Además de llevarla a un profesional de salud mental con formación en vejez, existen varias medidas que se pueden implementar desde un entorno más familiar y también comunitario, que ayuda a las personas mayores a iniciar un proceso de recuperación. Agnieszka Bozanic, presidenta de la Fundación GeroActivismo e investigadora de MICARE, señala que hay que […]

Además de llevarla a un profesional de salud mental con formación en vejez, existen varias medidas que se pueden implementar desde un entorno más familiar y también comunitario, que ayuda a las personas mayores a iniciar un proceso de recuperación.

Agnieszka Bozanic, presidenta de la Fundación GeroActivismo e investigadora de MICARE, señala que hay que partir por validar emocionalmente.

“Hay que evitar frases como el ‘anímate’, ‘tira pa’ arriba’. En vez de eso tenemos que escuchar, con una escucha activa, sin juzgar. Acompañar sin presionar y reconocer que las emociones que está teniendo la persona mayor son legítimas”.

También es fundamental favorecer rutinas diarias, establecer horarios para levantarse, para comer, caminar, dormir. Eso ayuda a la estructura del día, lo cual es fundamental cuando hay un ánimo bajo. No se debe  imponer, sino co-construir con la persona, llegar a consensos.

Además, es importante estimular y promover la participación social, retomar vínculos, llamadas, visitas, porque el aislamiento es uno de los principales detonantes y mantenedores de un malestar anímico.

Promover actividades con sentido, con un propósito vital, es muy relevante, dice la profesional. Por ejemplo, participar de voluntariados o en organizaciones comunitarias. “Es fundamental para fortalecer la autoestima y el bienestar”.

Además de la depresión, hay que atender malestares físicos o médicos. Muchas de las enfermedades crónicas tienen de forma secundaria la depresión. Por lo tanto, es importante tener estables todos los factores médicos.