protagonistas de estos increíbles milagros eucarísticos, oficialmente reconocidos por la Iglesia, fue nada menos que el entonces Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco.
Siendo Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio (Papa Francisco), mandó investigar los milagros eucarísticos.
Según aparece en la web que el joven santo Carlo Acutis creó antes de morir a los 15 años, estos tres milagros eucarísticos ocurrieron en la Parroquia Santa María de la capital argentina en tres años diferentes: 1992, 1994 y 1996.
Para el último de ellos, el entonces Arzobispo Bergoglio mandó llamar al doctor Ricardo Castañón Gómez para que analizara el milagro.
Un milagro eucarístico es un fenómeno sobrenatural y extraordinario asociado con la Eucaristía, el cual, según la Iglesia Católica, demuestra la Presencia Real de Jesucristo en el pan y el vino consagrados.
Si bien la Eucaristía en sí misma es considerada un milagro diario, el término se refiere más a eventos inexplicables como hostias que sangran, se convierten en tejido miocárdico, o se preservan de forma milagrosa, sirviendo como signos para confirmar la fe en la transubstanciación y fortalecer la vida cristiana.
El 1 de mayo de 1992, en la parroquia Santa María ubicada en Avenida La Plata 286, después de la misa, el ministro de la eucaristía encontró fragmentos de una hostia consagrada en el corporal, que es el paño de lino blanco que se extiende sobre el altar para la Eucaristía. Tal como indica la Iglesia, los fragmentos fueron depositados en un recipiente con agua y guardados en el sagrario a la espera de que se disolvieran.
Siete días después, abrieron el sagrario y al revisar los fragmentos, éstos no se habían disuelto, sino que se habían teñido de un color rojizo semejante a la sangre. El domingo siguiente, el 10 de mayo, durante las dos misas vespertinas se observaron pequeñas gotas de sangre en las patenas, (platillo metálico sagrado) con las que los sacerdotes daban la comunión.
Dos años después, el domingo 24 de julio de 1994, durante la misa de los niños, mientras el ministro de la comunión recogía la píxide (recipiente sagrado que contiene las hostias consagradas) del sagrario, vio una gota de sangre que fluía por la pared.
En Avenida La Plata 286 está ubicada la parroquia Santa María, en Buenos Aires. Aquí se registraron tres milagros eucarísticos.
Finalmente, el 15 de agosto de 1996, durante la misa de la Asunción de la Virgen, una hostia consagrada cayó al suelo y debió volver a meterse en agua para que se disolviera. Unos días después, el ministro abrió el sagrario y la hostia se había transformado en sangre.
Después de este hecho, el entonces Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, encargó al doctor Ricardo Castañón analizar esta muestra. Este a su vez invitó al abogado australiano Ron Tesorerio, quien a su vez acudió a laboratorio y expertos.
La patología forense y las pruebas de ADN realizadas durante 20 años han descubierto que la sustancia es corazón humano, traumáticamente herido. “Estoy viendo la instantánea de un corazón vivo”, dijo el doctor Frederick Zugibe al examinar la muestra y agregó: “Esto no es diferente a lo que he visto cuando alguien ha sido severamente golpeado en el pecho, en el área del corazón”.
Frederick Zugibe, reconocido cardiólogo y patólogo forense de la Universidad de Columbia en Nueva York, publicó sus hallazgos en 2005. El de Buenos Aires fue el primer milagro eucarístico del siglo XXI, ampliamente estudiado por numerosos médicos y científicos.
Imagen de un milagro eucarístico.
“Cuando me informaron posteriormente que el tejido cardíaco que examiné se mantuvo en agua corriente durante aproximadamente un mes y se transfirió a agua destilada estéril durante tres años, señalé que sería imposible ver glóbulos blancos o macrófagos en la muestra. Además, sería imposible identificar el tejido en sí, ya que no presentaría características morfológicas”.
Carlo Acutis escribió sobre los milagros eucarísticos para demostrar la realidad de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía y para evangelizar, utilizando sus habilidades informáticas para crear un sitio web que recopilaba y presentaba la historia de estos eventos a nivel mundial. Su objetivo era confirmar la fe en la transustanciación, incluso a través de medios modernos, y ayudar a otros a vivir una vida más profundamente arraigada en la fe.
En la Parroquia Santa María de Buenos Aires, se puede adorar al Santísimo Sacramento las 24 horas del día.
La transustanciación es una doctrina teológica católica que enseña que, durante la Eucaristía, el pan y el vino se transforman milagrosamente en el cuerpo y la sangre de Jesucristo, aunque sus cualidades sensibles (sabor, olor, etc.) permanezcan. Esta conversión de la sustancia es un acto de fe y un misterio que se cree que ocurre por la palabra de Cristo y la acción del Espíritu Santo en la plegaria eucarística.
Carlo Acutis, primer santo millenial, afirmaba con total seguridad: “La Eucaristía es mi autopista hacia el cielo”.
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