“Si no hay acceso justo a medicamentos, no hay salud”, afirma Javier Vega, fundador y director ejecutivo de Fracción, la startup chilena que desde 2018 ha revolucionado silenciosamente el modelo de venta de fármacos en el país. Con un sello marcadamente social, esta farmacia digital ha logrado instalar una nueva lógica en la forma en que las personas acceden a sus tratamientos médicos: comprar solo lo necesario, ahorrar hasta un 74% y recibirlo en la puerta de la casa.
Vega, ingeniero comercial de formación, descubrió que en Chile el mayor problema no era la falta de medicamentos, sino su inaccesibilidad. “Identificamos que la principal dificultad era el acceso. La gente no podía pagar los medicamentos, compraban de más o se auto medicaban con lo que quedaba en casa”, explica.
Fue entonces cuando reparó en una política pública casi desconocida: la Ley de Fármacos 1, promulgada en 2014, que permite el fraccionamiento de medicamentos en farmacias.
La primera farmacia online autorizada por el ISP en 2018 fue Fracción, cuyo director y fundador es Javier Vega.
“Esa ley permitía, por ejemplo, que si tu médico receta 10 pastillas, puedas comprar exactamente esas 10 y no una caja de 30. Es más barato, más justo y evita el desperdicio”, dice Vega. Sin embargo, la ley tenía poco alcance porque su aplicación era voluntaria. Fracción la tomó como eje central de su modelo y la transformó en una propuesta tecnológica: los usuarios pueden cargar su receta en la plataforma Fracción.cl, cotizar y recibir solo la dosis recetada, sin salir de casa.
Desde su creación, Fracción se posicionó como una de las primeras farmacias en Chile autorizadas por el Instituto de Salud Pública (ISP) para vender medicamentos por internet. Hoy, su sitio web ofrece más de 5 mil productos, incluyendo:
3.500 medicamentos con receta médica
1.100 medicamentos de libre venta (OTC) como paracetamol o antigripales
2.500 suplementos alimenticios y productos de cuidado personal
1.000 productos veterinarios
Este robusto catálogo permite a la farmacia operar bajo un modelo más eficiente que el tradicional, lo que se traduce en precios hasta 15 por ciento más bajos que el promedio del mercado. Pero donde el ahorro realmente se dispara es en la compra fraccionada: “El ahorro promedio para quien compra fraccionado puede llegar a un 74 por ciento”, asegura el fundador.
La visión de Javier Vega no se limitó a los entornos urbanos. En 2019, un reportaje de El Pulso reveló que 59 comunas en Chile no contaban con una farmacia, afectando a más de 300 mil personas, en su mayoría habitantes de zonas rurales y vulnerables.
“La gran mayoría vive en comunas con menos de cinco mil habitantes, y un 32 por ciento bajo la línea de la pobreza. Fue el mercado el que los abandonó”, denuncia Vega. Ese hallazgo lo impulsó a articular un proyecto público-privado con el Ministerio de Salud, con el objetivo de instalar farmacias en estas zonas.
Tras un levantamiento de información, se comprobó que eran 50 comunas sin acceso a medicamentos. Hoy, el proyecto está presente en 9 de ellas, entregando soluciones reales y medibles.
Más de cinco mil productos están disponibles en Fracción.cl con despacho para todo Chile.
“Por cada peso invertido, se genera un impacto social de 3,8. Es decir, quedan 4 pesos en la comunidad. Un 30 por ciento de ese impacto es por precio, porque llevamos medicamentos bioequivalentes y genéricos. El otro 70 por ciento es transporte: la gente ya no tiene que viajar kilómetros para comprar sus remedios”, señala Vega con orgullo.
Pese a estos logros, la iniciativa para continuar llegando a las otras 41 comunas restantes que no tienen farmacia, enfrenta un problema estructural: no es rentable económicamente. “Tiene un alto impacto social, pero genera pérdidas. Y si no hay rentabilidad económica, es muy difícil sostener el impacto social”, reflexiona Vega. Por eso, desde Fracción están desarrollando nuevas soluciones digitales que permitan escalar el modelo, hacerlo más liviano y sostenible a largo plazo.
“Ha sido una gran aventura como emprendedor social. Si no logras el equilibrio entre lo económico y lo social, te conviertes en fundación o dependes de un mecenas, y los tiempos no están para eso”, afirma con franqueza.
Ubicado en Antonio Bellet 302, Providencia, está el local de Fracción.
Es por ello que han debido mantener una farmacia física, como exige la normativa del ISP, para poder respaldar la operación online. “La farmacia presencial existe para sostener el modelo e-commerce. No podemos guardar los medicamentos en una bodega. Por eso tenemos local, con buenos productos y precios, aunque nuestro fuerte sigue siendo digital”.
El mensaje final de Vega es claro y directo: “Invitamos a la gente a conocernos y a cotizar sus medicamentos con nosotros. Llegamos a todo Chile, sin importar la comuna o la región. Queremos que más personas compren justo lo que necesitan, que paguen lo justo y accedan a medicamentos como un derecho, no como un privilegio”.
Fracción se alza así como un ejemplo concreto de cómo la tecnología, la voluntad emprendedora y el enfoque social pueden transformar un problema estructural en una solución accesible, justa y replicable. Otro ejemplo similar nació en 2020, con la farmacia online llamada Farmaloop, la que desde febrero de este año 2025 ofrece a los socios de Hogar de Cristo un descuento en compras superiores a 20 mil pesos.
Una realidad que se impone cada vez más y que permite que en Chile no existan ciudadanos de primera o segunda categoría.
¿QUÉ ES LA LEY DE FÁRMACOS I?
Promulgada en 2014, esta ley establece, entre otras cosas, que las farmacias pueden vender medicamentos fraccionados de acuerdo a la dosis prescrita por el médico. Desde 2023, su aplicación es obligatoria. Sin embargo, su implementación ha sido lenta y poco difundida, a pesar de sus beneficios: menor costo, reducción del desperdicio y prevención de la automedicación.