El pasado 8 de agosto, la Mesa Calle, un grupo conformado por 11 organizaciones de la sociedad civil —entre ellas Acción Solidaria del Hogar de Cristo, Corporación Moviliza, Corporación Nuestra Casa, Fundación Cristo Vive, Fundación Huella Gestión Social, Fundación Salud Calle, Fundación Sentido, Hogar de Cristo, Hospedería Santa Francisca Romana, Olla Rabbani y el Núcleo de Innovación Efectiva en Políticas Públicas de la Universidad de Chile—, presentó una propuesta de política pública destinada a abordar de manera integral la realidad de las personas en situación de calle en Chile.
Las 11 organizaciones que integran Mesa Calle.
El director de Acción Solidaria, Luis Ossa, resaltó que la magnitud del problema no está plenamente clara debido a las distintas metodologías usadas para contar a las personas en esta situación.
Aunque en el último catastro oficial (2011-2012) se reportaron 11.255 personas, el Registro Social de Hogares con datos sobre personas en situación de calle ha registrado más de 22 mil personas en los últimos tres años. Otros cálculos, como el censo que incorpora domicilios en la calle, también ronda las 22 mil, sin embargo, los datos de atención estatal y de ONG indican que más de 50 mil personas son atendidas cada año, lo que implica que esa cifra podría ser una estimación más real de la población que vive en la calle.
Algunos participantes de Mesa Calle durante la jornada de presentación.
Ossa atribuyó este aumento a factores como la pandemia, los flujos migratorios y un empobrecimiento social cada vez más complejo, marcando un deterioro generalizado en la exclusión social y pobreza multidimensional.
La propuesta política presentada se sustenta en tres ejes fundamentales:
Estos pilares buscan no solo mitigar los efectos inmediatos de vivir en situación de calle, sino romper con las causas estructurales que perpetúan esta condición.
La “Mesa Calle” existe desde 2017 y trabaja en temas como el Examen Periódico Universal de Derechos Humanos, el Censo 2024 además de elaborar la propuesta de política pública para resolver el problema de las personas en situación de calle. A continuación reproducimos parte de esta interesante y necesaria propuesta:
Reconocer la dignidad de todas las personas implica asumir que nadie debería vivir en condiciones que vulneren su bienestar. La situación de calle es una de las manifestaciones más extremas de la exclusión social, reflejándose en la privación material y en la dificultad para participar en la vida comunitaria con seguridad y autonomía.
La propuesta de la Mesa Calle quedó plasmada en varias publicaciones para su difusión.
En el marco de un Pacto Social, el Estado tiene la responsabilidad de prevenir que más personas lleguen a vivir en la calle, lo cual requiere de acciones coordinadas y políticas integrales que aborden tanto los riesgos y vulnerabilidades estructurales como las individuales. La situación de calle resulta de la interacción de múltiples factores, que van desde condiciones económicas adversas hasta fallas sistémicas en la protección social y en el acceso a servicios esenciales.
Para enfrentar esta situación es fundamental implementar acciones diferenciadas y especializadas que, por una parte, eviten que más personas terminen viviendo en situación de calle y, por otra, mitiguen los efectos e impactos de quienes la han vivido. El fenómeno de situación de calle, también llamado sinhogarismo en otros países, es un problema estructural que combina la falta de vivienda con la vulneración de derechos vinculados a la protección y a la asistencia.
El equipo de Acción Solidaria y Hogar de Cristo.
Históricamente en Chile ha habido intervenciones públicas dirigidas a personas en situación de calle (PSC), las que se han caracterizado por su estacionalidad, condicionar las prestaciones a las actitudes de los sujetos y operar bajo esquemas de subsidiariedad/caridad. Sin embargo, el problema persiste, se intensifica y se transforma, lo que da cuenta de la necesidad de re pensar la forma en que se interviene en esta situación y proveer una política pública permanente y robusta que evite que más personas vivan en la calle.
La política pública dirigida a personas en situación de calle apunta a tres objetivos fundamentales:
Para que tal política resulte efectiva tiene que aplicarse bajo cuatro principios:
La situación de calle es una expresión de vulnerabilidad extrema que requiere soluciones flexibles para que se adapten a las necesidades de las personas, lugares concretos y a la realidad climática del momento.
Su tratamiento debe ser global e integral considerando que la situación de calle es multicausal. La situación de calle afecta predominantemente a la población masculina, adulta y chilena. No obstante, existen una cantidad significativa de mujeres, niños, niñas y adolescentes, personas con discapacidad y una importante proporción de personas mayores. Tenemos entonces que bajo la denominación de persona en situación de calle encontramos una amplia diversidad.