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Museo Jedimar:

“Estos autos son más viejos que nosotros”

Luego de ir a la playa, los participantes del Programa de Atención Domiciliaria del Adulto Mayor fueron invitados a visitar la colección de automóviles antiguos de TurBus, a recorrer el espectacular museo Jedimar, en Estación Central, una visita que los transportó a su juventud.

 Por María Luisa Galán

5 Marzo 2020 a las 14:36

 

“Estos autos son más viejos que nosotros” decían entre risas los adultos mayores del Programa de Atención Domiciliaria del Adulto Mayor (PADAM) de Renca mientras recorrían la colección de autos antiguos del museo Jedimar, de Tur Bus. Durante una mañana pudieron regresar al pasado y recordar sus días de juventud gracias a modelos de micros, autos de carrera y de pasajeros, camionetas y aviones.

La colección es amplia y variada, había uno igual al que usó Marilyn Monroe, un taxi que se usó para la Segunda Guerra Mundial, una carroza fúnebre y uno de competencia que recorrió Santiago-La Serena en menos de tres horas. Por mencionar algunos nombres del rubro, había un Alfa Romeo del año 61 y  un Coupe y Delahaye, ambos de 1936

El recorrido lo guió Luis Jiménez, administrador del museo que por años ha trabajado en TurBus, la empresa de transporte fundada en 1948 por Jesús Diez Martínez (cuyas iniciales forman la sigla que da nombre al espectacular museo, Jedimar) y quien en un bus partió ofreciendo traslados entre Rancagua y San Fernando. Luis Jiménez es una enciclopedia. Sabe la historia detallada de cada uno de los vehículos, que son un verdadero tesoro. Cuenta que muchos de los autos aún funcionan, que se usan en carreras, para ceremonias y se arriendan para teleseries y películas.

Vicente Jara, uno de los participantes del PADAM, fue uno afortunados que se subió a la micro “La Chelita”, vehículo que fue parte del inventario de Chuquicamata. La alta pisadera no fue un obstáculo para él. “La visita la encontré excelente, nunca había visto una colección de automóviles tan completa”, contó feliz. Otros más quisieron imitarlo, los más ágiles pudieron, los otros se tuvieron que conformar con contemplarlo desde abajo.

Gertrudis Galvez, también del Padam, también se asombró con el museo Jedimar. “Encontré todo maravilloso. El recibimiento fue muy bueno, don Luis fue muy amable y explicó todo. Había desde el auto más chico hasta autos del año 30. Para mí fue una maravilla”.

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