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Juan Cristóbal Romero presenta:

Los Re-versos de Isabel Araya

Ella fue voluntaria en la casa de acogida para hombres con larga experiencia de vida en calle Josse Van der Rest. De ahí surgió su libro “Los Martes en la Biblioteca”, una emotiva recopilación de perfiles de los asistentes al taller de actualidad que les daba junto su amigo Pepe García. Ahora, con otros tres títulos publicados, lanza “Re-versos” y el poeta y director ejecutivo del Hogar de Cristo se lo celebra con flores y mucho cariño.

Por Ximena Torres Cautivo

22 Abril 2024 a las 19:15

“En 2004, cuando llegué a Haití, me sentí en mi casa. Lo primero que me dijeron fue: ´Usted también es haitiana, porque tiene nalgas´. O sea, me dijeron potona, y me encantó. Ahora, que estoy en Chile, con treinta kilos menos, volví a no tener poto, como la mayoría de las chilenas”, nos dijo, en 2017, la escritora y entonces voluntaria del Hogar de Cristo, Isabel Araya.

Tenía 76 años; ahora anda en los 82. Educada en Las Ursulinas, estudió filosofía en Buenos Aires y tiene título de trabajadora social. En los años 70 dirigió la Escuela de Trabajo Social en la Universidad Católica de Valparaíso. Durante el exilio post Golpe de Estado, en París, trabajó en un centro de madres solteras menores de edad. E

s mamá de cuatro hijos de dos matrimonios, uno de los cuales es el periodista y escritor Rafael Gumucio. Primero se casó con el político de izquierda Rafael Luis Gumucio Rivas y duró 6 años. Luego con el diplomático Marcel Young, con quien vivió 36 años hasta separarse en 2010. La última etapa de esa larga unión fue señora del embajador chileno en Haití, del 2004 al 2010.

Y se enamoró del país y de su gente.

Con 14 años de separada, asentada de vuelta en Chile, está convertida y asumida poetisa, tal como lo detalla el director ejecutivo del Hogar de Cristo, el reconocido poeta Juan Cristóbal Romero. Él fue quien presentó su más reciente libro, “Re-versos”. Es el cuarto que publica. Los otros son “Primeras reliquias”, Hueders, 2017; “Corona de espinas”, 2020 y “Redoble de tambores”, 2021. El libro fue lanzado este viernes 14 de abril pasado en el taller de su hijo pintor, Ignacio Gumucio, en la galería Local del Barrio Italia.

Juan Cristóbal Romero, director ejecutivo del Hogar de Cristo, habla como poeta de la autora y ex voluntaria de la fundación, Isabel Araya. AGENCIA BLACKOUT

Juan Cristóbal Romero dijo al presentarlo:

–Cerca del año 2015, Isabel comenzó a visitar la hospedería del Hogar de Cristo para personas mayores en compañía de su amigo Pepe García. Fue allí donde tuve el placer de conocerla. Isabel tenía la habilidad de prestar atención y escuchar atentamente a los residentes, quienes encontraban en ella una persona empática y delicada con la que compartir sus historias de vida. Con formación en trabajo social, Isabel encontró en el Hogar de Cristo el espacio perfecto para desarrollar tanto su carrera como su personalidad, coincidiendo además con una etapa en la que empezó a vivir sola. Con más tiempo para sí misma, dedicó sus esfuerzos al trabajo en esta institución, y como resultado de sus interacciones y escuchas, surgió en 2019 su libro de entrevistas “Los martes en la biblioteca.

LOS DOS PEPES GARCÍA

Fui parte de ese libro al que definí así en su contraportada: “Isabel Araya Alemparte y José García Gatica, voluntarios autores, autores voluntarios, asumieron un compromiso de memoria con los 16 asistentes regulares a la cita de los martes en la biblioteca, incluidos tres que ya no están en este mundo: recoger sus historias de vida y publicarlas en un libro que revelara su conciencia de ellos mismos, su unicidad y originalidad de seres únicos y distintos a los demás. Un tremendo documento de identidad para esos hombres que se vitalizan, unen y cobran sentido compartiendo sus acontecidas trayectorias en el taller de lectura de la Casa de Acogida de Estación Central”.

