Gracias a los recursos obtenidos en la campaña Juntos Chile se Levanta, Hogar de Cristo habilitó junto a TECHO Chile la reconstrucción de sedes vecinales que resultaron consumidas por el megaincendio de hace un año. Además, de la utilidad práctica que tienen, son un símbolo del empoderamiento comunitario.
Por María Teresa Villafrade
31 Enero 2025 a las
18:34
Al cumplirse un año del mortal y trágico incendio que arrasó con cerca de 10 mil casas y tomó 137 vidas en Viña del Mar, Quilpué y Villa Alemana el 2 de febrero de 2024, es alentador ver cómo los damnificados luchan por levantar sus viviendas y sus sedes vecinales para continuar apoyándose unos a otros.
Gracias a los fondos obtenidos en la campaña Juntos Chile se Levanta, Hogar de Cristo habilitó interiormente1.249 viviendas construidas por TECHO Chile. Además, entregó equipamiento a siete sedes comunitarias más un programa de apoyo y asistencia social llamado Primera Respuesta que se prolongó hasta diciembre pasado.
Fanny Tirado, presidenta de la Junta de Vecinos N°73 Valle El Monte, de la población Costa Sol, ubicada en Quilpué, es una de las beneficiadas con la reconstrucción y habilitación de su sede.
“Tenemos una sede vecinal provisoria que nos levantó TECHO y Hogar de Cristo. Todavía mantenemos los productos en cajas porque no queremos sacar nada antes de tener la sede definitiva”, explica.
Así luce la sede vecinal provisoria Valle El Monte, en la población Costa Sol de Quilpué.
Cuenta que son 242 socios de la junta de vecinos que ella lidera y que es una de las que también perdió su casa.
“No quise una vivienda de emergencia para no entorpecer el proceso de reconstrucción de mi casa. Yo me construí unas piezas que no están encieladas, al igual que la sede, con eso nos hemos protegido”, afirma.
La sede vecinal provisoria funciona, pero todo lo que les entregó Hogar de Cristo sigue guardado en cajas con la ilusión de habilitar posteriormente la sede definitiva.
“Gracias por todo lo que nos han entregado. Se va a cumplir un año y yo les digo a mis vecinos que siempre hay que hablar con la verdad por delante. Acá en la población hay dos juntas de vecinos y la nuestra se quemó, la otra no. Pero ellos se han aprovechado de nuestra desgracia. Les han ido a dejar ayudas y se las llevan a sus casas que no se quemaron”, denuncia.
SEDE VECINAL NUEVA SINAÍ
Otra de las sedes vecinas reconstruidas es la del Comité de Vivienda Nueva Sinaí. Su dirigenta, Luisa Muñoz, está muy orgullosa del nuevo local.
La nueva sede vecinal Nueva Sinaí es el orgullo de sus socios y dirigentes.
“Agradecemos mucho la ayuda que nos brindaron, porque nuestra sede quedó ahora más linda y equipada. Preciosa. Somos 120 socios y en nuestro sector Nueva Sinaí hay 162 damnificados. Lo único que nos falta es un balón de gas y la batería de cocina. Todo lo demás, el lavaloza, el fogón, el mesón de cocina, la despensa, todo nos llegó muy bien”, dice Luisa.
A ella también se le quemó su casa y su local comercial. “Postulé al Fosis y estamos reconstruyendo, pero todo está muy caro, avanzamos con los medios que tenemos”, agrega.
Reducida a escombros quedó la sede Nueva Sinaí tras el fatal incendio del 2 de febrero de 2024.
El Comité de Vivienda Nueva Sinaí funciona nuevamente y eso es una señal de esperanza para los vecinos que perdieron todo, ya que así pueden gestionar organizadamente los problemas que enfrentan a diario en el proceso de reconstrucción y defender sus intereses.
Fotografía de la junta de vecinos frente a la antigua sede Nueva Sinaí, antes del incendio.
REFORESTAR LA ESPERANZA
Fernando Murillo, dirigente vecinal Naciones Unidas, en Miraflores Alto, cuenta que representa a 150 socios. En este momento, en la nueva sede están haciendo la ampliación para contar con un baño.
Fernando Murillo trabaja en la ampliación del baño para la sede vecinal Naciones Unidas.
“En nuestro sector se quemaron 75 casas, por eso es tan importante tener nuestra sede operativa. Ya está habilitada y solo falta terminar la ampliación del baño”, dice.
Las otras sedes comunitarias que contaron con el equipamiento proporcionado por Hogar de Cristo gracias a las donaciones de miles de personas que confiaron en la institución son Lomas Las Palmas, Alto Sinaí, Club Deportivo y el Club de Rayuela, ambos de Quilpué.
La sede vecinal Naciones Unidas cuenta con 150 socios.
Liliana Cortés, directora social nacional de Hogar de Cristo, concluye:
“En este primer aniversario del megaincendio, honramos la organización que se levanta después de la tragedia. Como parte de las organizaciones de la sociedad civil que nos activamos ante la emergencia, tomamos los sabios consejos de la dirigenta vecinal de Villa La Pradera, María Tapia, para compartirlos con otras comunidades. El Estado que haga lo suyo: acelerar los procesos de reconstrucción para que no se siga perdiendo ese entramado social que tanto nos hace falta y que nos permite salir del infierno, reforestando de esperanza”.