El inspirador pedagógico de Alberto Hurtado
Pocos saben que el profesor Hurtado fue uno de los primeros doctores en educación de Chile. Y su tesis doctoral se basó en el estudio del innovador sistema pedagógico de John Dewey. ¿Quién fue Dewey y qué era la Escuela Nueva que proponía? Acá lo contamos en detalle.
Por María Teresa Villafrade
8 Octubre 2024 a las 18:29
Desde los inicios de Hogar de Cristo, una de las grandes preocupaciones de Alberto Hurtado fue la formación de los niños más desposeídos del país. La creación de la Escuela-Granja de Colina, en 1946, es un reflejo de esa gran inquietud. Hasta allí llegaban los adolescentes que ya habían pasado un período de aclimatación en la sede de la calle Chorrillos, en Estación Central.
“Venían de la calle, sin hábitos de educación, muchos de ellos dedicados a la delincuencia. Varios habían pasado por la cárcel pública donde había vivido en celdas estrechas, húmedas y malolientes, vegetan aprendiendo nuevos vicios”, escribió Hurtado en la revista del Hogar de Cristo de junio de 1947, en el artículo titulado “¿Los dejaremos morir de frío?”.
Una década antes, en la biblioteca del British Museum en Londres, Alberto trabajaba en su tesis doctoral, según relata Jaime Castellón SJ, en la biografía más reciente del fundador “San Alberto Hurtado: A Dios desde los descartados” que está disponible (con descuento) en la tienda de Hogar de Cristo.
Pocos saben que el profesor Hurtado fue uno de los primeros doctores en educación de Chile. Sobre su tesis, Hurtado escribió: “La estoy trabajando de cabeza en la biblioteca del British, donde tengo todos los elementos. Para ganarme la vida en Londres estoy ayudando a un párroco, lo que me toma algún tiempo, pero me da en cambio la ocasión de hacer algún bien”.
El 23 de septiembre de 1935, Alberto presentó su tesis, cuyo título era “El sistema pedagógico de Dewey ante las exigencias de la doctrina católica”. Su director fue el profesor Raymond Buyse, un belga experto en psicología aplicada.
¿Quién es John Dewey? Según Castellón, el mismo Alberto respondió a esa pregunta en un artículo que publicó cuando volvió a Chile:
“Nació en Vernon, Estados Unidos, en 1859. Desde el comienzo de sus estudios se despertó en él un interés muy marcado por la filosofía, al principio dentro de la tendencia del intuicionismo escocés, sustituida pronto por la filosofía de Hegel. Admite Dewey en esta época un conocimiento absolutamente verdadero, la metafísica como verdadera ciencia, la concordancia de las relaciones que unen los objetos como criterio de verdad, el acto moral como distinto del acto intelectual, ideas fundamentales que no tardará en negar al abandonar Hegel por William James”.
Sin embargo, Dewey fue evolucionando en sus ideas y después de llamarse pragmatista como James, se convirtió en experimentalista.
“Como instrumento de trabajo emplea exclusivamente la experiencia que estimula la inteligencia y le sirve de control; se despreocupa de los problemas religiosos y concentra su atención en los intereses sociales; anhela por una teoría que dé unidad absoluta al mundo y a todas sus actividades y que haga desaparecer consecuentemente todo dualismo, como el que existe entre el Creador y su criatura, entre el alma y el cuerpo, entre el acto intelectual y el acto moral”, describía Alberto.
Su biógrafo explica que su interés por Dewey se despertó porque era uno de los principales exponentes de la Escuela Nueva.
“Esta corriente educativa se caracteriza por crear escuelas experimentales, en que los niños desarrollan su educación intelectual en base a trabajos manuales. Recibían su formación moral por la práctica de un sistema de autonomía relativa”, escribe Jaime Castellón.
Sin embargo, la jerarquía eclesial se había pronunciado negativamente acerca de los principios de la Escuela Nueva.
“A pesar de ello, Alberto Hurtado eligió como tema de su doctorado a John Dewey, alegando que había que distinguir entre los principios filosóficos que animaban la pedagogía de Dewey y sus aplicaciones prácticas. Su interés era conocer esta escuela y acoger lo válido que hubiera en ella”, agrega el biógrafo en su libro.
“Alberto Hurtado destaca el carácter activo, realista y transformador que otorgaba Dewey a la inteligencia; el aspecto social del ser humano y de la cultura; su preocupación por un conocimiento integral, que no prolongaba el divorcio entre el saber y la moral, entre la verdad y la acción”.
El 10 de octubre rindió su examen de doctorado, con excelente calificación.
La Escuela-Granja de Colina reunía algunas características de una escuela experimental. Junto con la escuela primaria se les enseñaban faenas del campo. “Nunca hay cupo, pues hace mucho tiempo que no se fuga un niño, a pesar de que todo está abierto, que no hay murallas”, escribió Alberto al Diario Ilustrado el 8 de octubre de 1949.
El interés de Hogar de Cristo por la educación se traduce 80 años después en las cuatro escuelas de reingreso Súmate, que apuntan a volver a escolarizar a niños, niñas, adolescentes y jóvenes excluidos del sistema. Hace años, el Ministerio de Educación dio una cifra oficial: 227 mil niñas, niños y jóvenes no están recibiendo educación en Chile. Hoy sabemos que ese número se ha abultado notoriamente después de la pandemia.
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