En la Casa de Acogida Josse Van Der Rest, en la Estación Central, actualmente viven 43 hombres con larga experiencia de vida en calle. Los que están ahora tienen entre 56 y 86 años. Como la vida pasa, los tres que iban los martes a la biblioteca al taller de Isabel y Pepe, ya no están y puede que a estas alturas falten otros de manera definitiva.

Uno de ellos era –coincidentemente– José García, destacado pintor de la generación del Premio Nacional de Arte Guillermo Núñez, quien terminó sus días como acogido en la Josse Van Der Rest y murió en pandemia. “Pepe me emociona. Era un bolchevique, un hombre seriamente comunista. Y hoy su sabiduría consiste en no tener más que su bastón. Eso me da envidia”, dijo de él su amigo Guillermo Núñez en un reencuentro del que fuimos parte, poco antes de su muerte.

Pepe Gracía, voluntario junto a Isabel Araya, escribieron “Los Martes en la Biblioteca” en 2017. AGENCIA BLACKOUT

Esa es una de las 16 historias que están en “Los martes en la biblioteca”, escrito pre pandemia.

Juan Cristóbal Romero resumió lo que pasó después de ese periodo tan raro que afectó al mundo:

–La llegada de la pandemia nos distanció y perdimos el contacto. Fue con la apertura sanitaria que volvimos a encontrarnos, y fue entonces cuando descubrí que Isabel se había volcado de lleno a la escritura. Había publicado “Primeras reliquias”, “Corona de Espinas” y “Redoble de Tambores”, todos presentados en cuidadas ediciones, con las portadas ilustradas por su hijo Ignacio. Las obras que había escrito eran una rara combinación de crónica y poesía, aunque por ese tiempo ella aún rechazaba la etiqueta de poesía. Desde su infancia, su padre la había alentado a ser poeta, llamándola “mi Gabrielita”.

“Sin embargo, Isabel Araya, temerosa de convertirse en esa ´señora solterona y poco agraciada´, había evitado todo lo que sonara a la palabra poesía. Quizás por ese motivo, esos tres libros apenas incluyen algún poema en verso, pese a lo cual, con el tiempo, este tipo de composiciones se volvieron cada vez más frecuentes, convirtiéndose en el medio de escritura que Isabel más desarrolló en los últimos años. A pesar de un comienzo reacio, Isabel finalmente se permitió explorar la poesía como medio de expresión. Según me ha comentado, inicialmente, consideraba los poemas en verso como algo demasiado abstracto o poco conectado con la realidad, pero con el tiempo descubrió que era un canal poderoso para comunicarse consigo misma de una manera más auténtica y significativa. Entonces, los poemas comenzaron a fluir con naturalidad, convirtiéndose en una parte integral de su proceso creativo”, explicó el presentador de Re-versos.

PERMISO PARA ESCRIBIR

–Así se fue dando la escritura de “Re-verso”. ¿Qué es “Re-verso”? Un extenso libro de poemas, desafiando la norma de la brevedad en la poesía. Con cerca de 150 página,s divididas en 7 capítulos, se revela como una obra ambiciosa. Esta ambición refleja una confianza innegable en las propias habilidades, corroborada con tan solo leer algunos de sus poemas.

Permiso para escribir

Ya madura, sola, perturbada

fui del desquicio al desquite

buscando resquicios antiguos

para atar mis primeros cabos

encontré una hebra desatendida

tentada por las luces del medio

de una juventud moderna

¡jamás la soledad del poeta!

ni la extravagancia del creador.

Yo, sola, escribiendo

La portada y contraportada del cuarto libro de Isabel Araya, ya lanzada como poetisa,, pese a sus reparos iniciales. AGENCIA BLACKOUT.

–Este poema es parte del primer capítulo de siete en total. Los poemas de esta primera sección son una suerte de introducción al hablante lírico de este libro: una mujer con inclinaciones literarias, quien después de criar a sus hijos, canaliza su interés por la poesía a través de estas composiciones. Además, los poemas insinúan que representa una oportunidad para reconciliarse consigo misma y con otras personas, deudas que no siempre son negativas, sino también positivas. Quien habla en esos poemas, se examina a sí misma con cierta objetividad, con la distancia de quien observa a una extraña. Son emociones que adquieren belleza y memorabilidad precisamente por esa distancia.

SEGUNDO CAPÍTULO

Firmando Re-Versos en el lanzamiento del libro, Isabel Araya.

