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Camila Aguilar:
"La soledad es tanto o más insidiosa que cualquier enfermedad”
El Centro Diurno de Hogar de Cristo en Futrono, liderado por esta kinesióloga juega un papel crucial luchando contra la soledad en la vida de treinta adultos mayores y sus cuidadores. A medida que la licitación de Senama se acerca a su fin, la continuidad del centro pende de un hilo. Acá exploramos las posibles repercusiones para los participantes si el centro se cierra y cómo Camila y su equipo están trabajando para evitarlo.
Por Matías Concha P.
10 Mayo 2024 a las 20:25
Con la licitación de Senama a punto de concluir este 31 de mayo, la joven líder del Centro Diurno de Hogar de Cristo en Futrono, Camila Aguilar (28), enfrenta un período crucial que pocos profesionales experimentan tan temprano en sus carreras.
“Yo tengo confianza de que volveremos a ganar la licitación, hay un trabajo muy consolidado con Senama”, explica. “También hay que considerar que este espacio es extremadamente necesario para combatir la soledad de las personas mayores y sus cuidadoras; acá vuelven a la vida”.
Camila tiene claro el panorama de los adultos mayores en la Región de Los Ríos. Antes de la pandemia, la participación en actividades sociales era muy baja. Según la Segunda Encuesta de Calidad de Vida en la Vejez UC-Caja los Héroes, solo el 19% de las mujeres y el 9% de los hombres asistían a cursos o talleres. A eso habría que agregar que solo un 40.3% de ellos se involucraba en actividades y grupos organizados en la región. Estas cifras destacan la urgencia de crear estrategias que fomenten la participación y conexión de los mayores con su comunidad, a través de intervenciones constantes y duraderas, como las del Centro Diurno de Futrono.
-¿Por qué el programa también es importante para las cuidadoras?
-Cuando empezamos a trabajar con adultos mayores vulnerables, a menudo no se entiende que nuestra ayuda no solo está destinada a ellos. También buscamos aliviar un poco la soledad y la pesada carga que llevan las cuidadoras. Muchas de ellas viven solo con su mamá o abuela y no tienen tiempo para sí mismas; pasan sus días trabajando y cuidando a otros, sin recibir reconocimiento ni compensación. Por eso, nuestros programas están pensados tanto para el adulto mayor como para el cuidador.
Según la OMS, el “cuidador” es la persona del entorno del enfermo que asume voluntariamente el papel de responsable y está dispuesto a tomar decisiones por y para el paciente, y a cubrir sus necesidades. Sin embargo, como explica Camila, el cuidador está expuesto a experimentar un estado de profundo desgaste a nivel físico y emocional llamado “síndrome de sobrecarga del cuidador”.
-¿Cuál es el perfil de una cuidadora?
La mayoría necesita algo de espacio para ellas o un reconocimiento por todo lo que hacen, porque no es poco. Cargan una mochila pesada: depresión, mucho estrés o simplemente están agotadas.
En Chile, el 72% de las personas que cuidan gente postrada, discapacitada o dependiente, son mujeres. De estas, casi el 70% padece depresión severa, un estado de profundo desgaste a nivel físico, emocional y mental.
¿QUÉ PASARÁ CON EL CENTRO DIURNO?
Siguiendo la tendencia mundial hacia la desinstitucionalización en áreas como salud mental, envejecimiento, discapacidad e infancia, el Centro Diurno Comunitario de Hogar de Cristo se moviliza de lunes a jueves a las 9 de la mañana para recoger a treinta adultos mayores en distintos puntos de Futrono. Este esfuerzo tiene como meta promover y fortalecer su autonomía e independencia, ofreciendo servicios como atención kinesiológica, terapia ocupacional y social.
Adicionalmente, el centro proporciona apoyo individual mediante visitas domiciliarias y seguimiento telefónico a quienes no pueden asistir en persona.
-¿Qué pasaría si se cierra el programa?
-Volvería la soledad… Si cerramos, muchos de nuestros adultos mayores en Futrono quedarían aún más solos, y lo más seguro es que veríamos casos más severos de depresión y abandono. Aquí los jóvenes se van rápido a las ciudades, dejando a sus papás solos en casa. Si encima les quitamos la chance de juntarse con sus amigos en el centro, su soledad sería tremenda, afectándolos mucho, no solo emocionalmente sino también a nivel cognitivamente.
-¿Por qué?
-Porque la soledad es tanto o más insidiosa que cualquier enfermedad. Si los dejamos sin sus talleres, como el de ejercicios físicos y prevención de caídas; el de estimulación cognitiva y afectiva; el entrenamiento en actividades de la vida diaria; la participación comunitaria; las caminatas; las manualidades y el huerto medicinal, volverían a depender únicamente de la tele, el sillón, la cama y las escaras.
-¿Qué están haciendo para evitar su cierre?
-Seguir trabajando, no decaer. Ya licitamos nuevamente para obtener financiamiento de Senama y estamos confiados en que se logrará. Es un trabajo comunitario que involucra a muchas personas y consiste en seguir estando con los que nadie más está, como dice el lema de Hogar de Cristo.
