Estudiantes UC visitan la sala de enfermos terminales del Hogar de Cristo: “La gente que trabaja aquí es increíble”
12 Septiembre 2017 a las
20:42
Conocer de primera fuente las complejidades y necesidades de los enfermos terminales y de las personas en situación de calle, es lo que vivieron un decena de estudiantes de primer año de Medicina de la Universidad Católica al visitar la sala Alberto Hurtado del Hogar de Cristo. Los alumnos apoyaron la labor que realizan cada mañana los profesionales que asisten a los pacientes, lo que incluye mudar, bañar, cambiar sábanas, entre otros.
Por M. Luisa Galán
Estas visitas se realizan desde hace tres años y se enmarcan dentro de un convenio de colaboración entre la Facultad de Medicina de la Católica y Hogar de Cristo, y que consiste en aprender e intercambiar experiencias a través del trabajo en terreno en la sala Alberto Hurtado y otras dependencias de la institución.
El doctor Eduardo Valenzuela, geriatra y académico de la Universidad Católica y uno de los principales articuladores de esta alianza, dice estar profundamente agradecido de este trabajo colaborativo al ser un espacio privilegiado y con un profunda humanidad. “Para los alumnos es muy bueno que tengan contacto con estas realidades en su proceso formativo. No se trata sólo de entregar técnica, conocimiento científico, sino que puedan tener competencias humanas y comunicacionales que los puedan hacer cercanos a las personas que vayan a pedir ayuda”, dice.
Durante las tres horas que estuvieron los futuros médicos, cada uno ayudó a los trabajadores y voluntarios en el quehacer de la sala: cambiaron sábanas, limpiaron colchones, asistieron a los enfermos en sus aseos personales y cambios de ropa.
Al finalizar la jornada, Jean Paul Manríquez, uno de los alumnos, sostuvo: “Estas experiencias nos van a enriquecer mucho. Estas personas no son pacientes para mí, que a quienes tenemos que cuidar y es nuestro deber. Estas actividades se tienen que repetir, nos van a permitir ser mejores personas, no sólo médicos. La gente que trabaja aquí es increíble. Emociona la confianza que tienen las personas con quienes los cuidan”.
La sala Alberto Hurtado, ubicada en Estación Central, tiene una capacidad para 24 personas quienes llegan con un diagnóstico conocido y cuyas enfermedades están en etapa terminal. Son hombres y mujeres en situación de calle. “Las últimas personas que escuchan, que ven, somos nosotros, porque no reciben muchas visitas”, dice Katherine Reyes, jefa del programa.
Esta alianza con la Universidad Católica data desde los comienzos del Hogar de Cristo, cuando el mismo padre Hurtado iba a buscar a estudiantes de la Facultad de Medicina para que lo acompañaran en sus visitas a personas en situación de calle. Sin embargo, el convenio formal data de 1994.