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Karina Acevedo Auad:

“Los programas sociales deben adecuarse a los territorios”

La seremi de Desarrollo Social y Familia de Aysén habla de las peculiaridades de su región: enorme, dispersa, extrema, aislada, con la menor tasa de nacimientos de Chile y la única que disminuyó su población de acuerdo al Censo 2024. Con alto número de población mayor, requiere asistencia ad hoc a su realidad: es más grande que un país, pero tiene los habitantes de una comuna.

Por Ximena Torres Cautivo

30 Abril 2025 a las 15:46

Según datos del Censo 2024, Aysén es la única región de Chile que disminuyó su población. Tiene casi 101 mil habitantes, dos mil menos que en el Censo anterior. Ese número es menor a la suma de todos los vecinos de la comuna de Lo Barnechea pero en una superficie similar a la de Finlandia y mayor a la de Suiza.

La ingeniosa Inteligencia Artificial lo resume así: “Aysén es como un continente escondido dentro de Chile. Posee el tamaño de un país, la población de una comuna y paisajes que parecen de otro mundo”.

Lo propone como texto para un folleto publicitario, por eso, no dice que, además, la región de Aysén tiene una población envejecida, vulnerable y rural. Que no nacen niños, porque sólo cuenta con un hospital para atender partos con anestesia y complejidades neonatológicas. La tasa de niños nacidos anualmente por cada mil habitantes bajó de casi 28 a 9 en la región, lo que contrasta con la tasa nacional que también bajó, pero de 24 niños a 11 por cada mil habitantes. Abundan entonces los adultos mayores diseminados en la vastedad de un territorio hermoso, lejano, frío y aislado, pero existe sólo un establecimiento de larga estadía (ELEAM) estatal, que comenzó recién a funcionar en 2022.

Algunos de esos mayores viven en situación de calle, “arropándose” con alcohol y desafiando a un clima inclemente. Hay contabilizadas menos de 200 personas en esa condición en Aysén, donde se ha empezado a ver lo que antes no se veía: mujeres viviendo en la calle de manera permanente.

La seremi Karina Acevedo mezclada con el quipo del Hogar de Cristo en Coihaique.

Para hablar de esta realidad social, entrevistamos a Karina Acevedo Auad, la Secretaria Regional Ministerial de Desarrollo y Familia de la Región de Aysén, que antes fue intendenta. Ingeniero en prevención de riesgos, carrera que estudió cuando ya era mamá, en Inacap, en Coihaique, es una figura conocida en Aysén, además de nacida y criada en la región.

LEÑA, PAPAS, MATE

Uno de los pueblos más lindos del mundo, Caleta Tortel. Sus pasarelas y escalones atentan contra la convivencia de los adultos mayores que, dentro de un total de 500 personas, son muchos.

Por eso, cuando le preguntamos por cuestiones específicas como los sueños de construir un teleférico para que los habitantes mayores, con problemas de movilidad, puedan salir de sus casas en la lejana Caleta Tortel, al final de la Carretera Austral, nos dice:

–La característica de Caleta Tortel son las pasarelas y eso hace complejo a las personas mayores o a las personas con discapacidad desplazarse por el pueblo. No sé si la solución sea un teleférico. Como todo puerto, hay que imaginarse los desplazamientos desde el mar al cerro y además transversalmente… Hoy existe disposición de todos, incluida la alcaldesa, para pensar en contar con un lugar de encuentro que les facilite la vida a las personas mayores de Caleta Tortel. Allá todo es escalón. Para ir de un lado al otro, se requiere poder moverse por escaleras y pasarelas. Es un diseño desafiante.

–¿Qué población total tiene Caleta Tortel? ¿Y cuántas son personas mayores ahí? 

–En Aysén el gran número de las personas supera los 40 años. Caleta Tortel no tiene liceo, por lo tanto los adolescentes deben ir a estudiar a otras comunas. Con una población aproximada de 500 personas, la mayor parte está por sobre los 40 años. El Estado debe tomar en consideración estas particularidades territoriales.

La seremi hace notar de manera permanente que “somos una región súper distinta a las del resto de Chile. Pero además nuestras comunas, nuestras localidades, tienen realidades y dinámicas muy distintas entre ellas. En una misma provincia, donde están, por ejemplo, Caleta Tortel, Cochrane y Villa O´Higgins, las dinámicas de vida y las inquietudes de sus habitantes son diversas. Eso hay que considerarlo para implementar políticas sociales. Nosotros, desde la Seremía hemos hecho harto hincapié en esto. Los programas sociales no pueden ser pensados, diseñados y dirigidos desde Santiago. Tienen que ajustarse a los territorios para que nos permitan dar una respuesta real y precisa”.

