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Mañana habrá -11 grados en Aysén: 135 personas viven la intemperie

¿Es razonable que una región de clima antártico no cuente siquiera con el Código Azul para quienes viven en situación de calle? Algunos piensan que sí, porque allá los 365 días del año las temperaturas son extremas. Dos conocedores del tema, piden voluntad política para dar solución integral al tema.
Por Ximena Torres Cautivo
Junio 27, 2025

El pronóstico meteorológico indica que este sábado en Aysén habrá ¡menos-once-grados de temperatura mínima! Y apenas dos grados sobre cero de máxima. Mientras en el resto del país los cero grados activan el llamado “Código Azul”, en esa “tierra de valientes”, como la llama el obispo local, Luis Infanti, allá unas 135 personas viven en situación de calle. Lo hacen los 365 días del año,  llueve, nieve o truene, sin ningún dispositivo especial de emergencia dispuesto por el Estado.

Un equipo de voluntarios de al empresa TELSUR salieron la noche del martes a hacer una Ruta de Calle.

El jefe de operación social del Hogar de Cristo en la región, el abogado Leonardo González, hace un par de noches salió con un grupo de trabajadores de Telsur a hacer una ruta calle. Es una actividad que forma parte del “voluntariado corporativo”.

-Nevaba copiosamente y el frío calaba hondo. A las siete de la tarde, justo en el puente que conecta Coyhaique con Puerto Aysén, nos encontramos con Sergio Méndez, un hombre con larga experiencia viviendo en situación de calle. Su testimonio conmovió a los chiquillos de Telsur. La pregunta obvia que le hicieron fue cómo podían ayudarlo. Sergio, con una lucidez total, les dijo: “Ayúdenme a encontrar una casa. Yo cuento con un subsidio para el arriendo, llevo mucho tiempo buscando una sin encontrarla”.

Cuenta Leonardo que Sergio es una persona que no adhiere a los dispositivos habituales, como hospederías o albergues.

-Es evidente que él no se siente cómodo en ellos, que necesita una solución distinta. Lo ideal sería una vivienda unipersonal, donde pudiera ejercer su vida de manera autónoma. Fue un encuentro interesante, porque hubo otras personas que pedían calcetines o ropa seca, porque estaban todos mojados. Sergio, no. Él tiene claro que para salir de la situación de calle se necesita mucho más que un par de calcetines secos.

MILLAR

Andrés Millar, subdirector de diseño e implementación de programas del Hogar de Cristo. AGENCIA BLACKOUT

Andrés Millar es trabajador social con 27 años de trabajo en el Hogar de Cristo, particularmente con personas en situación de calle. Hoy es subdirector de diseño y ejecución de programas sociales en la Fundación y ha estado muy involucrado en la implementación de Vivienda Primero, que busca satisfacer, precisamente, lo que Sergio en la fría y remota Patagonia necesita.

Antes de entrar en ese detalle, nos hace un acabado perfil de los hombres en situación de calle del extremo sur de Chile:

-Hablo de las personas que llegan a nuestro servicio, al Hogar de Cristo en las regiones australes. Diría que desde Chiloé a Magallanes, son hombres mayores. Tienen en su mayoría sobre 55 años. Es decir, son personas grandes, con mucho tiempo viviendo en situación de calle, lo que las ha dañado y envejecido más allá de su edad cronológica.

Hace notar que en la Patagonia se da mucho que sean trabajadores del campo, de las haciendas. “Lo vemos en Aysén y Magallanes, donde pasa que una vez que dejan de ser productivos, no sólo quedan cesantes, sino que pierden la residencia que les otorgaba el trabajo. Son personas que no tienen una vivienda, que nunca tuvieron una casa propia. Que no cuentan con ahorros ni seguridad social, y que, al dejar de ser útiles para el trabajo del campo, quedan literalmente en la calle”.

A esto se agrega otra característica de la zona: el consumo problemático de alcohol, que entibia el cuerpo cuando el frío cala los huesos, pero va minando la salud física y mental. “Acá es el alcohol la droga más recurrida, a diferencia del norte donde son otro tipo de sustancias”.

Orlando González nos había hablado de “los puesteros”, personajes absolutamente locales, vinculados al trabajo en las estancias ovejeras. Se trata de los peones que en verano, cuando escasea el alimento para los animales los llevan a tierras más alejadas, viviendo no en calle, porque en esos parajes remotos, pero existen, sino bajo el cielo llano tapados con sus ponchos. “Es como un estadio intermedio entre la calle y el campo”, precisa el abogado del Hogar de Cristo.

GONZÁLEZ

Andrés Millar sostiene que ningún país moderno puede permanecer indiferente al que compatriotas vivan en situación de calle en latitudes de clima antártico, como Aysén y Magallanes. Salvando todas las diferencias en materia de desarrollo e ingreso per cápita, rescata que Finlandia y sus vecinos no acepten el sinhogarismo. Y denuncia “falta de voluntad política” en las actuales y en las pasadas autoridades al permitir que haya 135 personas viviendo en calle específicamente en la región de Aysén.

-Finlandia, Noruega, Suecia, países con condiciones climáticas similares a las del sur austral de Chile, no toleran que haya personas durmiendo a la intemperie. Para ellos resulta inaceptable que una persona pueda morir de hipotermia en la calle. Y cuentan con políticas públicas para evitarlo. Es cierto, son países con otro nivel de desarrollo e ingresos que el nuestro, pero no todo pasa por la plata. Acá, a mi juicio, falta voluntad política, a nivel de las autoridades nacionales y también de las regionales.

Magallanes y Aysén, por sus características geográficas, climáticas, demográficas, deberían ser priorizadas para programas como Vivienda Primero, subsidio al ahorro y otras herramientas creativas que pueden sacar a los más vulnerables de la situación de calle. “Acá se debería aspirar a dar soluciones definitivas e integrales al ciento por ciento de esa población, que es pequeña y no implica tantos recursos. Por qué no se hace es una pregunta para las autoridades, desde el presidente de la República y la ministra de Desarrollo Social hasta gobernadores, seremis, alcaldes”, sostiene el experto.

Apasionado, afirma que “las hospederías y los albergues no son solución. Las personas necesitan un lugar seguro y que sientan propio para poder levantarse y dejar la calle. Cualquier otra respuesta es un parche”.

El abogado Leonardo González, a cargo de la operación social del Hogar de Cristo en Aysén. AGENCIA BLACKOUT

Leonardo González, desde Coyhaique lo respalda, recordando el elocuente testimonio de Sergio Mendez, el hombre que pedía una vivienda en arriendo y no calcetines en medio de la nevada antenoche aquí debajo del puente que une esta ciudad con Puerto Aysén.

 

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