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Personas mayores que retoman estudios:

La edad no es límite

Volver a estudiar siendo mayor de 50 años es mucho más que adquirir nuevos conocimientos y habilidades. Se convierte en una herramienta de empoderamiento y crecimiento personal, capaz de mejorar la autoestima, abrir nuevas puertas y fomentar una mayor autonomía en hombres y mujeres mayores.

Por Valentina Miranda G.

10 Febrero 2025 a las 17:10

“Siempre hubo prioridades en mi vida, pero ahora yo soy mi prioridad. Me ha subido la autoestima de aquí a la luna”, señala Florinda, de 57 años. Ella decidió dejar en un segundo plano las demandas familiares y laborales para enfocarse en su bienestar personal. Este bienestar incluía volver a estudiar.

Como ella, son muchos los hombres y mujeres que deciden volver a las aulas pasado el medio siglo de vida. En la encuesta Casen 2022, más de 29.500 mayores de 50 años declararon asistir a algún establecimiento educacional. La mayoría de ellos (77%) tenía entre 50 y 59 años, mientras que el 13% estaba en el rango de 60-64 años. Curiosamente, los mayores de 80 años representaron el 2,7%, superando el porcentaje de personas entre los 70-74 años y 75-79 años.

¿Qué nivel de estudios estaban cursando estos adultos mayores, según las respuestas de la encuesta Casen?

Las cifras revelan el interés de un importante grupo por completar etapas básicas de escolaridad. Esto no es de extrañar si se considera que los años promedio de educación van disminuyendo a mayor edad. Por ejemplo, en el segmento de 80+ años la escolaridad promedio es de 6,8 años, mientras que entre los 50 y 59 años es de 11,2 años (considerar que la escolaridad completa es de 12 años).

Nivel de estudios que población 50+ declaraba cursar en 2022

Educación Media o técnica                                 26,5%

Educación Profesional                                          25,5%

Educación  Técnica Superior                               21,3%

Magíster                                                                  16,6%

Educación Básica                                                    8,8%

Doctorado                                                                1,3%

Fuente: Elaboración del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo en base a encuesta Casen 2022

Otro dato interesante es que un gran porcentaje de los adultos mayores (64,7%) está interesado en alcanzar grados avanzados de estudios, ya sea cursando carreras de educación superior profesionales o técnicas y cursos de postgrado, como magísteres y doctorados.

OPCIONES PARA VOLVER A ESTUDIAR

En las últimas décadas, el concepto de educación a lo largo de la vida se ha consolidado como un objetivo central de organismos internacionales que promueven el envejecimiento activo y saludable. Este enfoque responde a la necesidad de adaptar las habilidades y conocimientos de las personas a los rápidos cambios económicos, tecnológicos, sociales y ambientales. Incluye a todos los grupos etarios y niveles de educación, y distintas modalidades de aprendizaje, puntualiza un estudio del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo.

En nuestro país, se han desarrollado diversas modalidades y programas de reescolarización, englobadas en el programa Educación para Personas Jóvenes y Adultos (EPJA). Estas iniciativas buscan proporcionar vías flexibles para que personas mayores de 18 años puedan completar sus estudios formales. La principal modalidad es la “regular”, impartida por establecimientos educacionales que cuentan con reconocimiento oficial. También existe una modalidad flexible y semi-presencial que ofrece diversos horarios, frecuencia y duración de las clases.

Además, está la opción de validación de estudios, que permite la certificación de estudios básicos y/o medios a través de pruebas estandarizadas. Otra alternativa es el Plan de Alfabetización Contigo Aprendo, que está dirigido a mayores de 15 años que no han asistido a la escuela o no han completado sus estudios básicos.

De acuerdo a la experiencia de los profesores, una de las fortalezas principales de los mayores es la capacidad de aplicar el conocimiento adquirido en contextos reales, algo que los jóvenes suelen aprender solo con la experiencia.

AUMENTA EL INTERÉS POR ESTUDIAR

En la última década, el número de estudiantes mayores de 50 años en estos programas educativos ha aumentado significativamente. Así, el año 2012 fueron 9.154 personas y el año pasado esta cifra fue de 42.478, lo que representa un incremento de 364%.

La mayoría prefiere la modalidad validación de estudios, que permite la certificación de estudios básicos y/o medios a través de pruebas estandarizadas. Como segunda preferencia está el sistema de estudios regular en establecimiento educacionales.

