¿Sabías que los microemprendimientos representan cerca del 90% del total de empresas en Chile y que hoy existen más 1,2 millones de estas iniciativas?
Quizás tú mismo tienes tu propio emprendimiento, quieres hacerlo crecer y no tienes cómo hacerlo. No sería raro. Para el 44% de los emprendedores, el acceso a financiamiento es el principal obstáculo para que su negocio crezca. La dura realidad es que gran parte de los emprendedores no califica para créditos tradicionales por falta de garantías o de historial crediticio.
En estos casos es donde Fondo Esperanza www.fondoesperanza.cl surge como la solución, ya que, a través de un crédito solidario, facilita capital a los sectores más vulnerables para que puedan iniciar o expandir su negocio.
Fondo Esperanza apoya los emprendimientos con créditos, microseguros, capacitación y redes de apoyo, bajo el formato de banco comunal.
¿Cómo funciona este banco comunal? Emprendedores que viven o trabajan en el mismo sector, se organizan para postular a Fondo Esperanza y luego cada integrante solicita un crédito individual y acepta ser coaval solidario con los demás. El grupo define una directiva y subgrupos para pagar las cuotas del crédito. Además, se reúne periódicamente con una asesora de Fondo Esperanza para revisar pagos, recibir capacitación y fortalecer sus redes.
El primer crédito puede fluctuar entre 70 mil y 700 mil pesos a 4 o 7 meses, con cuotas semanales o quincenales. A medida que la persona completa un crédito, puede optar a mayores montos hasta un máximo de un millón 490 mil pesos.
Un grupo de socias de un banco comunal de Fondo Esperanza no sólo obtienen apoyo económico, sino que fuertes redes de apoyo.
Los socios −más bien dicho, las socias, porque el 80% son mujeres− que ya tienen una trayectoria en Fondo Esperanza y que han cumplido con las condiciones de cada ciclo de crédito de su banco comunal, también pueden acceder a créditos individuales complementarios para seguir haciendo crecer su emprendimiento.
Porque el crédito por sí solo no es suficiente para sacar adelante un negocio, Fondo Esperanza también proporciona capacitación a través de la Escuela de Emprendimiento. Lo hace con sesiones presenciales y virtuales en grupo y una plataforma digital para el aprendizaje individual, en temas financieros y no financieros relacionados con desarrollo del negocio, empoderamiento y género, bienestar familiar, capital social y digitalización.
Durante el año 2024, Fondo Esperanza apoyó a poco más de 140 mil emprendimientos, un 78% de ellos liderados por mujeres. Esto significó 393.500 créditos y un desembolso de 274.500 millones de pesos, un 14% más que los recursos inyectados en las comunidades más vulnerables en 2023. Asimismo, se crearon más de mil nuevos bancos comunales, llegando a más comunidades y personas en todo Chile.
El impacto social que tiene Fondo Esperanza para los socios y socias es potente. Después de un año, aumentan sus ganancias en un 68,3%, sus ahorros crecen en un 54,6% y la confianza en sus comunidades en un 7,9%.
Ella es Dania Riquelme, emprendedora destacada de Fondo Esperanza, Su emprendimiento se basa en la extracción y procesamiento de jaibas y ahora incluso vende a través de las redes sociales.
Es el caso de Dania Riquelme, una socia que, junto a su esposo, ha construido un negocio familiar basado en la extracción y procesamiento de jaibas. Vive junto a sus tres hijos en Punta Lavapié, provincia de Arauco, región del Biobío. A pesar que en febrero de 2023, Dania perdió su casa a raíz de un incendio que arrasó con el pueblo, pudo volver a levantarse gracias a la ayuda de cientos de compatriotas, que le permitieron reconstruir su hogar en sólo dos meses y retomar el negocio.
No sólo eso: ha dado un paso más allá al aventurarse en las ventas online. Con miedo al principio, por no tener conocimientos previos sobre internet y redes sociales, pidió asesoría e hizo su primer live de ventas. Para su sorpresa, su primer stock se agotó rápidamente. Hoy, Dania maneja con confianza sus redes sociales y ha hecho de este segundo emprendimiento una gran oportunidad de crecimiento. “Solo hay que atreverse”, dice con entusiasmo, convencida de que todas las personas pueden lograrlo con esfuerzo y valentía.
Los orígenes de Fondo Esperanza se remontan a 1966 con la creación de la Fundación de Beneficencia Ayuda y Esperanza, la que en 2001 pasa a ser en una filial del Hogar de Cristo. Un año después de convierte en Fondo Esperanza, con el propósito de generar un mayor impacto social, motivo por el cual enfoca sus esfuerzos en la entrega de microcréditos.
Parte del equipo de Fondo Esperanza. En solo un año, los emprendedores que están en Fondo Esperanza incrementan sus ganancias en un 68,3% y sus ahorros en un 54,6%.
En 2011, establece una alianza con la Fundación Microfinanzas BBVA www.fundacionmicrofinanzasbbva.org, entidad española con amplia trayectoria en el desarrollo de microcréditos para emprendedores en América Latina y reconocida por la OCDE como la institución que más contribuye a la igualdad de género a nivel mundial. De esta manera, hoy los propietarios de Fondo Esperanza son la Fundación Microfinanzas BBVA en un 51% y Hogar de Cristo en un 49%.
De esta manera, parte de las utilidades obtenidas −que en 2024 fueron de 3.560 millones de pesos−, se destinan a financiar los distintos programas sociales de Hogar de Cristo, multiplicando sus beneficios para los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.