Me arrancaba de mi casa porque pasaba mucha hambre. En la mesa no había pan pero si un litro de vino. Recuerdo que corría al Hogar de Cristo por un plato de comida, pero también para estar con mis amigos. Por esos años, el Hogar de Niños estaba justo al frente de mi casa, allí me quedaba durante semanas, con los chiquillos y los tíos que nos cuidaban. Soy voluntario del Hogar de Cristo desde hace 27 años, ya sea cuidando adultos mayores en el Hogar, cooperando en las catástrofes naturales de nuestro país, u organizando las fiestas navideñas de personas en situación de calle.
Si Jesús volviera a nacer, creo que escogería llegar a nosotros del mismo modo que lo hizo hace 2.000 años, en la casa de un barrio humilde y rodeado por gente humilde.
Celebrar la Navidad con los más pobres es ir a celebrar con Jesús su cumpleaños, para mi ése es el sentido de la navidad.
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