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Serie 8 Mujeres/ 8 Décadas

María de la Cruz Toledo: La Eva Perón chilena

Incansable luchadora por los derechos civiles y políticos de la mujer, fue la primera chilena en llegar al Senado. Escritora y oradora, se la comparó con Eva Duarte de Perón, la conocida Evita. Este 2024, en que el Hogar de Cristo cumple 80 años, destacamos a una mujer por cada década que haya contribuido a establecer políticas públicas de gran impacto social. María de la Cruz, promovió con fuerza los derechos de la mujer trabajadora y lideró el movimiento feminista que abogaba por dar derecho voto a las mujeres en la década que va de 1954 a 1964.

Por María Teresa Villafrade

2 Marzo 2024 a las 08:00

Primera senadora de Chile, líder del movimiento feminista y fundadora del Partido Femenino de Chile, fue una de las líderes del movimiento feminista. El movimiento se inició hacia 1913, y abogaba por los derechos civiles y políticos de las mujeres.

Nacida en Chimbarongo, el 18 de septiembre de 1912, fue casada y tuvo dos hijos. Escritora autodidacta, publicó poesías y novelas en la década del 40 del siglo pasado. Pero fue como precursora de la participación femenina en la arena política donde más se lució.

En 1946, fue cofundadora del segundo partido ligado a las mujeres del país, el Partido Femenino de Chile. Esta tienda tenía antecedentes en las acciones desarrolladas por Amanda Labarca, Elena Caffarena y Angélica Matte. Buscó formar cívicamente a la mujer para que tuviera plena consciencia de sus derechos. Y alcanzó una enorme fuerza entre las trabajadoras y las mujeres de estratos medios.

María de la Cruz (segunda arriba a la izquierda) creó el Partido Femenino de Chile para luchar a favor del derecho de la mujer a votar en las elecciones políticas, pues no lo tenían.

En 1949 se logró la creación de leyes especiales de protección y la eliminación de leyes que desfavorecían a las mujeres. Todas estas iniciativas se tradujeron en la ley que dio derecho a voto a las chilenas en plenitud. Para las elecciones parlamentarias y presidenciales, no sólo municipales.

POR IBÁÑEZ DEL CAMPO

Fue muy destacada la actuación de María de la Cruz en la campaña electoral de Carlos Ibáñez del Campo, en 1952, como su generalísima. Eso le valió ser llamada “la Eva Perón chilena”, dadas sus grandes dotes oratorias.

“El pueblo deliraba oyendo a esta mujer admirable, yo vi varias veces en su espectáculo para todos novedoso, acercarse a ellas a mujeres y niños que, con lágrimas en los ojos, le besaban las manos y la falda, retirándose felices después de rendir tan patético homenaje. Creí, entonces, que María de la Cruz llegaría a situaciones que los hombres no habían alcanzado en nuestro país. Pensé que en poco tiempo ella desempeñaría en Chile el papel histórico y no igualado por nadie, que le cupo a Eva Duarte (Evita) en Argentina”, escribió Arturo Olavarría en sus memorias.

Se dice que la gran cantidad de votos femeninos que obtuvo Ibáñez en las elecciones, fueron gracias a María de la Cruz, la Evita Perón chilena.

A ella se atribuye que el electorado femenino –casi 300 mil votantes; es decir, el 32 por ciento del total–, en esa disputada elección, se inclinara por Ibáñez en un 43 por ciento.

Elegido Presidente, Ibáñez le ofreció la cartera de Educación, pero ella la rechazó. Prefirió presentarse a elección complementaria para llenar la vacante dejada por él en el Senado. Obtuvo un amplio triunfo, logrando 107.585 votos frente a los 68.350 del segundo competidor. Así, María de la Cruz se convirtió en la primera chilena en llegar al Senado, siendo elegida originalmente para el período 1949-1957.

María de la Cruz no alcanzó a terminar su mandato senatorial.

Su voz en el Senado se hizo escuchar. De hecho, es muy recordada su intervención durante la discusión del proyecto de ley sobre la Protección de la Maternidad. En 1953,  planteó la necesidad de incorporar de manera “más completa y más humana” a las trabajadoras de casa particular a la previsión social. En su discurso también aludió al abuso laboral que sufrían las mujeres en lugares como fuentes de soda y hoteles.

DESAFORADA

María de la Cruz no alcanzó a terminar su mandato senatorial. Fue desaforada, acusada de recibir dineros del peronismo argentino a través del Partido Femenino de Chile. Su expulsión no solo significó el fin de su carrera política, sino también la del partido al que representaba.

En su discurso de despedida mencionó que su voz “aparecía nueva en esta clase de actividades: era la voz de la mujer, con todos los atributos misteriosos, tiernos, sentimentales, renovadores, esperanzados, limpios y promisorios de la mujer chilena.”

En 1958, apoyó la campaña presidencial de Jorge Alessandri Rodríguez y, en 1964, la del candidato Jorge Prat. A fines de la década de los sesenta, ingresó al Partido Nacional –surgido de la fusión de los partidos Conservador y Liberal–, tienda desde la cual se transformaría en opositora a la Unidad Popular.

Durante el régimen militar de Augusto Pinochet colaboró con los alcaldes de Santiago, Patricio Mekis y Patricio Guzmán, como inspectora municipal ad honorem.

También ejerció el periodismo siendo comentarista política en el programa “María de la Cruz habla”, transmitido en la radio Nuevo Mundo hasta fines de 1978.

María de la Cruz murió el primero de septiembre de 1995, a la edad de 82 años en Santiago.

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