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María Isabel Robles:

“Que el coronavirus no profundice la situación de pobreza de los adultos mayores”

La incertidumbre e inestabilidad provocada por la pandemia nos está afectando a todos, pero en especial a las persona mayores. Los que deben trabajar para mejorar su pensión ven mermados sus ingresos, otros ya no reciben visitas ni pueden ir a sus controles médicos, todo un cuadro que afecta su salud mental, sostiene la directora técnica del trabajo con esta población de riesgo.

Por María Luisa Galán

26 Marzo 2020 a las 09:14

 

Los adultos mayores son la principal preocupación en estos tiempos de Covid-19. Son el grupo de mayor riesgo por tener un sistema inmunitario más débil, pero también, son parte de los que sufrirán con mayor dureza las consecuencias económicas y sociales que la pandemia está provocando. Un tema no menor, donde la salud mental se ve afectada y es un área importante de abordar.

Sin duda, la cuarentena afectará a los adultos mayores en sus ingresos. Al menos el 40% de quienes tienen entre 65 y 69 años trabaja porque su pensión no les alcanza. María Isabel Robles, directora técnica del Hogar de Cristo, comenta: “Cerca de un millón y medio de personas mayores recibe una pensión que, aún con los aumentos generados recientemente por el Estado, resulta insuficiente para satisfacer sus necesidades más básicas, como alimentación, salud, vivienda. Por esto, muchos se ven obligados a buscar otras alternativas laborales que les permitan mejorar sus ingresos. Precisamente, según datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) del 2017, un grupo importante de personas sobre 60 años trabajan como empleado u obrero y también por cuenta propia. Los efectos colaterales de esta pandemia en nuestros adultos mayores, sobre todo en aquellos que pertenecen a los segmentos más pobres, son muy preocupantes. Es urgente que el Estado defina apoyos y medidas específicas para las personas mayores en materia seguridad social, de satisfacción de necesidades básicas que permitan no generarles aún mayor precariedad. Las medidas pueden ser de diversa índole, aprendiendo de la experiencia y efectividad de otros países que han reaccionado en esta materia.

-¿Cómo afecta la salud mental a los adultos mayores en escenarios de emergencia nacional y mundial?

-Todos, como sociedad estamos viviendo una especie de ansiedad transversal ante el coronavirus. En general, las situaciones de incertidumbre e inestabilidad que afectan nuestra cotidianidad, que en el extremo nos podrían generar incluso la muerte, impactan nuestra salud mental de manera importante y, con mayor razón, a las personas mayores, que son las más vulnerables de cara a esta crisis sanitaria. El estrés por la incertidumbre sobre sus ingresos, no poder llevar a cabo sus actividades regulares, como salir a comprar, compartir con sus seres queridos, ir a sus controles médicos, tener su provisión de medicamentos, entre otras muchas otras preocupaciones, aumentan el deterioro en su salud mental.

-¿Cómo ven en ese sentido a los acogidos en sus residencias?

-En concreto, en nuestra expriencia como Hogar de Cristo, respecto de las personas que viven en residencias se podrían observar cambios en su comportamiento habitual. Verlas más tristes, más temerosas, con comportamientos un poco más agresivos, se puede dar y son reacciones que requieren abordajes específicos, atendiendo a la excepcionalidad. Otra situación particular es la de aquellos adultos mayores que participan de nuestras casas de acogida para personas en situación de calle ya que a propósito de las indicaciones de cuarentena preventiva y restricciones de circulación, debemos plantearnos cómo abordamos un consumo seguro de alcohol dentro de los programas si se presenta la necesidad para minimizar eventuales síndromes de abtinencia. Hay que recordar que estos programas son de apoyo social y no clínicos o de tratamiento.

-¿Es importante seguir visitando a los adultos mayores?

-Es importante mantener contacto permanente con ellos, pero no exponerlos a visitas y contactos físicos riesgosos. Nuestros equipos podrían transformarse en vectores de contagio para los particpantes, y no es lo más aconsejable en estos momentos. Como Hogar de Cristo adeherimos al llamado a quedarse en casa. En este período estamos realizando contactos que nos permitan el acompañamiento, contención y apoyo a distancia. Nos estamos apoyando mucho más en familiares en el caso que los haya, o vecinos y organizaciones de la comunidad para lograr asegurar que la personas esté bien. Es complejo porque el 40% de las personas que participan de los programas domiciliarios viven solas. Ahora, en una situación de urgencia o emergencia, es posible que debamos resolver en terreno situaciones concretas con todas las medidas de seguridad que correspondan para también cuidar a nuestros equipos. Asimismo, hemos suspendido toda actividad de voluntariado y estudiantes en práctica, y los equipos de trabajo en muchos casos están en modalidad de teletrabajo.

-¿Qué actividades de esparcimiento pueden hacer los adultos mayores en tiempos de cuarentena?

-En las residencias de adulto mayor del Hogar de Cristo la indicación es fomentar la participación en nuevas actividades orientadas a la recreación, a lo ocupacional y psicosocial, que favorezcan un buen ambiente. Promover mayor participación en actividades como jardinería, riesgo de las plantas, poner la mesa, doblar ropa, entre otras, que muy  terapéuticas para ellos. Lo mismo para quienes están en casa solos y tienen mayores niveles de autonomía. Implementar una rutina diaria con horarios, es muy positivo para todos. En las residencias es bueno volver a juegos sencillos, como las cartas o dominó, juegos de salón, y recoger sus propias propuestas para entretenerse en estos tiempos de cuarentena. Muchos de nuestros adultos mayores en las casas de acogida juegan dominó, hacen manualidades en madera o en lana. Lo importante es que se mantengan ocupados y activos para bajar la ansiedad de este tiempo de emergencia en la que nos encontramos.

-¿Cuál es el rol del Estado respecto de lo que están enfrentando los adultos mayores sobre su situación económica y de salud mental como efecto de esta pandemia?

-Es necesario que el Estado defina e implemente medidas específicas y particulares para este grupo de personas, orientadas a garantizar la satisfacción de necesidades básicas y el cuidado de la salud mental, permitiendo que no aumente o se profundice la situación de pobreza y vulnerabilidad en la que ya se encuentran muchos de ellos.

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