Las diferencias son evidentes en cuestiones tan triviales, como cuando se habla de la ayuda en víveres. Si en Santiago se entregan cajas con fideos, alimentos enlatados, leche en polvo, allá se requiere “mate, leña, sacos de harina y de papas”. Son cuestiones que tienen que ver con costumbres, clima y sobre todo distancia, porque la extensión del territorio y la calidad de los caminos encarecen y dificultan las entregas.

CHILE CUIDA

Karina, ¿cómo calificarías la situación de los adultos mayores en Aysén?

–Es compleja, puesto que tenemos a una buena parte de ellos en ruralidad. Personas en sectores apartados donde no llegamos con todas las atenciones que nos gustaría darles como Estado. Somos una región muy joven, por tanto, toda la implementación que el Estado tiene también es más lenta. De hecho, recién tenemos el primer Establecimiento de Larga Estadía para Adultos Mayores (ELEAM) estatal en la región. Hay carencia en cuanto a la implementación necesaria para la demanda de apoyo existente, en espacios donde el Estado tiene que colaborar. Sin embargo, el tema de las personas mayores ha entrado con mucha fuerza con la política nacional de apoyo y cuidado. Chile Cuida da cuenta de un país que se está preparando con políticas públicas que permiten abordar y hacer diseño estratégico dado el envejecimiento de la población y las proyecciones para el 2050.

Siete mil personas habitan en Puerto Cisnes. Coihaique tiene 51 mil habitantes. La comparación permite entender de lo que habla la seremi Karina Acevedo, cuando afirma que trasladar a un adulto mayor de un lado a otro de la extensa región no es cuestión trivial.

Karina sostiene que no puede volver a pasar que en 90 años de existencia, la región recién haya implementado un ELEAM estatal, el de Coihaique. Hoy ya está funcionando a plena capacidad con 70 personas mayores, hombres y mujeres. Pero existe una lista de espera de unas cuarenta personas.

–¿Me vas a decir que no había en la región ningún hogar de ancianos, como se decía antaño, hasta que ustedes inauguraron este ELEAM?

Hubo uno de una fundación, la del padre Antonio Ronchi, que nació gracias a un grupo de voluntarios por ahí por 1991. Las municipalidades tienen también pequeños hogares que no superan las diez personas. Lo que ha habido es una estructura que surge de una cadena de hogares que colaboran desde la necesidad, pero que no dan una cobertura sistemática. Este primer ELEAM estatal, que tiene por nombre Eliana Contreras Monje y está ubicado en Coihaique, obedece a una realidad que no solo requiere buena voluntad de privados y las ganas de las municipalidades de dar respuesta a problemas sociales objetivos, sino a la convicción de que aquí se requiere una mirada estratégica del Estado.

Karina refuerza que el ELEAM se llama Eliana Contreras Monje por “una tremenda dirigente que impulsó a un grupo de adultos mayores y movió muchas cosas en la región de Aysén. Diferentes clubes y asociaciones de personas mayores participaron de la votación que le dio el nombre al ELEAM”, explica. Hoy funciona a plena capacidad y las 40 personas que están en lista de espera son pocas para la necesidad existente”.

–Al recorrer la región es evidente que la demanda es mayor. Me atrevería a decir que son muchas más las personas mayores que están viviendo solas y que desearían estar acogidos en un hogar. No saben cómo hacerlo, a quién recurrir y tampoco les resulta fácil dejar sus enseres, su pequeña vivienda, sus animales. Para nosotros es  un desafío llegar a ellos.

–¿Cuál es la estrategia para abordarlos a todos en un territorio tan extenso, con tanta dispersión?

–Hemos establecido para ellos una comunicación importante a través de la política nacional Chile Cuida con la ayuda de las municipalidades. Pero no es cosa de llegar y traer a alguien de Puerto Cisnes, por ejemplo, al ELEAM de Coihaique, porque lo desarraigas completamente. Por eso, hay que planificar, no hacer todo al unísono ni igual para todos. Aquí hablo más de la guatita y del corazón: no podemos abandonar a las personas mayores. Ellos fueron quienes llegaron acá y sufrieron las tremendas adversidades de construir país en esta región remota y aislada. Chile Cuida es para nosotros una política pública importantísima. Ella nos permite diseñar con el gobierno regional una alianza estratégica para apoyar a las personas mayores que viven en condiciones mucho más precarias en esta región.

Ojalá la visión y energía de la muy aysenina Karina Acevedo contribuya a lograr que los recursos para mantener la asistencia domiciliaria de 120 adultos mayores de la región no caduquen este fin de abril como se teme que suceda. Que Haydee, una mujer mayor de la localidad de Villa Ortega, siga recibiendo las visitas regulares del equipo de atención del Hogar de Cristo, porque, como dijo ella en la radio Santa María de Aysén: “No es solo lo material, es el cariño que uno siente el que se pierde”.

 

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