Queremos agradecer y reconocer el comprometido trabajo de los voluntarios de las Fundaciones Hogar de Cristo quienes, como siempre, se hicieron presente para ir en ayuda de 2000 familias y acompañar a aquellos que lo perdieron todo. Trabajando desde el primer día de la emergencia en las regiones de O´Higgins, Maule y Bío-Bío.
Durante horas y días, enfrentaron el cansancio con una permanente sonrisa, apoyaron en la construcción de cortafuegos, la distribución de los enseres básicos, pero por sobre todo, entregado su cariño y compañía a las personas afectadas por esta terrible tragedia.
Gracias por ayudarnos a que Chile, también en noches negras, sea un Hogar que no deje a nadie afuera. Esta costumbre de estirar el corazón, de no quedarnos encerrados en casa, es la pasión que nos mueve. Pasión de justicia y dignidad que nos encomendó el Padre Hurtado, que repara derechos y construye País.
Con esta exitosa campaña cumplimos no sólo en reunir los recursos para ir en ayuda de 2.000 familias damnificada sino que también en haber puesto el sello del Hogar de Cristo: la dignidad re aprendida junto al más pobre.
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