Es el más extenso de los siete. Quizás el más lírico de todos. Sus poemas corresponden a momentos capturados en palabras; no hay mucho que se pueda decir de ellos. Generan una atmósfera que oscila entre lo budista y lo gótico. Esta atmósfera que se ve acentuada por la falta de puntuación, estilo que hace que las palabras se envuelvan de una niebla evocadora; son poemas que se manifiestan más como sensaciones que como eventos concretos.

Aquella bruma

Sumida en la bruma del inicio,

en invierno, por pasajes sin fondo,

solo tú, húmeda tiniebla

no sé decir si te amo o te aborrezco

solo sé que te deseo

envolviéndome

de susto y de alivio

que tú existas.

Simulas un camino de desconocido,

final,

me atormentas

¿qué hay tras de ti?

TERCERO Y CUARTO

En el tercer capítulo, se despliegan unas especies de postales de viaje o de residencia. El cuarto capítulo evoca recuerdos de infancia: temores, juegos, vivencias escolares, momentos con su mamá y sus nanas. En el quinto capítulo, se sumerge en una sección de poemas que exploran el amor, el desamor y la soledad. El sexto capítulo aborda el tema del destierro, la orfandad y los dolores, centrando especialmente en la muerte, palabra que resuena con insistencia en títulos y versos; la pérdida de su padre, pero sobre todo de su madre, se convierte en un tema recurrente e intenso en este capítulo. Así como la muerte de seres queridos fue el enfoque principal de este capítulo, el último se adentra en la cercanía de la propia muerte; se vislumbra una especie de aceptación del presente, sin culpas ni demasiadas esperanzas.

Sus tres hijos le hablarona Isabel Araya del poeta al que sólo conocía como director ejecutivo del Hogar de Cristo, Juan Cristóbal Romero. Aquí juntos en la presentación de Re-versos.

Un Aquí

Perdida,

salgo al universo.

Acojo con amor lo libre

que no depende de mí

y me acompaña.

Sin tema propio ni ajeno

voy flotando sencilla

gozando

de aprender a flotar.

Juan Cristóbal Romero termina sus diáfanas y celebradoras palabras en la presentación de “Re-versos” con una reflexión interesante que tiene harto de confesión. Dice: “Mientras leía y releía el libro, una pregunta persistía en mi cabeza: ¿Qué motiva a alguien a elegir los versos para expresar sus recuerdos y deseos más íntimos? Quizás, como sugiere el epígrafe de Clarice Lispector: ´Lo mejor está entrelíneas´. Este enigma de la escritora brasileña parece insinuar que la clave de un texto se oculta en los pliegues del lenguaje, en el reverso del discurso, en lo que no se dice directamente”.

“Desde esta perspectiva, la poesía, con su textura más rugosa en comparación con otros géneros como la novela o el ensayo, favorece la escritura entrelíneas y, por ende, la inclusión de aspectos que quizás no se revelarían en un diario o en un relato en prosa: la profundidad de los afectos, las desilusiones, las vergüenzas, los traumas, todos ellos cobijados por el velo del lenguaje poético”.

Y concluye: “´Re-verso es un libro que nos enseña que la verdad no reside en la superficie ni en la apariencia de las cosas, ni tampoco en el discurso cotidiano, sino en el tejido inverso de las palabras, en aquel lugar donde las costuras se revelan. Mis más sinceras felicitaciones a Isabel por su estupendo libro, así como a su familia y amigos por su dedicación en hacer realidad esta delicada obra”.

Una delicada obra presentada y celebrada en familia, a cuya fiesta el Hogar de Cristo se suma, destacando la sensibilidad, generosidad y simpatía de una voluntaria de lujo, que hizo felices “a los viejos de la Casa Josse” con “Los martes en la biblioteca”.

Este martes 23 de abril, Isabel será una de las invitadas a la celebración del Día Mundial del Libro y la Lectura en la biblioteca pública que alberga la Casa de Acogida. En la ocasión aprovecharemos de presentar el abultado catálogo de libros de la editorial Hogar de Cristo, donde hay verdaderas joyas que les invitamos a conocer. A partir de las 10 de la mañana en calle Hogar de Cristo 3828, Estación Central.

Si quieres, como Isabel, ayudar a los hombres de la Casa de Acogida, involúcrate. 

 

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