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“Integridad y conflicto ético”: Una profunda reflexión

Muy satisfechos e interpelados quedaron los asistentes a este primer taller dictado por Chile Transparente a profesionales del Hogar de Cristo en el marco de la alianza que ambas instituciones firmaron en 2024. Causas que trabajan en hacer el bien, tienen el imperativo de que esa tarea sea lo más transparente posible, A prueba de yerros éticos. En medio de un clima de desconfianza generalizado, deben hacer el máximo esfuerzo por pasar el test de la blancura, tanto en lo ´personal como en lo organizacional.
Por Ximena Torres Cautivo
Junio 17, 2025

“Me queda claro algo obvio: debemos hacer lo correcto, aunque nadie nos esté viendo”, resume con claridad de alumna atenta la directora de la Dirección de Comunicaciones del Hogar de Cristo, Claudia Gómez.

La ingeniero comercial fue una de las cerca de 30 profesionales de la primera línea de colaboradores de la fundación que asistió al taller de transparencia, titulado, “Integridad y conflicto ético”. Dentro de los beneficios de la alianza que Hogar de Cristo firmó, en 2024, con Chile Transparente, están los estos espacios de formación. Este primer taller lo dictó el coordinador del sector público de Chile Transparente, David Zavala, y asistió una treintena de profesionales de la fundación.

Los asistentes al taller sobre Transparencia disfrutaron y aprendieron durante toda la mañana.

Un tema grande y lleno de lecturas para quienes trabajan en hacer bien el bien. La tarea no es fácil y presenta muchos desafíos éticos, como la superioridad del “buenismo”, que algunos atribuyen a fundaciones que, el Hogar de Cristo, se dedican al tema social. O la mirada maquiavélica aplicada al sector: El fin –reducir la pobreza– ¿justifica cualquier medio para lograrlo?

En medio del clima de desconfianza que vive Chile y que tanto mal hace a la convivencia, Hogar de Cristo sabe que debe extremar su rendición de cuentas y una gestión límpida. Actuar de manera opaca o inescrupulosa o simplemente irreflexiva en nuestro sector, como decía una ex directora ejecutiva, “además de delito, es pecado”.

NO AL BUENISMO Y A LA SUPERIORIDAD MORAL

Mirando apuntes de los asistentes, las conclusiones son nítidas y transparentes, porque aquí como bien sabemos “la mujer del César no sólo debe serlo, sino parecerlo”.

La integridad es antes que todo una responsabilidad personal, pero las organizaciones deben promover una conducta ética entre sus integrantes. Para ello hay acciones concretas. Una es evitar prácticas que favorecen probabilidad de corrupción, como la sobrecarga laboral; el castigo “el estirar la cuerda” de lo correcto y lo incorrecto. “Hacer lo correcto no es sólo hacer lo que la ley o las normas me permiten, sino también se debe cumplir con el deber ético, es decir, saber distinguir lo que es correcto o no. Y un elemento adicional a considerar es lo estético, no sólo debe ser correcto sino debe verse correcto”, resume otra de las asistentes al taller, cuando le pedimos que resuma en un párrafo lo más sustantivo de lo aprendido.

Es interesante conocer una triada de condiciones que pueden “nublar” el discernimiento humano a la hora de distinguir lo bueno de lo malo. Lo verdadero de lo falso y lo conveniente de lo inconveniente.

  • Ingenuidad moral: “Nosotros somos buenos” entonces siempre hacemos lo correcto.
  • Justificación moral: “Como el fin que perseguimos es bueno, todo lo que hacemos está correcto”
  • Superioridad moral: “Sabemos reconocer lo bueno mejor que los demás” y entonces yo te digo a ti lo que debes hacer.

DE DEMOCRACIA A CLEPTOCRACIA

Los cerca de treinta asistentes valoraron la profundidad de las reflexiones que surgieron a partir del taller y quedaron enganchados para seguir asistiendo a otros futuros profundos encuentros, que se seguirán haciendo. Con directivos y trabajadores del Hogar de Cristo.

El convenio firmado a mediados de 2024 entre Hogar de Cristo y Chile Transparente, en el marco de la conmemoración de los 80 años de la causa del padre Hurtado, busca fortalecer la conciencia del uso responsable de los recursos. Más cuando el 50 por ciento de ellos proviene de la generosidad de chilenos de corazón generoso, sensibles a la exclusión de los más pobres y vulnerables. Y más todavía, cuando el panorama actual resulta tan desalentador en materia de ética cotidiana, que el mismísimo cardenal Fernando Chomalí hace nada dijo que estábamos “pasando de ser una democracia a una cleptocracia”.

Los alumnos que asistieron al taller de Transparencia y Conflicto Ético.

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