Terminar el colegio no es solo cumplir un requisito. Para muchos niños, adolescentes y jóvenes es la llave que abre la puerta a un futuro distinto: mejores oportunidades laborales, un oficio, la posibilidad de seguir estudiando y, sobre todo, la confianza de saber que sí se puede.
En los colegios Súmate de Hogar de Cristo, jóvenes entre 14 y 21 años que tienen uno o más años de retraso en su trayectoria educativa —o que dejaron el sistema escolar— encuentran algo más que una sala de clases: encuentran una segunda oportunidad.
Tal es el caso de Kevin Barros, quien actualmente está estudiando en el INACAP de Renca, la carrera de electromovilidad.
“Cuando terminé cuarto medio, mis profesores de la escuela Padre Hurtado me motivaron mucho a seguir estudiando. Entonces, me llevaron a conocer la universidad, el instituto y todo eso. El INACAP de Renca me gustó porque lo que yo quería estudiar estaba ahí, estaba muy bien distribuido y era como el fuerte de INACAP”, cuenta Kevin.
La escuela Padre Hurtado, también de Renca, se portó un siete con él, lo llevó tres veces al INACAP para que conociera bien todas las carreras.
“Dí la PAES y me fue bien y ahora estoy en mi segundo semestre de electromovilidad. Es una carrera que tiene como base la mecánica pero de autos eléctricos, híbridos y convencionales también”.
-¿Te gusta la carrera?
-Me encanta. De primera era un poco difícil porque igual me faltaba más conocimiento, pero ahora ya estoy completamente enrielado y me está yendo súper bien.
Kevin, antes de llegar a la escuela de reingreso Padre Hurtado, estuvo en escuelas especiales por un supuesto defecto auditivo y para su gran sorpresa, solo le reconocieron los estudios básicos. En ningún colegio lo querían recibir para terminar la enseñanza media.
“Con un amigo supimos de la escuela y llegamos a pedir cupo. Nos recibieron y pudimos seguir estudiando sin problemas. Me hicieron ver que todo es posible”.

Kevin Barros cuando estudiaba en la escuela Padre Hurtado de Renca.
Kevin también trabaja. Gracias a su cartón de cuarto medio obtuvo la licencia de conducir y es conductor en el Hospital Félix Bulnes.
“Estoy trabajando los fines de semana, full time, como chofer. Me ayuda a tener ingresos para la semana”, dice contento.
Volver a estudiar hoy puede cambiarlo todo mañana. Terminar cuarto medio permite acceder a mejores empleos, capacitarse en un oficio o continuar estudios técnicos y profesionales. En Súmate no importa el pasado ni las veces que algo no resultó. Importa el futuro que cada joven quiere construir.
Valeria, de 17 años, está cursando primero y segundo medio en la escuela Padre Hurtado de Renca. Viene de un colegio donde sufrió bullying de kínder a segundo básico y luego le fue mal en el plano académico hasta séptimo básico.
“Siempre estudié en el colegio Jorge Alessandri, pero lo pasé mal, repetí tres veces de curso. Acá nos enseñan mejor, puedo entender ramos que antes se me hacían muy difíciles”, dice.
Aquí, soñar no es en vano. Con el cuarto medio en la mano, se abren caminos reales y concretos para avanzar.
Retomar los estudios es abrir una nueva etapa de la vida. Es dejar atrás experiencias difíciles, conocer nuevas personas, hacer amistades y descubrir habilidades que estaban dormidas. En Súmate, volver al colegio no es retroceder: es avanzar con más fuerza.
Nunca es tarde para empezar de nuevo. Y nadie lo hace solo.
Uno de los sellos de los colegios Súmate es el vínculo cercano entre estudiantes, profesores y familias. Aquí nadie es un número. Cada joven es una historia que merece un futuro.
Valeria lo explica bien: “Ahora es mucho mejor como antes, no entendía tanto, pero ahora como que es como muy simple para mí entender. Los profesores escriben todo en la pizarra para que podamos aprender mejor”.

Los profesores de Súmate tienen un probado compromiso con sus alumnos.
Los equipos educativos escuchan, se preocupan y acompañan. Si alguien falta, lo llaman. Si alguien duda, lo apoyan. Lo académico va de la mano con el bienestar emocional, porque aprender también necesita confianza, respeto y cariño.
“He ido ganando amigos y confianza en mí misma, aquí nadie te discrimina”, afirma Valeria.
Valeria quiere entrar al oficio de banquetería para expandir más sus conocimientos.
En Súmate, terminar cuarto medio también significa aprender un oficio acreditado, como gastronomía, banquetería, estética o peluquería. Una motivación concreta que permite proyectarse al mundo laboral o seguir estudiando con herramientas reales.
Aquí se aprende haciendo.

Alumnos en su taller de gastronomía.
Los colegios Súmate son espacios acogedores, seguros y respetuosos. Lugares donde cada joven es bienvenido tal como es, y donde se le impulsa a convertirse en quien quiere ser. También las familias y apoderados encuentran apoyo, orientación y un trato digno.
Si conoces a un joven que dejó de estudiar, si eres madre, padre o apoderado, o si tú mismo estás buscando una nueva oportunidad, Súmate puede ser el comienzo.
Porque terminar el colegio no es el final.
Es el inicio de una vida con más oportunidades.