LOS MAYORES QUE VAN POR MÁS ESTUDIOS

También se ha observado un crecimiento relevante de mayores de 50 años que estudian en instituciones de educación superior. Entre 2013 y 2024, el número de matriculados pasó de 10.494 a 26.952, lo que representa un incremento de 157%.

La mayor cantidad de matriculados se concentra en los Institutos Profesionales, con el 42% de la matrícula. Le siguen las universidades privadas con un 28% y los Centros de Formación Técnica con un 15,2%. Hasta el año 2018, las universidades privadas se llevaban el mayor número de matriculados, pero esta situación cambió a partir de esa fecha. En los últimos años, las universidades estatales han ido progresivamente perdiendo preferencias.

EL DILEMA DE ESTUDIAR O TRABAJAR

La situación socioeconómica, la necesidad de empezar a trabajar a una edad temprana y un complejo contexto familiar son las principales causas del abandono escolar en etapas previas a la adultez, según el estudio del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo, en el que recogieron testimonios de personas mayores que volvieron a estudiar.

Carmen, de 57 años, recuerda: “Hice quinto y sexto básico, fueron los últimos cursos. Mis papás no tenían buena situación entonces había que trabajar y no se podía seguir estudiando. Me fui a trabajar, mi papá tenía una fábrica de mimbre. En esos años, porque ahora es diferente, había que trabajar”.

Lucila, de 53 años, quien cursa estudios básicos, relata: “Ni mi mamá ni mi papá terminaron el colegio, mi mamá no sabía ni leer ni escribir. Fueron hartas cosas que aparecieron, no pude seguir estudiando. En el fondo, había que sobrevivir, tenía que mantenerme”.

El regreso al aula está cargado de emociones. Muchos estudiantes mayores relatan una mezcla de miedo inicial y gratitud por el ambiente acogedor.

MOTIVACIONES MAYORES PARA RETOMAR LOS ESTUDIOS

Las motivaciones para volver a estudiar son variadas, dependiendo del nivel educativo y las circunstancias personales.

Lucinda, de 53 años, destaca cómo completar su escolaridad puede abrirle puertas laborales: “Me gustaban los números y siempre quise ser como contador o algo así. Pero también es ayudarme para tener un mejor trabajo, porque ahora en todos los lugares, la mayoría pide cuarto medio”.

En el caso de quienes cursan estudios superiores, las motivaciones tienen que ver más con la realización personal, cumplir sueños postergados y el deseo de mantenerse actualizados y activos.

María Cristina, de 65 años, quien completó un magíster, señala: “Está el tema de la realización personal, aunque seamos personas mayores siempre estamos buscando, por lo menos las personas similares a mí. Buscamos no sólo quedarnos en la casa a descansar entre comillas, sino que queremos seguir aportando a la sociedad”.

Marcela, quien ha sido una mujer activa en su vida profesional y académica, señala cómo la educación superior sigue siendo un campo relevante para quienes han sido históricamente excluidos, como las mujeres que no tuvieron la oportunidad de estudiar una carrera universitaria. “Creo que es muy importante mantenerse estudiando, habemos millones de mujeres que no hemos tenido la oportunidad de haber ingresado a la universidad o ser profesionales, o realizar alguna actividad remunerada que les satisfaga”, comenta. Para ella, continuar con los estudios no solo es una forma de mantenerse activa, sino también una manera de reivindicar su rol en la sociedad: “Te mantiene activa, más que activa, te mantiene siendo partícipe del mundo en que uno vive, en la época en que uno está viviendo hoy”.

EL PLUS DE COMPARTIR CON JÓVENES 

Para Óscar, periodista que está cursando la carrera de psicología, el beneficio mayor es la integración. “El encuentro intergeneracional es muy necesario para la vida. Para que los jóvenes comprendan a este segmento y, a la vez, nosotros podamos ver nuevas ideas y nuevas maneras de enfrentar la vida, que es muy valiosa y con menos complejos que los que había cuando nosotros éramos jóvenes. Este intercambio es puro enriquecimiento mutuo”, señala.

Todas estas experiencias muestran cómo la educación puede ser una herramienta transformadora, de empoderamiento y crecimiento personal, capaz de mejorar la autoestima, abrir nuevas puertas y fomentar mayor autonomía en las personas mayores.

Sólo hay que atreverse.

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